La prolongada sequía que afecta al país desde hace 12 años, ha generado una situación complicada, especialmente en zonas agrícolas, considerando que los últimos años han sido considerados entre los más secos de los que se tenga registro.

Los suelos cultivables se afectan por falta de precipitaciones y de las sequías prolongadas, lo que no solo repercute en los cultivos y en la ganadería, sino también en las condiciones de vida de las personas que habitan estos lugares.

Los datos son peores en materia de caudales, porque cada año la nieve caída se derrite más rápido por las temperaturas más altas, por lo tanto, hay más evaporación y el riego se hace menos eficiente. Se trabaja para acumular las mayores reservas de agua posibles en los embalses y buscar otras fuentes de abastecimiento, sobre todo para las zonas agrícolas. Hay que considerar que el agua es un elemento importante en el bienestar de la población y tiene un impacto positivo en la vida de las personas, al incidir en la seguridad alimentaria y energética, la salud y el medio ambiente. El cambio climático es una realidad, y paralelamente, está la creciente necesidad de agua que tienen la agricultura, la industria y las ciudades.

Debido a la sequía prolongada y al déficit hídrico, el Gobierno ha declarado emergencia agrícola en varias regiones.

El plan para enfrentar mejor la escasez hídrica incluye fondos especiales para ayudar a pequeños agricultores a tecnificar el riego, construir tranques y obras de riego para fomentar la transformación productiva, fondos concursables para agua potable rural y para investigaciones científicas en el tema. Entre las medidas extraordinarias anunciadas hace unos días por el Gobierno se encuentra la elaboración de planes de gestión de 101 cuencas de ríos en el país, construcción de tranques, impermeabilización de canales de regadío, y se pondrá máxima urgencia a la extensión de la vigencia de la ley de fomento del riego, con foco en la pequeña y mediana agricultura.

Esto, más las acciones para cuidar el recurso y hacer más eficiente su uso, ayudará a atenuar los efectos de esta prolongada sequía.

Hace poco más de una semana se vivió el primer Encuentro Nacional de Gobernadores Regionales, el cual marca un hito en las instancias de desarrollo de los territorios y, además, fue un punto de inflexión en el nacimiento de la fuerza cohesionada de las regiones. Con la llegada de los gobernadores se ha visibilizado y encauzado una energía que engloba toda la capacidad de las distintas zonas del país.

En la cumbre fui testigo y partícipe de la energía e influencia que representan el trabajo unido del talento productivo y social de las regiones, así como sus emprendedores, gestores culturales, universidades y todos quienes se atreven a innovar. Por esto y más, no podemos desconocer que estamos frente a una enriquecedora potencia social: el poder de las regiones.

Me atrevo a decir que sin duda merece ser el Quinto Poder. Si bien la intervención económica del Estado en los mercados y el espectro de información que circula gracias a Internet, rivalizan por llevarse esta denominación, son las regiones y sus nuevas administraciones las que tienen la configuración adecuadas para ser llamados el quinto poder en Chile. No sólo representan la voluntad de la comunidad regional, además cuenta con una autonomía creciente que permite avanzar en la descentralización de las decisiones y canalizar la inversión pública desde las necesidades de las comunas locales.

Estamos viviendo una nueva era, donde las regiones no son una sola fuente de recursos, sino que son motores de oportunidades. Es tiempo de romper mitos y construir una nueva realidad, donde los más jóvenes puedan soñar con quedarse en su zona, cumpliendo ahí sus metas y no teniendo que emigrar. Por qué no creer que vamos a caminar hacia un nuevo ciclo donde volver a potenciar la agricultura familiar campesina sea una posibilidad cierta y rentable para quien lo emprenda. Estamos frente a un sin fin de posibilidades y escenario que dependen de nuestro trabajo comunitario actual.

Cómo no ilusionarnos, cómo no entusiasmarnos si el panorama es claro: llegó el tiempo de crecer de forma sustentable para la Región de Los Lagos y está en nosotros si eso nos lleva a una mejor calidad de vida para todos y todas.

Patricio Vallespín, gobernador regional