El conflicto entre Rusia y Ucrania se desarrolla a miles de kilómetros, pero en una economía altamente interconectada, los efectos de una realidad así de grave no distinguen distancias geográficas. Más aún si se desarrolla en Europa, con los vínculos históricos, sociales y culturales que ligan a América, Chile y la región con esos países.

La palabra que mejor define la actual situación es "incertidumbre", una que ya se viene repitiendo desde el inicio de la pandemia y que en el país también suma a los cambios institucionales en curso, e inflación, que conforman un escenario complejo donde personas y organizaciones tienden a postergar decisiones, restringir inversiones, pausar proyectos.

Y eso pasa tanto en las macreoeconomías nacionales, como en las familiares o particulares. Según explicó el académico de la Universidad San Sebastián, Luis Felipe Slier, es complejo dar consejos en este momento, pero las personas que puedan debieran procurar ahorrar y efectuar inversiones en dólares con instrumentos sencillos ofrecidos por los bancos como Fondos Mutuos o Depósitos a Plazo. Además, evitar cambios en los fondos de las AFP, sabiendo que hay diferencias de riesgos entre unos y otros.

También indicó que no debe extrañar el alza en los precios de los combustibles y bajas en los niveles de exportación de salmones y alimentos lácteos, producidos en el sur.

De acuerdo a datos de La Dirección Nacional de Aduanas, Rusia ocupa el lugar N°20 en el ranking de exportaciones chilenas (salmones, frutas, vino, mariscos, papel) mientras que Ucrania está en el puesto 65 (productos del mar y conservas). Sin embargo los otros países involucrados, Estados Unidos y China, sí son gravitantes. A nivel local, el mercado chino representa el 94% de los envíos de Los Ríos a Asia.

Sin dudas que la reflexión sobre la vida cotidiana en medio de esta situación se hace necesaria. Hay temor y dolor transversales, imposibles de soslayar en un mundo globalizado.

A miles de kilómetros de distancia, la principal preocupación debe ser abogar por la paz y disminuir -en la medida de lo posible- esa incertidumbre interna que suma peso en vez de alivianar la situación.

Para la Corporación de la Carne, el alza de precios observada en los últimos tiempos por el animal en pie responde, por una parte, a la menor oferta de ganado a nivel país, y en particular de la categoría de recría bovina, que es aquella que permite proyectar la fase de engorda. El alza de los insumos, la seguía, los combustibles, entre otros factores han incrementado los costos de producción en forma dramática.

Por otra parte, la tendencia de incremento del valor del animal en pie es una constante mundial, no sólo un problema que afecta a Chile.

De acuerdo a información proporcionada por Rabobank, los costos de producción se han incrementado en forma generalizada a nivel mundial, impactando en forma directa alzas de los precios que alcanza la carne a nivel de consumidor. A modo de ejemplo, en EE.UU. a partir del cuarto trimestre de 2021 los precios minoristas tuvieron una tendencia de precio hasta un 23% más alta, superando al promedio experimentado en los últimos 5 años. Por su parte, China aumentó un 24%, con una demanda sostenida.

Al igual que en otros países de vocación ganadera, los fletes, la alimentación y la energía han tenido una incidencia importante en éste contexto. Sin embargo, el estudio de Rabobank también infiere que en el mediano plazo, la mano de obra y la sostenibilidad impacten de forma importante en todas las cadenas de alimentos. En nuestro entorno sudamericano, la sequía, los problemas político-económicos de algunos países de vocación ganadera y los mayores costos de insumos han generado cambios en la masa ganadera. Ello ha hecho subir sostenidamente el precio del animal en pie; y por ende, la carne en industria también debe aumentar su precio.

Entonces la productividad es una base relevante. Todo modelo de producción puede ser sustentable, sólo deben responder a la situación particular de cada predio. Sin duda, modelos de producción y tecnología serán determinantes para generar ahorros máximos posibles y la protección racional del entorno. Porque si sumamos la incertidumbre internacional de los mercados, los alimentos, su cantidad, variedad y precio serán tema importante y recurrente en 2022.

Sergio Willer, presidente Corpcarne