Menos eslóganes
En el mes internacional del orgullo LGTBIQ+ y las diferentes fechas que conmemoran un momento importante, donde se han vulnerado una serie de derechos, la clase política debería tener menos eslóganes y más políticas públicas.
Eduardo Zuchel
Propiedad y derechos
Los derechos de las personas en una sociedad libre están anclados en la institución de la propiedad. Sin propiedad privada no puede haber derechos ni libertades. Un ejemplo práctico es la facultad de las personas a expresarse libremente, asociarse con otros y participar en los procesos políticos. Si no existiera la propiedad privada, si algún gobierno controlara todos los recursos, ¿cómo podrían los candidatos preparar una campaña electoral? Para comunicar su mensaje, deben arrendar sedes, imprimir folletos y difundir sus propuestas. Por lo que, si el gobierno posee todos los lugares de reunión y administra los medios de difusión, le sería posible impugnar alguna campaña, en especial la de quien sea crítico de este o sus políticas. Si los ciudadanos no tuvieran la propiedad de su propia persona, no habría impedimentos para evitar que el gobierno silenciara a sus opositores, censurándolos o incluso arrestándolos. Sin propiedad, no hay justicia. La libertad de expresión, junto con la capacidad de los medios de comunicación para reportar y comentar según sus propias definiciones sin la intervención de los gobiernos, constituye una de las mayores protecciones de la sociedad civil. Debemos ser escépticos frente a aquellos candidatos que propongan condiciones arbitrarias a este derecho.
Martín Durán
0'Higgins y Miranda
Cuando Bernardo O'Higgins, luego de sus estudios, abandonó Londres, el precursor de la independencia americana Francisco de Miranda, le entregó una carta titulada: "Consejos de un viejo sudamericano a un joven compatriota al regreso de Inglaterra a su país".
Entre otros conceptos escritos destacaba el siguiente: "¡Amáis a vuestra Patria! Acariciad ese sentimiento constantemente, fortificadlo por todos los medios posibles, porque solo a su duración y a su energía deberéis el hacer el bien", para luego mencionar "…solo el más ardiente amor por vuestra Patria podrá sosteneros en vuestros esfuerzos por su felicidad".
Más de dos siglos después sus palabras siguen vigentes, hechas por cierto realidad a través de la vida de nuestro prócer, quien nos envía desde el pasado su ejemplo en forma de legado.
Hoy como ayer y, por cierto que en el mañana, el hacer el bien a Chile y a sus habitantes pasa sin lugar a dudas por el amor que se sienta por la Patria, inicio y fin de los esfuerzos de todo servidor público y de todo habitante de este suelo, no percibirlo así hace que se pierda el sentido y la esperanza. Antonio Yakcich Furche, presidente del Instituto O'Higginiano de Rancagua
Consumo de leche de vaca
Por años, la leche de vaca ha sido considerada un alimento esencial. Destaca por su importante aporte de calcio, potasio, vitamina B12 y B5, magnesio y zinc. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un consumo de 3-4 porciones de lácteos preferentemente con bajo contenido graso al día.
Su aporte nutricional varía según su formato: entera (26% materia grasa), semidescremada o descremada. En promedio, en 100 ml, aporta 60 calorías, 3 gramos de proteínas, 5,6 gramos de hidratos de carbono y 2,6 gramos de grasas. 1 porción de lácteo aporta aproximadamente 230 mg de calcio que equivale al 25% del requerimiento promedio de un adulto sano.
Existe un debate entre diversas entidades científicas respecto a su consumo. La Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard señaló en un estudio que 'Los lácteos no son necesarios en la dieta para mantener una salud óptima, pero para muchas personas, es la forma más fácil de obtener calcio, vitamina D y proteínas que se necesitan para el corazón, músculos y huesos sanos'. A raíz de ello, decide sustituir en la Lista de Alimentos saludables la leche por agua.
Sin embargo, las recomendaciones nacionales respecto al consumo de leche, y la que adopta el Colegio de Nutricionistas de Chile, es continuar promoviendo su consumo en la población apelando a la evidencia que respalda sus múltiples beneficios: Incrementa mineralización de huesos en niños y adolescentes por su alto aporte de calcio, vitamina D, B12, entre otros nutrientes; la grasa contenida en la leche tiene menor efecto sobre la acumulación de lípidos a nivel arterial, también conocido como efecto aterogénico, al compararla con la grasa contenida en las carnes. Además, el consumo de lácteos se ha relacionado con una menor incidencia de diabetes, hipertensión y enfermedades crónicas.
Natalia Contreras Jeldres, Académica Escuela Nutrición y Dietética U. Andrés Bello