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cualquier trabajador puede llevar a sus hijos a esta iniciativa, incluso aquellos que desempeñan labores de forma independiente.

"Cumpliendo los requisitos, que en el fondo sí o sí debemos tener claridad si tienen contrato de trabajo, pero en el caso de que no lo tengan, pueden entregar una declaración jurada que acredite que están trabajando en los mismos horarios, como para que nosotros podamos recibir a los niños", detalló.

Pero en esta escuela los niños no sólo van por aprender y para pasar un día entretenido, sino que también allí reciben alimentación, donde la Junaeb hace entrega de desayuno, almuerzo y colación, tal como se hace en un periodo normal cuando van a sus escuelas. Además desarrollan diferentes actividades para el día a día, incluso se contemplan paseos para la finalizaciones de la escuela.

Hasta ahora esta iniciativa está en pleno proceso de inscripción, donde la Escuela Canadá hasta la semana pasada tenía la mayor cantidad de niños, que ya supera los 20, mientras la Paul Harris exhibe un poco menos. "Todavía quedan cupos, aún hay posibilidades de que los niños se puedan inscribir para poder participar", explicó Jessica Ramírez.

Excelente oportunidad

"Yo llevé a mis hijos por varios años, mientras me tocaba trabajar en una casa particular, y mi marido se iba todos los días a trabajar en el campo. Mis hijas estaban seguras y lo pasaban muy bien, me acuerdo que hacían muchos amigos en el verano que en el año iban a otras escuelas. Mis patrones me decían, 'trae a las niñas, nosotros no tenemos problema', pero yo pensaba que son tres y bien inquietas. A veces las llevaba, pero al final ellas mismas preferían ir a la escuela porque era muy entretenido", expresó Juanita Cáceres, quien relató que por cinco años llevó a sus tres hijas a las escuelas de verano, ya que durante todo enero debía seguir cumpliendo con sus labores como asesora del hogar.

Luego de eso las niñas fueron cumpliendo la edad límite para asistir y se quedaban en la casa, cuidándose entre ellas, pero la familia siempre quedó con un grato recuerdo de su paso por las escuelas de verano en Osorno.

Una historia reciente es la de Ximena Arancibia, quien trabaja haciendo aseo en casas particulares y en su casa vive con su hija y nietos de 7 y 9 años, pero que luego de terminar su año escolar están en hogares de vecinas, por lo que la familia decidió inscribirlos en estos días en la Escuela Canadá.

"Mi hija tiene que salir a trabajar todos los días y el papá de mis nietos ya no vive en Osorno, mientras yo no los puedo cuidar todos los días, porque tengo que salir a trabajar para llegar a fin de mes. Las vecinas me ayudan y estamos muy agradecidas de ello, pero también no queremos seguir molestándolas y sé, por lo que muchos me cuentan, que los niños van a pasarlo muy bien allá", añadió.

80 cupos ofrecen este año las escuelas de verano, las que están funcionando en los establecimientos Canadá de Rahue Alto, con 40 y Paul Harris de Rahue Bajo, con la misma cifra.

15 de febrero concluye el funcionamiento de las escuelas de verano este año, por lo que se llama a todas las familias trabajadoras interesadas a inscribirse en esta excelente alternativa gratuita.

3 comidas diarias reciben los niños: desayuno, almuerzo y once, además de las diversas actividades, en una jornada de 8.30 a 16 horas. Las inscripciones se realizan en las mismas escuelas.