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MEDIOAMBIENTE

Si no se frena el cambio climático de forma drástica, los océanos sufrirán una extinción masiva

CRISIS. Estudio de científicos de EE.UU. revela que la acción medioambiental debe ser rápida y drástica. De lo contrario, ocurrirá lo mismo que hace 65 millones de años.
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Agencias

La última vez que la Tierra se enfrentó a una extinción masiva fue en el Cretácico, cuando un meteorito y los volcanes acabaron con la vida terrestre. Sesenta y cinco millones de años después, el ser humano puede ser testigo (y causa) de una nueva extinción en masa, la de los océanos.

Si el cambio climático no se para de manera drástica y rápida, el efecto invernadero que calienta los océanos y agota su oxígeno, sumado a la destrucción de los hábitats, la sobrepesca y la contaminación costera, acabarán con la vida marina, según un estudio publicado en Science.

El artículo, firmado por científicos de la Universidad de Washington, Princeton University, recuerda que la emisión a la atmósfera de grandes cantidades de gases de efecto invernadero antropogénicos está cambiando radicalmente el sistema climático de la Tierra y amenazando a muchas especies.

El estudio advierte de que, aunque el impacto del clima en la biodiversidad es difícil de observar, especialmente en la vida oceánica, si se tiene en cuenta el registro fósil que ilustra anteriores episodios de extinción masiva causados por cambios ambientales globales, "el futuro de la vida oceánica tal y como la conocemos, bajo un cambio climático galopante, es incierto".

A partir de un extenso modelo ecofisiológico, que sopesa los límites fisiológicos de una especie según las previsiones de temperatura y oxígeno marinos, los autores del estudio, Justin Penn y Curtis Deutsch, evaluaron el riesgo de extinción de las especies oceánicas en distintos escenarios de calentamiento climático.

La gran mortandad

El estudio concluye que, si el aumento de la temperatura global no cambia, es probable que los ecosistemas marinos de todo el planeta sufran extinciones masivas similares en tamaño y gravedad a la de finales del Pérmico -la "Gran Mortandad"- que tuvo lugar hace unos 250 millones de años y provocó la desaparición de más de dos tercios de los animales marinos.

Según el estudio, lo más probable es que los océanos tropicales sean los que más especies pierdan con el cambio climático, aunque muchas de ellas migrarán a latitudes más altas y a condiciones más favorables para sobrevivir.

Las especies polares, sin embargo, es muy probable que se extingan globalmente, ya que sus hábitats desaparecerán por completo del planeta.

En un artículo publicado junto al estudio en Science, los investigadores de la Rutgers University (Nueva Jersey) Malin Pinsky y Alexa Fredston coinciden con que "el cambio climático está, en efecto, sacando a las especies de los confines de la Tierra".

Depende de la sociedad

Pero apuntan que el estudio sugiere que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero podría revertir el riesgo de extinción hasta un 70 %.

Por eso, subrayan, evitar la pérdida generalizada de biodiversidad y la sexta extinción masiva es ahora "una prioridad mundial".

"Que la humanidad afronte el peor o el mejor de los escenarios dependerá de las decisiones que tome la sociedad, no solo sobre el cambio climático, sino también sobre la destrucción del hábitat, la sobrepesca y la contaminación costera", advierten.

Pero "con un enfoque coordinado que aborde las múltiples amenazas, la vida oceánica tal y como la conocemos tiene la mejor oportunidad de sobrevivir este siglo y más allá", subrayan los investigadores Pinsky y Fredston.

250 millones de años atrás, a finales del Pérmico, los ecosistemas marinos sufrieron la extinción de dos tercios de sus animales.

70% podría revertirse el riesgo de extinción si se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero.

ESTUDIO: La raza de los perros no determina su comportamiento

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La raza de los perros no determina su comportamiento, que depende sobre todo de factores genéticos y ambientales, propone un nuevo estudio que se publicó en la revista Science.

La investigación, liderada por Kathleen Morrill, de la Escuela Médica de la Universidad de Massachusetts, cruzó datos de estudios genéticos de más de 2.000 perros de diferentes razas con 18.000 encuestas a dueños de canes sobre su comportamiento.

"La mayoría de los rasgos del comportamiento se pueden heredar, pero este solo varía ligeramente entre razas. Las razas ofrecen poco valor predictivo en individuos, ya que solo explican un 9% de las variaciones", explican los resultados de la investigación.

Como ejemplo, los autores citan la creencia popular de que los Labrador retriever suelen ser más sociables (una búsqueda rápida en internet arroja las palabras "afabilidad", "gentileza" o "bondad"), como ejemplo de una relación que no se da en la vida real.

Los Border collie, sin embargo, sí parecen ser más propensos que otros perros a reconocer y aceptar las órdenes humanas.

La rabia

No es el único estudio sobre perros aparecido en Science.

Según una investigación liderada por Rebecca Mancy, de la Universidad de Glasgow, la alta movilidad de algunos perros impide que desaparezca la enfermedad de la rabia, a pesar de su poca prevalencia entre comunidades.

La enfermedad, que se suele transmitir por mordeduras de perros que la padecen, provoca decenas de miles de muertes cada año, sobre todo entre niños de países de rentas bajas en África y Asia.

A pesar de las campañas de vacunación y del sacrificio de las poblaciones afectadas, el virus se continúa transmitiendo.

Según los investigadores, la clave está en el comportamiento individual de los propios perros, que es poco predecible.

Algunos actúan como "superpropagadores" al viajar largas distancias e introducir el virus en comunidades que no habían estado expuestas. Otros perros infectados muerden más que los no infectados, por lo que propagan el virus ampliamente antes de morir.

El investigador Michael Antolin, de la Universidad de Colorado, advierte de que este descubrimiento puede ofrecer pistas de cómo la covid-19 seguirá suponiendo un riesgo si finalmente pasa a convertirse en una enfermedad endémica, más allá de la generalización de las vacunaciones.

"A pesar de que la endemia es un resultado más deseable que la pandemia, no es el final de una enfermedad, sino un nuevo desafío", explica Antolin en un texto relacionado publicado en la misma revista.

Encuentran vínculos genéticos entre el covid grave y otras enfermedades

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La gravedad con que se padece el covid-19 tiene vínculos genéticos con ciertas enfermedades que son, a su vez, factores de riesgo conocidos para sufrir el coronavirus de forma grave, señala un estudio que publicó Plos Genetics.

La identificación de las variantes en genes humanos específicos que pueden estar asociadas tanto a la predisposición a sufrir covid-19 grave como a otras enfermedades puede ayudar a conocer mejor el coronavirus y sentar las bases de posibles nuevas vías de tratamiento.

En su estudio, el equipo usó información genotípica recogida en las historias clínicas de más de 650.000 veteranos estadounidenses y realizaron un análisis conocido como PheWas para examinar los vínculos entre las variantes que se encuentran a menudo en quienes tuvieron covid-19 grave y las asociadas con una amplia selección de enfermedades.

El análisis reveló que ciertas variantes en genes asociadas al covid lo están a factores de riesgo conocidos de la misma, con vínculos "particularmente fuertes" para la embolia venosa y la trombosis, la diabetes tipo 2 y la cardiopatía isquémica.

El lado bueno

Entre las afecciones respiratorias, la fibrosis pulmonar idiopática y la enfermedad pulmonar alveolar crónica compartían vínculos genéticos con covid-19 grave, pero no los había para otras infecciones respiratorias y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Algunas variantes genéticas asociadas a covid-19 grave se vincularon, sin embargo, a un menor riesgo de padecer enfermedades autoinmunes, como la psoriasis y el lupus.

El equipo considera que estos resultados ponen de manifiesto la necesidad de sopesar cuidadosamente diversos aspectos del sistema inmunitario a la hora de desarrollar nuevos tratamientos, indica el artículo de la revista.

Finalmente, algo que llamó la atención a los investigadores fue el "elevado número de enfermedades inmunomediadas que compartían la arquitectura genética con las manifestaciones graves de covid-19", destacó otra de las autoras Katherine Liao.