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Pedro Montecinos (28 años) es conductor del camión recolector, vive en el sector Los Negros, en la Ruta 215, desde donde diariamente viaja de madrugada para cumplir su trayecto junto a su tripulación, entre la que se encuentra Juan Barría. Lleva 5 años trabajando en el rubro que, según dijo, es invisible para muchos y que durante la pandemia quedó en evidencia, ya que no fueron considerados desde el principio en el proceso de vacunación, no han recibido bonos ni apoyo desde el Gobierno y la comunidad tampoco es muy consciente al momento de sacar y manipular su basura.

"La basura aumentó durante la pandemia en todas las casas y eso lo notamos, principalmente en verano, porque si normalmente damos dos vueltas a camión lleno (15 mil kilos) tuvimos que hacer 3 e incluso 4. También hay cambios desde la primera cuarentena a esta última. Antes la gente limpiaba, dejaba sus bolsas sanitizadas y las calles estaban más desocupadas de vehículos circulando, lo que cada cuarentena se cumple menos", explicó Montecinos.

Indicó que una de las cosas más complicadas durante la pandemia es la falta de apoyo que han tenido desde las autoridades de gobierno y políticas, a pesar de cumplir un rol esencial y haber estado en la primera línea desde que comenzó la emergencia sanitaria.

"Anuncian bonos que no hemos recibido, nos entregaron unas cajas de alimentos, pero porque las solicitaron desde el sindicato. No tenemos grandes sueldos y el costo de todas las cosas ha subido. Sería bueno que nos apoyaran desde esa mirada económica, porque todos tienen basura: autoridades, gente de salud, ricos y pobres, y son retiradas por un trabajador recolector. Que las personas también tengan más empatía con nosotros y nuestro trabajo, el que hacemos por un sueldo, pero también porque sabemos que somos importantes para el correcto funcionamiento de la ciudad", dijo Montecinos.

Difícil y olvidada labor

El 99 por ciento de las personas depende del camión para desechar la basura que se genera al interior de los hogares, la que a todos molesta, es difícil manipular e incluso para dejar en la vía pública tres veces a la semana para que sea retirada.

El tesorero del Sindicato de Trabajadores Servitrans Osorno, Claudio Loaiza, explicó que 120 hombres, entre 20 y 50 años, no han parado de trabajar ni un minuto durante la pandemia como conductores y auxiliares de camiones recolectores de basura, sumado a personas que cumplen labores administrativas en las dependencias que la empresa tiene a la altura del kilómetro 5 de la Ruta U-400 al Mar.

"Este trabajo no es fácil, levantarte todos los días a las 5 y después hacer una labor física importante, porque cada bolsa o tarro pesa varios kilos. Hay que estar en constante movimiento por kilómetros. Pero ahí estamos, con el mejor ánimo y disposición, aunque expuestos y aún no tenemos el reconocimiento esencial que merecemos, porque manipulamos la basura de la comunidad, trabajo que no todos quieren o pueden hacer. Esto es vocación, aquí han venido personas que no duran dos días, porque no es para ellos", explicó el dirigente.

Agregó que pese a estar en la categoría de servicios esenciales en el Plan Paso a Paso, no han sostenido ninguna reunión con autoridades de Salud regional, provincial y comunal, a pesar de las reiteradas solicitudes formuladas.

"Los protocolos que tenemos fueron manejados por la empresa y otros organismos de prevención, pero nunca, por ejemplo, se nos habló de protocolos para el retiro de basuras en las residencias sanitarias. Tampoco hay un llamado constante a la ciudadanía a tomar las precauciones al momento de sacar su basura, más aún quienes están con covid-19. Se llama al autocuidado, al cumplimiento de medidas, pero ¿quién piensa en los trabajadores que manipulan los desechos que las familias dejan en la puerta de su casa", explicó Loaiza.

Considera fundamental que exista prioridad para la realización de PCR de los trabajadores, quienes deben realizar filas e incluso pedir por favor, pese al riesgo que revierte su trabajo en tiempos de pandemia. Situación que también enfrentaron al momento de vacunarse, proceso que tampoco han podido completar todos por el horario de trabajo.

"Nosotros mismos retiramos la basura de los centros de vacunación, pero no podíamos ir a inocularnos. Eso es triste, al igual que la gente que no tiene empatía con nosotros. Ese es el llamado, porque hacemos con gusto y compromiso esta labor y esperamos que las autoridades nos consideren y la gente nos respete", expresó.

120 hombres trabajan como recolectores de basura en la comuna, quienes de lunes a sábado recorren desde las primeras horas de la mañana las calles de todos los sectores retirando los desechos.

3 frecuencias de recolección operan en la ciudad: diaria en el caso de la zona centro; lunes, miércoles y viernes en toda el área centro, oriente, Francke y Ovejería; y martes, jueves y sábado en Rahue Alto y Bajo.

170 mil habitantes tiene la comuna, según datos entregados por el INE, de los cuales más de 90% vive en el sector urbano y dependen del retiro de desechos domiciliarios realizados por 120 operarios.