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Día de la Justicia Social
La justicia social es un valor que promueve el respeto igualitario de los derechos y las obligaciones de cada ser humano en determinada sociedad y se enfoca, generalmente, a la repartición justa y equitativa de los bienes y servicios básicos necesarios para el desarrollo y el desenvolvimiento de una persona en la sociedad como, por ejemplo, el bienestar socioafectivo, la educación, la salud y los derechos humanos.
El Día Mundial de la Justicia Social que conmemoramos este 20 de febrero, fue establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como una forma de relevar este valor social tan fundamental.
En este mismo sentido, es importante destacar que los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU constituyen un llamado a toda la comunidad internacional para adoptar medidas concretas con el propósito de erradicar la pobreza, el hambre y la desigualdad; garantizar el acceso a la salud, la educación, agua y saneamiento, trabajo decente e igualdad de género; proteger el medio ambiente, promoviendo energía no contaminante, un desarrollo industrial y consumo responsables; y una mejor calidad de vida en ciudades sostenibles. Todo lo anterior dentro del marco de un estado de derecho que asegure la paz y la justicia, y la cooperación internacional.
Por eso, también es necesario entender que la justicia social es un macro-objetivo que requiere el apoyo de otras esferas de protección como la justicia ambiental, complementando así el enfoque tradicionalmente antropocéntrico de la justicia social.Paula Leiva, Trabajo Social en la Universidad de Las Américas
Conectividad digital
La conectividad digital ha demostrado ser una necesidad cada vez más importante de ser satisfecha. La pandemia puso a prueba nuestra resiliencia y debimos acostumbrarnos a que muchas actividades cotidianas se realizaran en línea. Sin duda, el teletrabajo, la teleeducación y la telemedicina llegaron para quedarse. Esta nueva realidad supone un gran desafío para la industria y las nuevas autoridades, quienes deben enfrentar una demanda por una conexión segura y estable sin precedentes, que avanza aceleradamente producto de esta renovada manera de hacer las cosas.
Una conectividad robusta necesita de infraestructura que le dé soporte, que pueda ser neutral y compartida, óptima en cuanto a su capacidad y amigable con el entorno. Por eso es tan importante que la conectividad digital sea asumida como un desafío público transversal, focalizado en las personas y que se enfrente con visión de Estado, con la mirada puesta en el largo plazo.
Si bien Chile posee un buen estándar de conectividad en relación con otros de la región, aún persisten espacios de mejora importantes. Según un estudio realizado por la consultora SmC+ Digital Public Affairs, 8 de cada 10 habitantes en zonas urbanas usa internet, pero en áreas rurales esta proporción baja a casi de 5 de cada 10. Ahora bien, no tenemos que confundirnos, porque los problemas de acceso y calidad de servicio se observan incluso al interior de grandes urbes, donde factores como el nivel de ingreso, la educación e incluso el género, terminan por profundizar aún más la desigualdad en materia de acceso digital.
Son varias las barreras identificadas para la superación de la brecha digital. Entre ellas destaca la multiplicidad de entidades que participan en el proceso de obtención de permisos, cada una con sus propios criterios y procedimientos. A esto debemos sumar las trabas regulatorias presentes y la existencia de plazos que no se hacen cargo de la urgente demanda por conectividad que existe en el país. Sin ir más lejos, los trámites para que un sitio esté instalado y operando demoran cerca de un año y medio, mientras que en otros países de Latinoamérica (como Perú o Colombia) ese tiempo es de sólo dos meses.
Pese a que numerosos estudios avalan la seguridad de este tipo de infraestructura, la legislación chilena se ubica dentro de las más restrictivas en cuanto a emisiones radioeléctricas según la OCDE. Por esto, pensamos que hay que informar veraz y oportunamente a las comunidades para que los temores se vayan disipando y exista una mejor disposición ante los soportes de antenas de telecomunicaciones.
Como actores de una industria que requiere un trabajo colaborativo entre agentes públicos y privados, estamos comprometidos en evitar que se repitan escenas como las de profesores o alumnos buscando señal en los techos de sus casas o en la cima de los cerros. Ese es el desafío que viene y estamos gustosos de contribuir a su superación.Josefina Hernández, American Tower
Maduro y migrantes en Chile
La génesis del gravísimo problema que se vive en el norte del país es el horrendo gobierno que existe en Venezuela. Se caerá de Maduro indudablemente. Mientras tanto, el sufrimiento de millones de venezolanos se hace cada día peor.
En esa ola de emigrantes existe gente buena honesta trabajadora y lumpen que comete actos reñidos. Asesinar, golpear a carabineros, asaltar, son situaciones que no se consideraron nunca en el ingreso de ciudadanos que profanan la tranquilidad de ciudades, poblados y carreteras del norte de Chile.
Hay que enmarcar y a la vez separar a quien es quien. Aquellos que cometen fechorías deben de ser retirados de inmediato sin contemplaciones, no pueden permanecer. Pero hay que también saber y reconocer de no poner a todos los ciudadanos venezolanos como dañinos, pues hay niños, jóvenes, gente muy buena y trabajadora que tuvo que abandonar el edén que Nicolás Maduro y su lugarteniente Diosdado Cabello convirtieron en su país.
La culpa es del inefable Maduro, desde luego, y con seguridad, digan lo que digan aquellos que apoyan el perverso régimen de la llamada "república bolivariana".
Frank Lambarri
Revanchismo y Constitución
Algún día se va a escribir en los textos de historia acerca la falta de claridades y acumulación de revanchismos que prolifera en la Convención Constituyente. En lugar de buscar lo común, cada uno se aferra a sus particulares identidades.
Esteban Meza