La pandemia vino a acelerar muchos aspectos en la vida de las personas y las empresas. Con las cuarentenas y los encierros hemos aprendido a reconectarnos individualmente con nuestra vida, lo que nos gusta y nuestros propios intereses.

En este contexto, la vuelta a la realidad, sobre todo a la presencialidad en las escuelas y los trabajos es algo que suma una nueva complejidad, y es que ahora sabemos lo que buscamos y necesitamos encontrar espacios que se adapten o respondan a lo que queremos.

Al momento de buscar un trabajo, la decisión no es tan fácil como pensar en cuál me entregan un mayor salario, sino que entran nuevos factores al juego, como sentirnos identificados con la compañía y sus valores, los beneficios que nos entreguen más allá de los monetarios, su compromiso con la sostenibilidad o incluso ¿respetan mis horas libres?

Todos estos factores pesan cada día más en la mente de las personas al buscar un trabajo y por lo mismo es fundamental que las empresas entiendan este cambio y se esfuercen en transformarse en el lugar donde los colaboradores quieran trabajar, por el buen ambiente laboral, la flexibilidad, el apoyo en los procesos personales, la atención a los detalles y el sentido de pertenencia que entreguen.

Según Santiago Bonino, country manager de Bigbox Chile, "hemos visto este cambio de primera mano. Hace años apostamos a cambiar la forma en que las personas regalaban y hoy podemos decir que la adaptación de los lugares de trabajo a los gustos y hobbies de sus colaboradores ha sido un valor fundamental en la relación de la empresa con sus colaboradores.

Faltando un día para conmemorar el Día del Trabajador, el llamado es a reflexionar sobre cómo ser un mejor lugar al cual pertenecer, a conocer y adaptarse a los trabajadores, para sentir que todos son parte de la misma empresa y con las mismas metas.

Hace uno días tuvimos la oportunidad de coordinar acciones junto a diversas comunidades, representadas por sus autoridades, provenientes de distintos puntos de la provincia de Osorno. En la reunión pudimos comprobar, una vez más, que se puede avanzar, siempre que tenemos la disposición de escucharnos.

Gracias a esto, las energías y empuje de las familias campesinas representadas, recogemos ideas de un diálogo constructivo y respetuoso con líderes de las comunas de San Pablo, La Costa, Río Negro, Osorno, Puerto Octay, Puyehue y Purranque. Con ellos hemos establecido la ruta que nos permitirá avanzar hacia tres objetivos importantes para el desarrollo agrícola a pequeña y mediana escala: recuperación y mejoramiento de suelos, acceso al riego sustentable y avance en la mecanización agrícola, ejecutada con profesionales de las mismas comunidades involucradas.

Todos temas para nada nuevos y que siguen siendo una necesidad latente, no obstante, es tiempo de dar un salto importante en esa materia y apostar por el desarrollo sustentable de las familias campesinas. Hace días trabajábamos con emprendedores del turismo rural y étnico y hoy el desafío se enlaza con la vida cotidiana y la producción que generan las familias del campo, tan necesaria y vital para los difíciles tiempos que se viven.

Se ha hecho virtuosa la alianza con los representantes de cada comunidad, con la delegada presidencial provincial, consejeros regionales y parlamentarios de la zona, pues entendemos que en equipo está el avance. Como Gobierno Regional ya hemos estado trabajando en visualizar los programas y acciones que pudiesen impulsar estos desafíos, pero también sabemos que el nivel central tiene una tarea pendiente.

La recuperación de suelos y el riego sustentable, se alzan como tópicos que tienen aliados muy reconocibles, por lo que no podemos desconocer que, además, en el marco de crisis hídrica que afecta a Chile, son desafíos urgentes y que requieren de la mayor atención, pues ahí tenemos una brecha importante en el círculo de la producción sostenible.

Es otra manera de crear y cuidar nuestra región. Escuchando, considerando y apoyando la visión de la gente. En el querer el bien para los demás, también está la sabiduría.

Patricio Vallespin, gobernador regional