Estado social
Esta semana se aprobó en la Convención Constitucional el artículo 1 donde se señala que "Chile es un Estado social y democrático de derecho. Es plurinacional, intercultural y ecológico".
Más allá de sus implicancias, no deja de ser llamativo como parte de convencionales "han salido a contar" esta aprobación, omitiendo todo lo que viene después del punto seguido y dejando fuera de sus "tweets" la palabra plurinacional, un tema que ha sido rechazado claramente por la ciudadanía.
Muchos han puesto el foco en las fake news, o noticias falsas, que rodean la convención, pero ¿qué ocurre con las fake news e información incompleta que salen de la convención? ¿Se comunicará de esta misma forma con los $400 millones que la convención está gastando con ese objetivo?. Lo anterior no es menor, lo que se juega Chile en la Convención no es poco y lo mínimo que se requiere es la honestidad de sus actores.Marcelo González C.
Marea roja: veneno que mata
Hasta hace poco confiábamos que las intoxicaciones por Veneno Paralizante de los Mariscos (VPM) en Chile ya eran un problema controlado. Ya sea por el arduo trabajo de las autoridades sanitarias y pesqueras, la responsabilidad de pescadores o bien el autocuidado de los propios consumidores.
Sin embargo, esta temporada estival termina con dos dolorosas víctimas fatales confirmadas por consumo de mariscos contaminados. A inicio de marzo, un tripulante de una embarcación en fiordo de Quitralco, en la zona sur de la Región de Aysén. Este fin de semana, un niño de 3 años en Calbuco, Región de Los Lagos, además de varios hospitalizados, aún en estado de gravedad.
En ambos casos, los mariscos provenían de bancos naturales de la región de Aysén donde la extracción estaba prohibida y su consumo se efectuó antes de realizarse los análisis para la detección de biotoxinas marinas.
Pero lo que más preocupa e indigna es que existan armadores, pescadores y buzos que extraen recursos de zonas con cierres sanitarios (producto de elevadas toxicidades) y se trasladen largas distancias, de una región a otra, para comercializar y obsequiar mariscos eludiendo los controles sanitarios. El 4 de abril, una segunda lancha fue detenida con 8 toneladas de almejas de Aysén, destinadas también al mercado nacional que se prepara para semana santa.
Estas prácticas inadecuadas y en cierto punto delictuales, ponen en serio riesgo la salud de la población, principalmente en zonas donde la marea roja no presenta una alta recurrencia, como lo es la parte norte de la Región de Los Lagos. Además, estas prácticas no sólo afectan dramáticamente a las familias de las víctimas, destruyen la confianza pública en todo el sector pesquero de pequeña escala y arriesgan el sustento de miles de trabajadores del mar. Las sanciones deben ser de la talla de los delitos cometidos.
Actualmente no existe presencia de VPM en la Región de Los Lagos que amerite un cierre sanitario ni la alarma en la población. Comprar y consumir mariscos certificados en la región seguirá siendo seguro mientras el Servicio de Salud no disponga oficialmente lo contrario.
La marea roja no es ni un mito ancestral ni una conspiración neoliberal contra las comunidades costeras. Es un veneno que mata.
Andrés Marín, investigador CEDER ULagos; Patricio Díaz, Investigador Centro i~mar & CeBiB ULagos
Impacto en la salud mental
Durante la pandemia, el personal de salud ha debido enfrentar una sobrecarga asistencial y un alto estrés laboral, lo que les ha provocado problemas en su salud física y mental.
El estudio "El impacto de la pandemia covid-19 en la salud mental de los trabajadores de la salud en Chile", publicado en agosto de 2021, reportó que un 73% de estos tuvieron síntomas depresivos y el 59% estuvo en riesgo de padecer cuadros siquiátricos. Profundizando en diversos análisis, tanto nacionales como internacionales, se evidencia que los trabajadores más afectados por esta sintomatología depresiva son los que realizan el cuidado más directo del paciente, como los Técnicos en Enfermería de Nivel superior (TENS) y los auxiliares; y dentro de los profesionales, las más afectadas son las enfermeras. En consideración al género, las más perjudicadas fueron mujeres.
Esta sintomatología es producto de múltiples factores: cambio en sus funciones habituales, encontrarse más expuestos al contagio de covid-19, a la gravedad y la muerte de sus pacientes de forma diaria, y la preocupación de contagiar a su familia, entre otros factores.
Muchos de los trabajadores de la salud que han participado en estudios refieren no haber buscado ni recibido atención en salud mental. Considerando que estos profesionales solicitan menos apoyo sicológico, debido a prejuicios y discriminación, y sumado a que si las condiciones de estrés permanecen por un tiempo prolongado, aumenta la severidad de los cuadros, por lo tanto, resulta urgente la atención de esta problemática y generar apoyo de manera institucional, organizada y con enfoque de género.
Natalia Castillo, académica Escuela de Técnico de Nivel Superior en Enfermería U. Las Américas
Comedores parroquiales
Las madres que participaron en comedores de Santiago en 1976, le enviaron informe al Vicario Gustavo Ferraris, exponiendo que el 73% de los niños estaban desnutridos y dijeron: "Aquí está el débil fruto de nuestros esfuerzos y la solidaridad entregada por parroquias, comunidades, comerciantes generosos, la Vicaría de la Solidaridad y apoyo de distintas partes".
En Temuco, con dificultades y ganas de cooperar, el año 1975, comenzaron a funcionar los primeros comedores para niños. Una señora prestó su casa y otras vecinas se ofrecieron para cocinar todos los días. Jóvenes de la comunidad cristiana inscribieron a los más necesitados. En 1976 existieron 21 comedores, donde diariamente se acogían a 1.500 niños. En Jueves Santo, un grupo de estudiantes católicos fueron casa por casa a pedir alimentos para los comedores. En Valdivia, algunas parroquias crearon comedores en 1976 para atender a niños que vivían en campamentos.
Con la crisis económica de 1982 y alto desempleo, aumentaron los comedores, que después funcionaron por varios años. El obispo Alejandro Jiménez creó la "Pastoral Universitaria" (1984) y en un inmueble de calle Chacabuco 393 funcionó un comedor que atendió diariamente a 160 jóvenes. Existieron otros tres hogares que albergaron a estudiantes de otras ciudades.
Así fue la obra de la Iglesia Católica y laicos comprometidos en años de crisis. Un saludo en al padre Marcelo Catril y a la comunidad por apoyar comedores u las ollas comunes en Valparaíso.
Derico Cofré Catril
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