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año pasado, mayoritariamente mediante la atención virtual, al igual que todo lo relacionado con los Tribunales de Familia, que de acuerdo a la normativa vigente declaran si un menor de edad vulnerado gravemente en sus derechos es susceptible para la adopción.

Esta decisión se ajusta a la Ley 19.620, la que precisa que cuando un menor es dañado gravemente en cualquiera de sus formas debe ser protegido. Ahí es derivado a una residencia o familia de acogida mientras, paralelamente, se trabaja con su familia de origen para intentar una reinserción. Si esto fracasa, sondean si existe algún pariente (hasta tercer grado) que esté dispuesto y pueda hacerse cargo del pequeño. Si ninguna de las alternativas anteriores funciona, será la justicia la que abrirá el camino hacia la adopción.

Espera de amor

Tamara, una profesora de 38 años, desde muy joven tuvo claridad que deseaba formar una familia donde uno de sus hijos fuera adoptado, sentimiento que fue compartido por Franz (39 años) a quien conoció en la universidad y con quien formó una familia cuando se casaron hace 12 años. Fruto de esta relación nacieron Clemente (9 años) y Mateo (5 años).

"En 2015 tomamos la decisión muy silenciosa de iniciar el proceso de adopción, participando en todo lo que esto significa. Comenzamos a preparar a nuestros hijos diciéndoles que pronto llegaría un hermano, lo que no pensamos es que iba a ser tan larga esta espera. En algún momento como que nos angustiamos porque veíamos que era tanta la burocracia, que se veía lejano, aunque siempre tuvimos mucho apoyo de los profesionales, especialmente del área social. Cuando llegó la pandemia se veía aún más complicado, hasta que el 31 de diciembre recibí el llamado y supe que era nuestro hijo", detalló Tamara, quien prefiere mantener en reserva los apellidos de la familia.

A partir de esa fecha comenzaron los papeles que muchas veces los llenaron de ansiedad ya que su hijo Samuel (2 meses) estaba en un hogar de menores en la comuna de Osorno, mientras ellos lo esperaban con mucho amor en su casa en Frutillar. "Cuando el 9 de febrero viajamos para ya tenerlo de forma definitiva, fue mágico, porque es nuestro hijo y ver cómo sus ojos poco a poco fueron cobrando vida, llenándose de luz y alegría, es impagable. Tenemos 3 hijos maravillosos. Somos una familia muy linda, con mucho amor y vivimos este proceso muy profundamente porque es maravilloso y debería ser menos demoroso, ya que es prolongar el sufrimiento de un niño al que una familia espera con amor", remarcó.

También, durante la pandemia, la pareja osornina conformada hace 12 años por Tatiana Aguilar (47 años) y Claudio Díaz (49 años) comenzó los trámites de adopción de Alejandra (9 años), a quien conocieron dado el trabajo social que realiza Tatiana.

"Alejandra es una niña maravillosa y muy valiente, dada la vulneración de derechos que enfrentó y que incluso le dejó secuelas físicas. Nosotros lo conversamos y en enero de este año solicitamos su cuidado personal, el cual nos fue otorgado por el tribunal y en febrero comenzamos los trámites de adopción, pasando por charlas, entrevistas, talleres, hasta que nos derivaron a un programa y en eso estamos", dijo la asistente social.

Agregó que la decisión fue tomada conjuntamente por todos los miembros de la familia, la cual está conformada por los hijos de Tatiana, Sebastián (27 años), Nicole (26) y Cristóbal (16), además de Sebastián (16) y Catalina (19) que son de Claudio. "Juntos la fuimos a buscar a fines de febrero a Santiago donde estaba por razones médicas y ella es nuestra hija, es una más en la casa, donde lentamente ha ido abriéndose al amor que tenemos todos para ella. Ha sido una experiencia muy enriquecedora y que nace del profundo amor que sentimos por ella desde que la vimos tan vulnerable, pero tan valiente. Ella es alegría y nosotros queremos, que al igual que nuestros hijos mayores, sea siempre feliz, que tenga un camino que no estará exento de dificultades, pero que con paciencia, comprensión y respeto vamos a sortear todos juntos", explicó.

Proceso de adopción

Según las estadísticas del Sename la mayoría de los niños adoptados en Chile son de 0 a 3 años (64%), seguido del tramo de a 4 a 5 años, siendo un porcentaje muy minoritaria la adopción de mayores de 6 años y adolescentes.

La implementación de la modalidad de atención remota significó un aumento de solicitantes de adopción a nivel regional, donde un total de 180 postulantes han participado durante 2021 de los ciclos de charlas informativas de inicio del proceso, lo que supera ampliamente incluso el promedio anual registrado en el 2019 donde no superaron los 100 interesados.

Un escenario distinto se presenta en caso de los menores de edad, ya que todas las restricciones implementadas a nivel sanitario han impactado negativamente en las cifras de niños declarados susceptibles de adopción. A nivel regional durante el primer semestre del 2021 se registran 5 menores, lo que equivale a un 79% menos que los 24 niños que en igual periodo del 2019 fueron declarados aptos para iniciar la búsqueda de apoyo y protección de una familia distinta a la de origen y directa, donde tras un proceso judicial no se pudo encontrar un cuidador idóneo y capaz.

Ítalo Patrone, sicólogo coordinador de la Unidad de Adopciones del Sename Los Lagos, explicó que lamentablemente la baja en las cifras de niños susceptibles no significa que disminuyera la vulneración de derechos graves en menores, sino que la pandemia ha frenado las denuncias principalmente porque donde son detectadas en su mayoría están en modalidades remotas, como son los recintos educacionales o los mismos centro de Salud Primaria donde también existen muchos procedimientos realizados de forma remota.

"El primera llamado es a que cualquier persona que visualice que existe una vulneración de derechos en menores se hagan las denuncias. Existen muchos canales, incluso anónimos, que permiten activar el procedimiento de protección para luego investigar si la situación efectivamente corresponde a una vulneración y si es así, se tomarán las acciones pertinentes como informar al Tribunal de Familia que determinará las medidas que se deben adoptar. Porque lo primero y más importante es resguardar al menor, por lo que ante la mínima sospecha se debe denunciar. Esta cifra esconde un drama que está siendo invisibilizado por la pandemia y eso es alarmante", comentó el profesional.

"Entonces la adopción es un círculo virtuoso de amor y bondad, siendo una alternativa social que debemos fortalecer"

Lilian Peña, dir. regional del Sename