La crisis económica mundial derivada de la pandemia golpeó fuerte a Chile, cuyo aparato productivo está muy orientado a las exportaciones. La emergencia sanitaria afectó la producción de empresas y servicios, pero a medida que la vacunación ha avanzado y se retoman las actividades presenciales, la economía comienza a repuntar.

También ha mejorado la confianza de los actores económicos. Recientemente la consultora internacional Ipsos lanzó su último "Índice de confianza global 2021", el cual muestra la opinión de más de 21 mil personas en 28 países: en octubre, la confianza de los consumidores chilenos tuvo un leve aumento de 0,3 puntos respecto de septiembre y alcanzó los 46,9 puntos. Es el sexto incremento consecutivo desde abril, el cual ubica al país como la nación latinoamericana de mayor confianza en la economía.

Chile se posicionó así en el lugar 15 entre las 28 economías medidas por Ipsos, en el mismo nivel de España e Israel. Pero los autores de la investigación constataron que aparte de la recuperación de la economía, advierten cierto pesimismo de los chilenos. Influyen las alzas de contagio, la tramitación del cuarto retiro y la inflación.

Sin embargo, la economía ha acumulado siete meses de fuerte expansión y es una de las de más rápido crecimiento en América Latina. Los informes oficiales indican que el año pasado, en el período más crudo de la pandemia, se perdieron más de 1,8 millones de empleos, pero ahora se han recuperado 1,3 millones de puestos. Tanto los retiros del 10% de los fondos de pensiones, y los bonos y ayudas del Gobierno, han contribuido a aumentar el poder de compra de los consumidores.

También es probable que el clima político, en un año marcado por las elecciones, haya generado incertidumbre en la ciudadanía. No obstante, el lunes hubo un indicio positivo, pues tras los resultados de la primera vuelta de la carrera presidencial, la Bolsa de Comercio de Santiago cerró con un fuerte salto del 9,69%, que es la mayor alza diaria en trece años. Y el último informe del Banco Central, dado a conocer la semana pasada, reveló que el Producto Interno Bruto de Chile experimentó un crecimiento del 17,2% en el tercer trimestre de 2021 en comparación al mismo período del año anterior.

Si bien es cierto el uso del lenguaje en nuestra Latinoamérica es muy diverso, en algunas ocasiones el mal uso de éste, y la generación de frases que culturalmente son entendidas en un sentido u otro dependiendo de la situación vivida, generan una gran variedad de realidades y algunas muchas veces muy mal intencionadas.

En nuestro caso de estudio, desde Boric hasta Kast, utilizan argumentos que deben someterse al escarnio público, que sin duda son captados por la ciudadanía, que en época de campaña electoral son denominados programas para captación de votos.

Desde que se vivió la jornada más oscura que la izquierda radical haya tenido en los últimos años, el equipo de Boric comprobó fehacientemente que la gran mayoría de los chilenos no se compraba su tesis del estallido como el grito de dignidad y que con furia se expresaba describiendo a un Chile como un país abusado y aplastado por las inequidades del neoliberalismo. Tampoco compartía los propósitos refundacionales del bloque ni suscribía la idea de que la violencia había sido necesaria para romper los equilibrios políticos, lo cual quedó súper claro y se evidenció en los últimos resultados electorales (Chile despertó).

Lo más importante es que las elecciones del domingo antepasado hicieron reaparecer en la política chilena el factor contrapeso -un sueño hecho realidad para muchos-, y que no estaba ni en los más mínimos cálculos de los cientistas políticos. Con mucha fuerza, puedo remarcar que el sistema político volvió a reequilibrarse dando espacio a una laguna de tranquilidad política en nuestro país. La ciudadanía le puso tarjeta "roja" al peor poder Legislativo de la historia de nuestra democracia.

Desde Boric hasta Kast deben acercarse sí o sí al centro político, para el primero el esfuerzo será mucho mayor, porque creó un lenguaje al estilo Boric, es decir locuaz, iracundo, y a veces frenético y aprendido. En cambio para Kast será más llevadero su proceso de acercamiento a aquellos votantes que quedan en el espectro político, por tener un lenguaje directo, cargado de sentimientos, que es lo que la ciudadanía quiere escuchar, de lo cual este último candidato ha sido muy consecuente, lo cual tampoco será fácil.

Carlos Bustos, presidente Multigremial