De acuerdo con los datos entregados por Lazlo Bock, MBA de la U. de Yale, ex vicepresidente senior de Operaciones de Personas de Google y autor del libro "La nueva fórmula del trabajo", el costo económico de tener malos gerentes le cuesta a las empresas norteamericanas la no despreciable cifra de 960 mil millones de dólares al año.
Por otro lado, los datos consignados en el informe "Estado del lugar de trabajo global" del año 2021 realizado por la empresa Gallup demuestran que la "falta de compromiso de los trabajadores a causa de la mala gestión de estos gerentes le cuesta a la economía mundial una cifra sideral: 8,1 trillones de dólares".
Cuando se hace el simple ejercicio de pedirle a un trabajador su opinión acerca de su jefe y que complete la frase "Mi jefe es…", las respuestas más frecuentes -y entre las más moderadas- son: "un sujeto tóxico", "maleducado", "autoritario", "controlador", "incompetente", "mezquino", "un flojo y un vago", etc.
Ahora bien, no se trata aquí sólo del hecho que, de por sí, sea una experiencia desagradable estar cerca de malos gerentes, ya sea, porque se comunican mal, tratan de mala manera a su gente, porque no solicitan -ni tampoco entregan- retroalimentación a la gente, sino que también, porque son muy dañinos en términos de los costos y gastos innecesarios en que debe incurrir la empresa.
De acuerdo con Lazlo Bock, lo único que logra un mal gerente es que los buenos trabajadores renuncien a sus puestos, lo que genera de inmediato un vacío y una caída en la productividad. A esto se suma el tiempo que demorará la empresa en encontrar un reemplazo, capacitarlo e incorporarlo como miembro de la planta de personal.
El otro gran efecto negativo de estos gerentes, es que los equipos de trabajo bajo su mando son menos dados a entregar todo su esfuerzo en el trabajo.
Y… ¿existen los buenos gerentes? ¡Por cierto que sí! El problema es que los buenos gerentes parecen estar cada vez más eclipsados por los gerentes problemáticos, así como por entornos de trabajo cada vez más desafiantes.
De acuerdo con Bock, los buenos gerentes se distinguen en rasgos tales como: "La autenticidad, la confiabilidad, la inclusión, la equidad, la entrega de retroalimentación y el mantener una mentalidad de desarrollo y crecimiento". Sin embargo, resulta muy difícil esperar, que incluso los gerentes más destacados muestren todos estos rasgos todo el tiempo.
Dr. Franco Lotito, profesor del MBA de la UACh