La llegada de la pandemia de covid-19 a Los Lagos generó una serie de transformaciones en los hábitos de los ciudadanos, toda vez que el temor a la entonces desconocida enfermedad, provocó que muchas prácticas habituales comenzaran a modificarse, de manera de evitar los contagios.

Uno de ellos, muy positivo, por cierto, fue el incremento que experimentó el uso de la bicicleta como medio de transporte -especialmente en Osorno-, ya que al ser un instrumento de desplazamiento al aire libre e individual, otorga la seguridad sanitaria necesaria para movilizarse de forma segura.

Ayudó al impulso de esta práctica que Osorno cuente con una red de ciclovías que ha ido incrementado su extensión y ya es posible transitar sin detenerse desde René Soriano por el oriente hasta llegar a Ovejería o bien a Rahue.

Sin embargo, para lograr una equilibrada convivencia entre peatones, ciclistas y automovilistas, aún falta mucho por avanzar ya que se registran algunos nudos que dan cuenta de problemas que le restan seguridad a estos trazados especiales implementados para los ciclos.

Problemas de este tipo han sido denunciados por los mismos ciclistas a través de redes sociales, quienes acusan poco respeto por parte de los automovilistas en tramos de Manuel Rodríguez, donde es habitual ver vehículos estacionados sobre la ciclovía.

A ello se agregan los cruces viales en arterias del centro, donde los vehículos no respetan el derecho preferente de paso de los ciclistas, o bien la falta de iluminación, mantención y seguridad en ciertos tramos, entre muchos otros comentarios realizados por los propios usuarios de estos espacios.

Se debe fomentar el uso de la bicicleta, un vehículo que además de otorgar salud a sus usuarios, no contamina. Sin embargo, para ello deben corregirse también los nudos críticos que surgen en la interacción entre los distintos medios de transporte en la ciudad.

En el año 2016 Corpcarne advirtió sobre la baja en la masa ganadera. Posibilidades de revertir esta situación existen, sólo basta con ver algunos casos internacionales, pero deben ser acciones coordinadas en la cadena productiva.

Un factor que afecta fuerte al sector de ganadería, es el valor del ternero, porque son muchas las familias cuyo presupuesto familiar está fuertemente influido por la venta de terneros de destete, generalmente en otoño. Y aquí se visualiza conjuntamente un tema importante, porque desde nuestra óptica, la actual tipificación produce un círculo poco virtuoso.

SI lográramos modernizarla, muchas vaquillas podrían permanecer en predio para obtener uno o varios terneros. Es un tema pendiente que requiere una mirada de largo plazo, haciendo confluir todas las variables y efectos que produce una normativa específica. Países como Uruguay han logrado incluso, a pesar de la alta exportación de animales en pie, generar mayores cantidades anuales de terneros disponibles, al dedicar esfuerzos a mejorar indicadores en rebaños crianceros, situación posible también de realizar en nuestro país, lo cual requiere apoyo del estado para la AFC.

En cuanto a los machos provenientes de lechería, este segmento cobra cada día mayor relevancia. Corpcarne posee la convicción que existe tecnología disponible para generar un círculo virtuoso creciente y constante entre los rubros lecheros y ganaderos. En este sentido, el sector cárnico ha mejorado sistemas de crianza artificial y, muy importante, la posibilidad de generar cruzas terminales sobre hembras lecheras.

Recientemente tuvimos la oportunidad de conocer resultados de productores que están realizando ésta práctica, y los resultados son muy interesantes. Es una forma práctica y sustentable de dar una opción de una mayor calidad de vida a los terneros provenientes de lecherías, para insertarse exitosamente en la cadena ganadera. Hoy vemos a productores lecheros entusiasmados. Esperamos que los procesos de adopción de alternativas puedan materializarse gradualmente con éxito, innovando en procesos y rentabilidad con una mirada ética conjunta.

Verónica Ruiz, Corpcarne