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Una visita a la construcción del ramal de Corte Alto a Maullín

El equipo de la Revista Agricultura Austral, editada por la Sago, recorrió las faenas del trazado del ferrocarril en dicho tramo en julio de 1937, donde detallaron parte del proceso, su importancia para el agro de la zona y los avances logrados hasta ese momento. La vía funcionó hasta 1982, aunque hubo recorridos esporádicos de carga hasta 1990.
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Si bien la apertura del ferrocarril entre Osorno y Valdivia se concretó a fines el siglo XIX, aún faltaba mucho por hacer para conectar las localidades interiores de la región, entre las provincias de Osorno y Llanquihue, en especial aquellas emplazadas en territorios con gran potencial de desarrollo agrícola, ganadero y acuícola.

Tal es el caso del tramo entre Corte Alto (actual comuna de Purranque) y Maullín, cuyas faenas estaban en pleno desarrollo en 1937. El ramal funcionó hasta 1982, aunque con recorridos de carga esporádicos hasta 1990.

La Revista Agricultura Austral, editada por la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno (Sago), publicó en julio de 1937 un artículo con los detalles de la titánica obra ferroviaria, que implicó construir puentes y abrir paso por la espesa montaña para instalar los "caminos de fierro". En la nota se destacó la importancia que tenía la obra para la economía de la región y también para el desarrollo de la agricultura sureña.

"Visitamos las obras del ferrocarril en construcción en Corte Alto y Maullín. Gentilmente atendidos por el ingeniero jefe, Fernando Mardones, llegamos hasta el extremo mismo de la enrieladura, pudiendo apreciar la importancia de la obra. Actualmente está entregado a la explotación prestando útiles servicios a la zona, el sector de vía ya construida comprendida entre Corte Alto y Fresia, en un trecho de 44 kilómetros. La enrieladura llega ya hasta algunos kilómetros más allá de la estación de Parga, en una distancia de 57 kilómetros. El proyecto consulta la construcción de un riel de 108 kilómetros, que partiendo de Corte Alto, provincia de Osorno, llegará hasta Lepihué, en la orilla derecha del río Maullín, frente al pueblo del mismo nombre, en la provincia de Llanquihue", señaló la crónica.

En la nota se destacó que la construcción de la vía originó el nacimiento a pueblos completos, como Fresia y Tegualda (antes caseríos situados en los márgenes del camino Real de los españoles) y otros que estaban en desarrollo en la época, como Corte Alto.

"La realización del ferrocarril de Corte Alto a Maullín era un proyecto por el cual los vecinos de la zona comprendida entre Osorno y Maullín lucharon arduamente durante muchos años. Se tomaba en cuenta que una zona inmensa se encontraba totalmente aislada, siendo imposible explotar por la carencia de caminos y medios de transporte. Su dilatada extensión tornaba igualmente poco beneficioso el camino", se informó en la época.

Los primeros frutos

"La iniciación de las obras y la entrega a la explotación oficial de un tramo de 44 kilómetros ha dado ya sus frutos. Desde luego ha aumentado enormemente la población de la zona, se ha tonificado el comercio y las actividades agropecuarias han recibido un impulso formidable. Es importante la cantidad de madera que se extrae de las ricas montañas de la región. La producción de papas, trigo, cebada, mantequilla y leche aumenta día a día. Un verdadero récord de crecimiento lo marca la ganadería, lo que ha motivado la creación de una feria que funcionará en Fresia y que pronto será entregada al servicio público. La propiedad, que a lo largo del riel se encuentra bastante subdividida, ha continuado parcelándose, como una promesa de un futuro brillante y próspero", precisó el artículo.

Hasta ese momento no sólo corrían trenes de pasajeros y de carga entre Corte Alto y Fresia, sino también convoyes de carga para dar facilidades a los agricultores en la movilización de sus productos. Durante 1936, el ferrocarril movilizó de Corte Alto a Maullín 29 mil toneladas de carga y en 1937, hasta junio, se habían transportado ya 12 mil toneladas.

"Puede decirse, entonces, sin exageración, que se explotan ya 55 kilómetros de la vía. Se le consultan al ferrocarril las estaciones de Corte Alto, Rojas, Tegualda, Fresia, Parga, Río Frío, Los Muermos, Turela, Lolcura y Lepihué".

"La línea alcanza una altura máxima sobre el nivel del mar de 177 metros con 8 puentes mayores, aparte de puentes menores y alcantarillas. La trocha del ferrocarril es ancha, alcanzando un metro y sesenta centímetros. El puente más importante está sobre el río Negro. El teléfono llega ya hasta Los Muermos y el telégrafo hasta Parga.

La Inspección Técnica del Ferrocarril hizo correr trenes de pasajeros cuatro veces a la semana: los lunes, miércoles, viernes y domingo, "o sea, que los habitantes de esa zona pueden ir y volver a Osorno y Puerto Montt cuatro días a la semana".

Formidables obstáculos

La mayor parte del ferrocarril a Lepihué se construyó atravesando terrenos cubiertos por la selva virgen. Hubo necesidad de vencer formidables obstáculos. En numerosos sectores se encontró terrenos pantanosos que fue necesario desaguar y consolidar. La tala de árboles en los fangales fue dura y sacrificada.

"En el lugarejo llamado Las Barrancas se tuvo que construir un tablestacado de acero para variar el curso del río Maule e impedir que minara la plataforma de la vía férrea. En otros sitios se construyeron tablestacados de madera para sujetar la tierra que presionaba los cortes y provocaba derrumbes. El trabajo de la cuadrilla de obreros se desarrolla en un medio hosco, bajo una naturaleza implacable. Los ingenieros tienen que aislarse meses enteros de todo contacto viviendo en carpas. Sin embargo, anima a técnicos y obreros un entusiasmo y dinamismo sorprendentes, fruto del aliciente moral de participar en una obra beneficiosa para el país y de proyecciones colosales", se resaltó en la edición de julio de 1937.

En la nota se hizo hincapié que junto con el avance del riel, era preciso iniciar la construcción de los caminos de acceso para permitir el traslado de la producción hacia las estaciones de la línea férrea.

Apurar la obra

"Aunque la construcción del riel a Maullín se desarrolla regularmente, es innegable que no adquiere el ritmo de velocidad necesario. Ello no se debe al Departamento de Ferrocarriles, sino a los escasos fondos que cada año se destinan. En 1937 se consultó dos millones de pesos para proseguirlo y se ignora cuál será la cuota del año 1938. Se ha abierto una zona hasta ayer abandonada. Sin duda es un mérito del actual Gobierno haber cooperado a la realización de tan importante proyecto y sería decisivo para el sur de Chile que se terminara cuanto antes", concluyó la publicación.