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México: violencia narcopolítica marcó la campaña electoral

COMICIOS. El proceso más masivo en la historia del país culmina el domingo y será recordado por cientos de homicidios, secuestros y amenazas a los candidatos.
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Agencias

Las históricas elecciones mexicanas del domingo, cuando se pondrá a prueba el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, son también las más violentas de la historia reciente con más de 230 asesinatos vinculados a la política.

Desde que comenzó el proceso electoral el 7 de septiembre, la consultora Etellekt ha documentado más de 780 agresiones o delitos contra políticos como homicidios, amenazas, secuestros, robos e intimidación en concentraciones, que ya superan las 774 de las elecciones de 2018.

"Sin duda, en términos globales, esta elección será la más violenta desde 2000", manifiesta Rubén Salazar, director de Etellekt.

La consultora contabiliza 89 políticos asesinados, de los que 35 eran aspirantes o candidatos, pero también 99 servidores públicos sin militancia, 10 colaboradores y 34 familiares de políticos, por lo que las muertes superan las 230.

Casi el 90% de los ataques corresponden al ámbito local y 75% de los fallecidos eran opositores al gobierno de su estado, detalla Salazar.

Gran parte de los asesinatos (44%) han sido de la alianza opositora "Va por México", del derechista Partido Acción Nacional (PAN), el exgobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD).

"Sí es una expresión ya no solo de narcopolítica, sino de un verdadero Estado criminal que está presente en los tres niveles de gobierno, no solo en el municipal, en el estatal también y en el federal", asegura Rubén Salazar.

Una de las aspirantes que han obtenido protección es Lía Limón, de la alianza opositora "Va por México" a la alcaldía Álvaro Obregón de Ciudad de México, quien denunció violencia política de género.

"Ha sido un ataque constante del cual hemos dado parte a las autoridades, como ha sucedido en otros estados, hay un número nunca antes visto de candidatos que han perdido la vida, no es un solo caso, por lo tanto ya basta", comenta.

Tendencia general

La elección ocurre después de los dos años más violentos en la historia de México, con 34.681 asesinatos en 2019 y 34.554 en 2020.

Para Limón, la violencia política es parte de una tendencia general de inseguridad que ha alcanzado a la capital.

"En todas las colonias, en todas las calles, la gente expresa estar harta de la inseguridad, vivir con miedo y estar hartos de vivir con miedo y en malas condiciones, por eso es un tema prioritario para atender", sostiene.

La oposición también ha advertido que López Obrador y su partido atacan la legitimidad del autónomo Instituto Nacional Electoral (INE) para desacreditar y judicializar las contiendas que pierdan, como Álvaro Obregón.

"Lo he vivido en carne propia y me parece lamentable, yo sí creo en la democracia y la necesidad de cuidar nuestras instituciones, sí creo en que puede haber diversidad de opiniones", dice Limón.

Sin distinción

Pese al ensañamiento con la oposición, Etellekt también cuenta que el 29% de los asesinados han sido aspirantes de Morena o aliados.

La policía también ha protegido a políticos como Juan Antonio Magaña, del oficialista Partido Verde a gobernador de Michoacán, luego de que su casa fuera incendiada.

"Hechos como estos no solamente empañan el proceso electoral, sino también nos dejan muy mal parados en la seguridad, en la imagen de México en el extranjero, pareciera tierra de nadie", afirma.

Plan de protección no da garantías, según experta

Los ataques suceden pese al plan de protección de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC). Helden de Paz, consultora de seguridad, ve positivo que por primera vez exista un plan, pero opina que "desafortunadamente está fracasando". "No veo indicadores que nos digan que en el próximo ciclo ya no vamos a enfrentarnos a estas problemáticas, estamos empezando a normalizar la violencia en cada elección. Ya no es sorpresa que maten a otro candidato", lamenta.

Perú: presidenciables desoyen normativa con activas agendas de cierre de campaña

LIMA. Fujimori y Castillo encabezaron concurridas manifestaciones públicas.
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Pese a la prohibición para efectuar reuniones masivas, los candidatos presidenciales de Perú lideraron diversas actividades al cierre de la campaña, con miras al balotaje del domingo, al que llegan en empate técnico.

La carta de la extrema izquierda, el profesor Pedro Castillo, recorrió las calles capitalinas y fijó la plaza Dos de Mayo como punto de reunión con sus adherentes.

En la clausura, prometió crear un millón de empleos en su primer año y combatir el covid-19, que convirtió a Perú en el país con la mayor tasa de mortalidad global.

En una presentación matinal de su equipo, el aspirante de Perú Libre hizo un llamado a la unidad porque el país necesita "justicia y oportunidades".

"Dejemos a un lado algunas diferencias, han habido zancadillas, es parte de la lucha política, pero es el momento de pensar en cómo sacar adelante al país", expresó.

Cambio de reglas

La jornada final de la derechista Keiko Fujimori partió con una cicletada en la ciudad de Piura, a la que le sucedió un encuentro el Lima con empresarios de múltiples rubros

"Vivimos en un mundo globalizado. Por eso, mi compromiso es seguir para que nosotros los peruanos tengamos posibilidades de traer nuevos productos, porque si nos cerramos (los precios de) todos los productos van a volar", dijo en alusión a la orientación proteccionista de su contendor.

También fue muy crítica con el manejo de la crisis sanitaria del presidente Pedro Sagasti. "Planteamos un cambio de protocolo, de reglas, que nos permita tener más fluidez. Es absurdo que los aforos sean tan pequeños. Vamos a reducir el toque de queda, aumentar los apoyos y utilizar los parques y las veredas para que todos los restaurantes puedan salir a flote", afirmó.

La fundadora y postulante del partido Fuerza Popular eligió el Óvalo Las Palomas, ubicado en el sur de la ciudad, para reunirse por última vez con sus simpatizantes.

Tiananmen instaló "miedo a luchar", según exjerarca

CHINA. Bao Tong fue el más alto cargo juzgado y encarcelado tras la matanza.
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Lleva bajo estrecha vigilancia desde 1989, pero cuando a los periodistas se les impide acceder a su vivienda, él no tiene inconveniente en salir a la calle y sentarse a charlar en un restaurante.

Bao Tong (Haining, 1932), el más alto cargo en ser encarcelado en el contexto de las manifestaciones de Tiananmen por haber apoyado a una solución dialogada, comenta que el violento episodio instaló a fuego en el seno de la sociedad china el "miedo a luchar".

En 1989, Bao Tong era el primer secretario del secretario general del Partido Comunista de China (PCCh), Zhao Ziyang, depuesto por su predisposición al diálogo con los disidentes.

Es una excepción al mutismo de la cúpula china y quizá el mayor disidente del país. "Me vigilan las 24 horas del día", afirma. Luego matiza: "No tienen miedo de mí o de lo que yo diga, sino de que lo sepan otras personas".

Tras la masacre del 4 de junio de 1989, cuyo número de manifestantes muertos a manos del Ejército sigue siendo desconocido 32 años después, lo arrestaron y lo condenaron a siete años de cárcel, acusado de "revelar secretos de Estado" y de "propaganda contrarrevolucionaria".

La China actual, dice, dista mucho de la de 1989, cuando miles de personas salieron a la calle a reclamar el fin de la corrupción y apertura política.

Libertad de prensa

Bao cree que aquel 4 de junio en el que descarriló la reforma política china fue un punto de inflexión: "Desde entonces, la gente tiene miedo a luchar".

Si se le pregunta por los cambios necesarios para la China actual, señala: "Primero, libertad de prensa. Es lo que más necesitamos. Hay muchos cambios necesarios, pero para eso es imprescindible que haya libertad de prensa".

Su deseo es que "todo el mundo cuente lo que sepa sobre el 4 de junio, pero la gente cada vez habla menos y muchos líderes fallecieron".

Con tantos años de desdicha, ¿se arrepiente de algo? "Es muy normal que en China te persigan por tus ideas. No puedo decir que me arrepienta. Y hay mucha gente que ha sufrido más que yo. Muchos murieron y yo sigo vivo", apunta.

200 muertos es el saldo más conservador que se maneja de la revuelta, ocurrida en mayo de 1988.