Pablo Obreque Echeverría

La cotidianidad que se vive en un día normal, con personajes y elementos característicos de la ciudad, representa el mural que exhibe la fachada del Mercado Municipal, trabajo que fue creado por los muralistas nacionales Francisco Maturana, Javier Barriga y Giova a través de la gestora cultural La Pluma, el cual fue entregado el fin de semana al municipio de Osorno.

A lo largo y ancho de esta estructura se puede ver en una de las caras del recinto -que da hacia la salida de los buses rurales-, la imagen de una mujer adulta arreglando unas cajas mientras la espera un niño sentado con su mochila en la espalda, quien mira en detalle un yoyó que tiene en sus manos.

Dicha representación fue el punto de partida de este viaje pictórico, que los destacados muralistas nacionales entregan de manera perfecta con su creación urbana que ya puede ser apreciada por las miles de personas que transitan por el lugar.

En el desarrollo del mural se aprecian personajes como mujeres tejiendo o vendiendo y hasta amarrándose el delantal; la presencia de niños, hombres tomando mate o también comercializando sus productos; de aves características como los tiuques y palomas; una tetera sobre una rejilla con fuego mientras hierve; los árboles de la plazuela Yungay; una de las pasarelas que conectan con el parque Cuarto Centenario, entre otros.

El relato termina con un mural en la otra cara de la infraestructura donde se ve a la misma mujer junto con el niño tomando once, después de una jornada laboral en este tradicional lugar.

Uno de los muralistas, Javier Barriga, comentó que "en un comienzo nos encontramos con la reticencia por parte de gran parte de los locatarios del Mercado, pues no estaban muy de acuerdo con la realización de este trabajo. Nos dijeron que habían problemas urgentes que debían ser solucionados, pero de igual manera nos apoyaron, conversamos con ellos y los escuchamos, porque la idea era que se vieran reflejados en nuestro trabajo y creo que cumplimos porque estaban muy contentos con el resultado".

Barriga agregó que los personajes que aparecen en este mural no tienen nombre y apellido, sino que son postales que se pueden ver de manera diaria dentro de la rutina del recinto de calle Errázuriz.

"Durante el trabajo seguíamos escuchando las sugerencias de los locatarios y las personas. La verdad es que nosotros quedamos muy conformes con el trabajo porque lo entregamos todo. Fue muy satisfactorio, ya que en mi caso es primera vez que trabajaba en un mural en regiones", precisó