Las autoridades de la salud han designado a octubre como el mes de la prevención del cáncer mamario, considerando que al año se diagnostican alrededor de cuatro mil nuevos casos. Esta patología en nuestro país cobra las vidas de 1.400 mujeres cada año.

Este año la campaña de sensibilización tiene especial relevancia, si se considera que durante la pandemia muchas mujeres no se realizaron los exámenes de rutina que son fundamentales para pesquisar el cáncer en forma temprana. Los especialistas dicen que si bien hasta ahora no hay un reporte oficial de un aumento sustantivo en el cáncer de mama por falta de chequeos, se ha visto un porcentaje mayor a lo habitual de casos que llegan en etapas más tardías.

Antes de la pandemia de covid 19, el Ministerio de Salud señalaba que esta patología aumentaba en Chile más de un 20% en las últimas décadas. Hace dos décadas, una de cada 34 mujeres tenía riesgo de desarrollar un cáncer de mama, pero ahora ese riesgo es una de cada 10 mujeres.

Si bien el cáncer en general es una de las enfermedades más catastróficas, por el daño que produce en los pacientes, el efecto en las familias y por sus altos costos, también hay que señalar que se puede prevenir si se reduce la exposición a los factores de riesgo.

Se estima que en el mundo, una de cada diez mujeres -como promedio- desarrollará cáncer de mama en algún momento de su vida. Por tanto, se trata de un riesgo latente que además se incrementa con el transcurso de los años, por cuanto más del 85% de los casos nuevos y el 90% de las muertes se produce en mujeres mayores de 45 años.

En los casos más graves, parte del tratamiento es la mastectomía, operación quirúrgica que consiste en la extirpación de la glándula mamaria o de una parte de ella.

Lo importante hoy es poder tomar conciencia que, detectado a tiempo, es posible reducir las graves consecuencias que produce el cáncer mamario.

El discurso -o proceso comunicativo- es un factor que cumple una función no sólo como elemento socializador, comunicacional e ideológico, sino que también es un factor determinante que permite aglutinar, o bien, separar, enemistar y polarizar a grupos de personas en torno a ciertas ideas, expectativas y valores, especialmente, cuando predominan los discursos de odio.

Nuestros incompetentes políticos han logrado hacer estallar con todas sus fuerzas la rabia, molestia y descontento acumulados durante estos últimos 30 años de pseudo "democracia", donde abundaron miles de promesas de futuro bienestar… nunca cumplidas.

Existe un largo prontuario de desidia y corrupción por parte de gente que no se cansa de abusar del pueblo al que dicen "servir", hasta el punto que ese pueblo salió a las calles a manifestar su frustración e indignación, situación que terminó con un grupo de chilenos que se pasó al otro extremo: el de los saqueos, vandalismo, destrucción masiva, terrorismo y devastación sin sentido.

Tenemos, asimismo, a una serie de políticos inescrupulosos -de todos los colores y sectores ideológicos- dispuestos a venderles su alma al diablo con tal de ser elegidos -o reelegidos- como diputados, senadores o presidente de nuestro país, ofreciendo el oro y el moro -sin recato alguno- a todo aquél que los quiera escuchar, sea chileno o extranjero.

La conducta de una parte de la sociedad ha sorprendido a muchas personas, incluyendo a expertos del comportamiento, ya que lo que hemos vivido va mucho más allá de lo meramente estructural: ahora también entra en juego el grave daño emocional, social, moral y de imagen que estamos provocando entre nosotros mismos y ante el resto del mundo.

¿Cómo se explica lo sucedido? No cabe duda, que al responder esta pregunta, los dardos apuntan en forma directa hacia los grandes empresarios y políticos que se coluden entre sí, y en contra de las autoridades de los distintos gobiernos "democráticos" por su ineptitud para responder a las verdaderas necesidades de la gente.

Ante esta triste realidad, habrá que aceptar que este "terremoto social" resquebrajó seriamente la esencia misma de nuestra identidad nacional.

Dr. Franco Lotito, profesor del MBA de la UACh