La sexta publicación del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) advierte sobre riesgos y amenazas críticas para el bienestar de la humanidad y la salud planetaria. El informe enfatiza en las consecuencias de la inacción, el daño irreversible en los ecosistemas y el insuficiente compromiso con un desarrollo bajo en carbono.

Un nivel de calentamiento sobre 1.5°C dificulta un desarrollo climático resiliente, ya que los servicios ecosistémicos y la biodiversidad tienen una capacidad limitada para adaptarse a los crecientes niveles de calentamiento. De acuerdo a las proyecciones de cambio climático para Chile al 2100, tanto las temperaturas máximas como mínimas aumentarán en todas las regiones/estaciones del país al menos 2°C, mientras que las precipitaciones disminuirán en 60 % entre las regiones de Atacama y Los Ríos.

Este aumento de temperatura/disminución de precipitaciones implica drásticos cambios en patrones climáticos, impactando de manera desigual la mayoría de sistemas productivos del país y con especial énfasis en la agricultura. Algunas áreas que actualmente son altamente productivas pueden volverse radicalmente vulnerables, mientras que otras áreas usualmente restrictivas podrían beneficiarse sustancialmente.

La zona sur podría contener nuevas condiciones térmicas para el florecimiento de nuevos sistemas agro-productivos (aumento en 2°C) y tener mayor disponibilidad de recursos hídricos para sostenerlos en el tiempo. Se plantea el avance de los sistemas agrícolas desde la zona central (zona intensiva y de exportación) hacia la zona sur para reducir la exposición y vulnerabilidad que enfrenta debido a la crisis climática (principalmente mega-sequia).

Si bien cambios en los patrones climáticos podrían conducir al desarrollo de nuevos sistemas agro-productivos o al desplazamiento zonal, no sabemos con certeza qué trayectorias asegurarían un desarrollo resiliente al clima en los ecosistemas de la zona sur. La integración exitosa de acciones seguras y justas de adaptación o transformación, serán críticas para asegurar el desarrollo sostenible del ecosistema agrícola a escala planetaria y el bienestar de los agricultores locales.

Dr. Mauricio Hernández, Centro de Desarrollo Regional y Políticas Públicas (CEDER)

Hace unos días se cumplieron dos años desde que fue notificado el primer caso de covid 19 en Chile y, tal como lo señaló el ahora ex ministro de Salud, Enrique Paris, éste ha sido un período de grandes cambios en la sociedad, donde nuestro comportamiento habitual obligó a incorporar una serie de acciones preventivas que han ido evolucionando a medida que este virus también lo ha hecho.

El coronavirus se propagó por el mundo a partir de febrero de 2020, y ha contagiado a 442 millones de personas, con la muerte de 6 millones en todo el orbe.

La ex autoridad de Salud ha señalado que el mundo pasó de tener grandes interrogantes respecto a esta enfermedad nueva y desconocida hasta entonces, a adquirir experiencia, desarrollar la ciencia y la investigación hasta encontrar un mecanismo de inmunización. Durante este período se ha investigado y se han producido vacunas que permiten tener ahora mayores certezas.

A la fecha, en nuestro país se han administrado casi 50 millones de dosis de vacunas a la población, incluyendo los refuerzos y por estos días la inmunización a niños desde los tres años de edad. Han sido dos años de arduo trabajo de miles de funcionarios del sector Salud en el país, que han tenido una labor exhaustiva, de la cual se ha obtenido información y se han sacado lecciones. De acuerdo con los informes recientes, las víctimas fatales que se registran por estos días, o aquellas personas que están en estado grave en las Unidades de Cuidados Intensivos, corresponden mayoritariamente a pacientes que no quisieron inocularse o tienen sus esquemas de vacunas incompletos.

Es fundamental que nos cuidemos, especialmente ahora que muchas personas han vuelto a los trabajos presenciales y los estudiantes han retornado a las salas de clases, manteniendo siempre las medidas preventivas, como el uso correcto de la mascarilla (tema en el que ha habido mucha relajación), el distanciamiento físico, la ventilación constante y el frecuente lavado de manos, además de vacunarse contra el covid.