La semana pasada se conmemoró el Día Mundial de la Salud. Desde el inicio de la pandemia y producto de su larga duración (ya van más de dos años), la salud ha tomado protagonismo en la discusión pública y en la manera en que afecta todos los ámbitos de las personas. Es una realidad, y los trabajadores de la salud han dado pruebas suficientes de compromiso, profesionalismo y voluntad.

El Día Mundial de la Salud se celebra todos los años el 7 de abril para conmemorar el aniversario de la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1948. Cada año se elige un tema para esta fecha que destaca un área de interés prioritario para la OMS. En medio de una pandemia, un planeta contaminado y una incidencia creciente de enfermedades, el tema del Día Mundial de la Salud 2022 es "Nuestro planeta, nuestra salud", para llamar la atención mundial sobre la interconexión entre los ecosistemas del planeta y nuestra salud.

Pero este concepto abarca mucho más que el cuidado ante la amenaza de un virus, y cruza transversalmente nuestras vidas. En el ámbito laboral, la salud tiene mucho que ver con las condiciones en que se realiza el trabajo y la calidad de vida asociada al mismo.

Según la especialista Andrea Gamboa, Gerenta de People & Culture ManpowerGroup, tras dos años de pandemia e incertidumbre, el cuidado de la salud se ha convertido en un elemento cada vez más importante para el mundo del trabajo, incluyendo por supuesto la salud mental. "Según nuestros sondeos, un 30% de las personas quiere más días de salud mental para evitar el agotamiento", plantea la profesional.

Adicionalmente, el paulatino envejecimiento de la población nos obliga a poner especial atención en la prevención de enfermedades profesionales, de desarrollo silencioso y que se manifiestan solo con el paso de los años. Muchas compañías hoy por hoy tienen el bienestar de su capital humano en el centro, y si todavía quedan organizaciones al debe, es momento de comenzar a actuar ya.

Las últimas reformas en materia de descentralización política y administrativa que se han impulsado en Chile, y la futura constitución política que incorporará una mayor autonomía de las regiones; sin duda que significarán profundos cambios en la gestión y desarrollo de los territorios.

Del mismo modo, veremos que en cada una de las regiones sus respectivas autoridades unipersonales (gobernador/a regional) y colegiadas (Consejo Regional), tendrán distintas capacidades, dinámicas y desempeños durante la implementación de las reformas y la instalación de un estado regional más descentralizado; lo que se traducirá en una Descentralización Asimétrica.

¿Pero qué significa este concepto? Simplemente, que cada región reaccionará de forma distinta, positiva o negativamente a los distintos incentivos y oportunidades que conlleva este tipo de reformas. Por lo tanto, las particularidades de las regiones para impulsar procesos de descentralización, tales como sus capacidades institucionales, liderazgos de autoridades regionales, participación de la sociedad civil, calidad de la democracia regional, entre otras, pasan a ser factores que pueden influir en el éxito o fracaso del proceso de descentralización en Chile.

En este contexto, surgen algunas preguntas: en la Región de Los Lagos ¿nuestra comunidad y sus actores territoriales, se empoderarán para exigir mayores espacios de decisión en políticas públicas de interés para la región? ¿Nuestras autoridades solicitarán al nivel central, la transferencia de aquellas competencias relevantes para una mayor descentralización y desarrollo de nuestra región?

Las respuestas a estas interrogantes dependerán no tanto del nivel central, sino de las capacidades y desempeños que tengan nuestros líderes y autoridades de la región para obtener mayor autonomía y decisión; la descentralización poco a poco pasa a estar en manos de las regiones.

Guillermo Díaz, Centro de Estudios del Desarrollo Regional y Políticas Públicas (Ceder) ULagos