Rusia y Francia intensifican disputa por el etiquetado de la champaña
ECONOMÍA. Una nueva ley rusa obliga a los productores extranjeros a etiquetar sus vinos solo como "espumantes".
Efe
Rusia y Francia intensificaron su "guerra por la champaña", ante la indignación en el sector francés por una nueva ley rusa que obliga a los productores de champaña extranjeros a renunciar a esta denominación en Rusia, donde tendrán que identificar sus vinos simplemente como "espumantes".
"champaña soviética"
"Esta historia de las denominaciones es muy vieja, es una historia que venía de los tiempos soviéticos. La ley fue aprobada y debe cumplirse", dijo el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov.
La ley establece que en Rusia solo se podrá vender champaña "producida" en el país, donde desde la época de la Unión Soviética se vendía un vino espumante nombrado "Champaña Soviética".
Peskov señaló que "la vinicultura rusa es una rama de la economía que se desarrolla muy rápidamente y con mucha calidad, pese a la situación de crisis".
"Es una rama compleja de la economía y no genera dinero rápido. El proceso empresarial es largo: es muy complejo desde el punto de vista tecnológico, toma mucho tiempo, y sin embargo, esta rama se desarrolla bien y claro está, debe ser y será apoyada por todas las vías", declaró.
Según esta nueva normativa rusa, promulgada el viernes por el presidente Vladimir Putin, las importaciones de champaña tendrán que ser etiquetadas como "vino espumante".
Reacción francesa
Ante la polémica normativa, el ministro francés de Agricultura, Julien Denormandie, dijo que su posición es muy "clara" y que "la palabra champagne viene de la región francesa donde se produce y tiene una denominación de origen".
El ministro reconoció que siguen "muy de cerca" la situación con la autoridades rusas, dentro de una "batalla de años" en defensa de esa denominación. "Hace mucho que estamos trabajando con los rusos en esta situación y seguiremos haciéndolo", agregó.
Por su parte, el ministro de Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, apostó por solucionar el conflicto a través del "diálogo", pero advirtió de que París acudirá a la Organización Mundial de Comercio (OMC) si lo considera necesario.
Indignación en el sector
Con mayor dureza se manifestaron diversas organizaciones profesionales del sector francés ante lo que se considera el "robo" de uno de los símbolos nacionales.
"Esta ley es inaceptable porque ataca lo más valioso que tenemos, que es nuestro nombre y que desde hace tres siglos ha estado ligado al esfuerzo, la calidad y la excelencia", declaró David Chatillon, director general de la Unión de Productores de Champaña, que congrega a las principales empresas del sector.
En tanto, el Comité Champagne, que agrupa a todos los sectores (como viticultores y bodegas) relacionados con la producción de la bebida alcohólica, dijo que está "escandalizado" por la legislación rusa.
El organismo recordó que el nombre champaña "está protegido en más de 120 países", y rechazó que la legislación rusa "no asegure a los consumidores rusos una información clara y transparente sobre el origen y las características de los vinos".
Por eso, pidió que las empresas dejen de enviar sus vinos a Rusia hasta que la situación se aclare, y demandó a las diplomacias de la UE y de Francia que consigan "modificar esta ley inaceptable".
"Todos los productores estamos en la misma posición" de no enviar botellas a Rusia hasta analizar a fondo la legislación, aseguró Chatillon.
También precisó que, en contra de lo que se informó, Moët Hennessy, una de las firmas más prestigiosas y lujosas de Francia, no dijo que reanudará los envíos a Rusia. La polémica surgió debido a que primero se informó que la marca de champán suspendería el envío de champaña, y luego trascendió que "cumpliría con la normativa rusa".
"La palabra champagne viene de la región francesa donde se produce y tiene denominación de origen".
Julien Denormanie, Ministro francés de Agricultura