(viene de la página anterior)
Municipal de Purranque, donde este año entró en vigencia una ordenanza municipal que permite el funcionamiento de estos negocios en Bienes Nacionales de Uso Público, con un área habilitada en calle Arturo Prat.
Mientras en San Juan de la Costa, en mayo, se abrieron postulaciones a fondos concursables, entre los que figuraba el Concurso de Innovación Gastronómica. Mediante esta iniciativa, se dispuso el sorteo de 3 food truck para impulsar emprendimientos de este rubro.
Si bien la comuna de Osorno no cuenta aún con un espacio establecido únicamente para este fin, constantemente se suman personas que apuestan por destinar su inversión a este tipo de proyectos. Su visión a futuro es que pronto sea frecuente verlos en las calles y sirva de atractivo turístico, como ha ocurrido en otros puntos del país.
Burrito innovador
A los hermanos Rodrigo (30) y Miguel Ojeda (28) les tocó hacer frente a una dura realidad debido a que quedaron sin trabajo a raíz de la pandemia. Rodrigo estuvo ejerciendo labores como profesor de esquí en Antillanca y en Andorra (Europa), siguiendo las temporadas de invierno, mientras Miguel estaba trabajando en las Torres del Paine cuando inició la contingencia sanitaria en el país.
En medio de esta situación, decidieron iniciar un emprendimiento. Tomaron como referencia el ejemplo de su mamá, quien maneja una empresa dedicada al servicio de comidas, por lo que optaron también por este rubro, ya que podían contar con un espacio y los utensilios para hacer sus preparaciones.
Antes de iniciar el proceso, hicieron un estudio de mercado, lo que los llevó a decantarse por burritos y quesadillas. "Vimos que faltaba algo acá en Osorno, que no había mucha comida rápida que sea saludable; tampoco estaba el formato de la tortilla. Lo más parecido era un shawarma, un kebab, wrap, pero a diferencia de esas opciones, nosotros los cerramos y después van sellados en la plancha. La plancha no lleva aceite, grasa, mantequilla, nada de eso", expresó Rodrigo, egresado de administración hotelera.
En junio de 2020 arrendaron una casa e instalaron una black kitchen, conocida como cocina oculta. Inicialmente partieron con su círculo cercano de amigos, luego la popularidad de "Burrito Santo" creció por boca boca, en tanto "Pedidos Ya" los contactó para que vendieran mediante la aplicación.
Después construyeron una cocina profesional en casa de su madre y contrataron trabajadores. En agosto de 2021 consiguieron arrendar el food truck que instalaron en Los Carrera #1137. "Aquí no había nada, era todo como piso de piedra; lo agrandamos, ampliamos la recepción, empezamos a potenciar lo máximo que se podía y trajimos todo el personal que teníamos en las demás cocinas hacia acá, así que lo colocamos como punto de venta directo", agregó Rodrigo.
Desde que comenzaron con este emprendimiento, siempre han tenido en cuenta la importancia de las redes sociales, el contacto con el cliente y entregar un buen servicio. De hecho, en el local instalaron unas creativas mesas con un collage de fotografías, que representan historias de Instagram publicadas por usuarios que degustaron sus comidas.
"Siempre viene la gente diciendo 'me lo recomendaron' o 'es la primera vez'. Se van enamorados del producto porque en sí es algo diferente, algo que no es común. Eso lo hemos ido potenciando también. La calidad del servicio es buena. Siempre tratamos de atender así al máximo, siendo buena onda con la gente, deseándoles buenas tardes, buenos días", recalcó Miguel, quien es ingeniero comercial de profesión.
"Burrito Santo" cuenta actualmente con cinco personas que trabajan de lunes a sábado de 12 a 22 horas. "Nos gusta este punto de venta, tiene muy buena ubicación. Ahora estamos pensando en expandirnos en Osorno y después hacia afuera. Queremos irnos a un local y conservar éste. El primer formato se mantendrá en el food truck", añadió Miguel.
Helados y café
A finales de 2019, Alberto (30) y Sebastián Hott (25) retornaron a Osorno desde Santiago, donde estuvieron trabajando en una inmobiliaria y también obtuvieron experiencia con ventas puerta a puerta. Aunque evaluaban alternativas para desempeñarse en sus profesiones -Derecho e Ingeniería Civil Industrial, respectivamente-, tomaron el aprendizaje adquirido y lo enfocaron en tratar de materializar algo propio.
En aquel entonces analizaron opciones y se decidieron por la comida. Para ello utilizaron sus ahorros y vendieron sus motos con el propósito de arrendar una pequeña combi a un amigo, la instalaron en Francisco Bilbao #890, y en enero de 2021 comenzaron a atender público en medio de la pandemia con el nombre de Luiggi Helados.
"Nos lanzamos en el proyecto de tener algo al paso porque el problema de los aforos era importante. Partimos en verano, con productos como granizados, helados y, cuando terminó, abrimos el tema de cafetería. Ofrecemos café de grano, completos, siempre con esa temática de poder pasar a un lugar, como siempre la atención en los locales cerrados es muy lenta, seguimos con la idea de tener un food truck y una atención lo más rápida posible", dijo Alberto.
En el proceso de diseñarla con su logo, obtener patentes y la resolución sanitaria demoraron alrededor de dos meses. La idea de tener una atractiva combi los benefició en un contexto donde los locales establecidos estaban cerrados y los aforos eran reducidos.
De esa forma se convirtieron en una de las pocas opciones que podía atender clientes, ya que sólo pasaban a comprar el producto y se retiraban. Debido a la buena receptividad que tuvieron, optaron por comprar un food truck que les diera una mayor comodidad tanto para albergar a los trabajadores como facilitar las labores de preparación.
"Tenemos el proyecto, de acá a fin de año, de hacerle un diseño lindo y ojalá que mantenga el diseño de la combi, quizás traspasar esa imagen. En temas de espacio no queda otra. Si queríamos tener más productos y trabajar un poco mejor, teníamos que cambiarnos", comentó.
Alberto recalcó que siempre pensaron en un carro de comida, en lugar de arrendar un establecimiento, debido a las múltiples facilidades que ofrece, por ejemplo, una menor inversión. "Hay una inversión tremenda en arreglar un local, la parte estética es muy cara. Partimos con muy poquitas cosas -dos o tres máquinas-, todo lo hemos ido reinvirtiendo; básicamente elegimos esta opción por la inversión inicial y el tema de la incertidumbre, porque estábamos en pandemia. Fue básicamente para
"(Los clientes) se van enamorados del producto, porque en sí es algo diferente, algo que no es común. Eso lo hemos ido potenciando también. La calidad del servicio es buena"
Miguel Ojeda, Dueño de "Burrito Santo"