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Si bien las ganancias no son como en una época normal, agradecen como familia poder atender a sus clientes y de a poco ir afirmándose en lo económico, para regularizar su situación.

"Estar en casa y sin hacer nada es complicado. Además, con mi marido somos adultos mayores, entonces tuvimos que cuidarnos bastante para estar bien con la salud. El apoyo de nuestros hijos ha sido fundamental para sobrellevar todo que ha sido muy difícil", relató la locataria del Mercado Municipal.

Todas las emprendedoras del recinto agradecieron el gesto que tuvo la municipalidad de Osorno de condonar el gasto de los arriendos en los meses más complejos de la pandemia, porque tuvieron un dolor de cabeza menos, ya que las cuentas por otros ítems se iban acumulando.

El socio

La emprendedora local Fabiola Neira abrió en 2015 su cocinería en el segundo piso del Mercado Municipal, llamado El Socio. La inauguró precisamente cuando fue remodelado este tradicional espacio ubicado en calle Errázuriz.

La comerciante señaló que en los primeros años las ventas estuvieron muy buenas, pero el extenso corte de agua de Essal, la violencia del llamado "estallido social" y posteriormente el inicio de la pandemia, la perjudicó bastante, porque de un momento a otro tuvo que cerrar sus puertas.

"Sin duda que para el rubro de la gastronomía han sido meses muy complicados, porque de un momento a otro dejamos de generar ingresos y así es muy complejo mantenerse. Desde ese momento me quedé en casa pensando en que esto duraría un par de meses, pero jamás imaginé que se alargaría tanto. En todo caso, nunca quise trabajar en preparaciones para llevar, porque no era conveniente", dijo.

Para mantenerse, la emprendedora tuvo que recurrir a sus ahorros y pagar las imposiciones. Esto le sirvió, por ejemplo, para optar a algunos beneficios como el Fogape.

"Estoy pagando el Fogape actualmente y también me gané un Reactívate de Sercotec, que me ayudó bastante y era difícil de conseguir, porque no debía tener ninguna deuda. Pero de alguna manera me las arreglé para seguir adelante, aunque en algún momento pensé en cerrar para siempre mi local, porque se hacía insostenible todo", manifestó Fabiola Neira.

Uno de los grandes inconvenientes que ha debido sortear, ha sido la prepotencia de algunos clientes que no entienden que por norma sanitaria deben presentar su permiso de movilidad para ingresar a un local de comida.

"Hemos pasado momentos complicados, porque algunas personas no entienden que por norma se les exige que deben portar sus permisos. Hemos sido agredidos verbalmente por algunos e incluso me han tratado de discriminadora por el hecho de que no los hemos dejado entrar, pero las reglas son así y no nos podemos exponer a eso, porque tenemos que cumplir y las multas son caras", dijo la emprendedora Fabiola Neira.