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Recolectores de basura: una labor esencial, pero olvidada en medio de la pandemia en Osorno

ESFUERZO Y COMPROMISO. Han seguido retirando los desechos domiciliarios generados por los 54 mil hogares osorninos en toda la emergencia sanitaria del covid-19. A través de sus testimonios conocemos cómo enfrentan diariamente una tarea, a menudo ingrata, pero fundamental.
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Verónica Salgado

Ciento veinte trabajadores recolectan la basura durante todo el año en la comuna, de lunes a sábado, desde las primeras horas de la mañana. Ellos se encargan de retirar los desperdicios que generan personas de todos los niveles socioeconómicos, sin excepción, que habitan en las más de 54 mil viviendas emplazadas en los distintos sectores de Osorno. Han continuado realizando su labor silenciosa durante toda la pandemia. Es un rubro tan esencial, que simplemente no puede parar de desarrollarse, ya que evitan que los focos de infección y propagación del covid-19 en las calles sean mayores.

A través del testimonio de conductores y auxiliares de camiones recolectores, queda en evidencia la responsabilidad y compromiso con que cumplen la tarea imprescindible, y a menudo ingrata, de manipular y trasladar la basura desde las casas hasta el vertedero de Curaco, en la ruta U-400, para su disposición final. Esto, a pesar de saber del alto riesgo de contagiarse con el virus al que se exponen al manipular toneladas de desechos, incluidos los de personas infectadas, trabajo que aseguran no es reconocido ni valorado por las autoridades, lo que se traduce en el escaso apoyo sanitario y económico que han recibido durante la crisis.

El retiro y manejo de los desechos domiciliarios es parte de las obligaciones que deben cumplir las municipalidades en todas las comunas del país a través de las direcciones de Aseo y Ornato. En el caso de Osorno, los servicios en la zona urbana están concesionados a la empresa Servitrans, quienes son los responsables de ejecutar el retiro domiciliario y traslado de basuras, barrido y limpieza de calles, entre otras labores.

Según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) hasta 2019 en la comuna había casi 170 mil habitantes y un total de 60.000 viviendas, de las cuales 54 mil están emplazadas en la zona urbana, cuyo retiro de desechos domiciliarios depende de la concesión; y 5 mil en el sector rural, donde el retiro es realizado por personal municipal.

Jornadas en pandemia

A las 5 de la mañana comienza la jornada diaria de Juan Barría (28 Años), quien en noviembre cumplirá 3 años como auxiliar recolector de basura, labor que asegura disfruta, ya que le ha permitido conocer cada rincón de la comuna y tener un trabajo estable para mantener el hogar que comparte junto a su esposa en el sector de Ovejería Alto.

"Este trabajo es algo que disfruto, porque somos amigos con los colegas del camión. Igual muchas personas no nos reconocen ni apoyan y menos las autoridades, pero estoy orgulloso del trabajo que hacemos, porque cuando las familias se levantan encuentran calles limpias y en sus casas ya no está la basura que nadie quiere, pero que todos generamos. Eso no pasa por arte de magia, sino gracias al trabajo que realizamos personas que nos levantamos muy temprano todos los días para retirar la indeseada basura", indicó Barría.

Agrega que cuando comenzó la pandemia en marzo del año pasado igual fueron momentos complicados, porque la incertidumbre y temor era generalizado, aunque siguieron cumpliendo sus funciones con medidas sanitarias como mascarillas, desinfectantes, sanitización diaria de camiones y equipos, entre otros.

"Tenemos un deber con la comunidad. No podemos dejar la basura porque sabemos que son cosas que tienen bacterias y contaminan, son focos de enfermedades, pero igual entre nosotros conversamos que estamos súper expuestos a contagiarnos, porque no sabemos en qué casa hay personas con el virus y tomamos sus basuras. Por eso sería importante que la gente ponga más cuidado en cómo dejan sus desechos, para que los retiremos, ya que así como muchos se preocupan, otros no tienen ningún cuidado ni consideración. Nos encontramos con jeringas, vidrios, bolsas súper pesadas, por mencionar algunos casos", explicó el auxiliar recolector.

La rutina diaria no está ajena de anécdotas y buenos momentos marcados por la amabilidad de personas que les esperan con café y un sándwich, niños que los saludan desde las ventanas, regalan dibujos en su honor, adultos mayores o personas que con cortesía piden ayuda para sacar desde el interior de sus patios la basura, encuentros con perros agresivos y amigables como "El Torcido", que los acompaña gran parte del trayecto que realizan por la Villa Panorámica, en Rahue Alto.

En la otra cara de la moneda están los malos tratos y nula educación que reciben de personas que con prepotencia exigen que les retiren la basura, aunque el camión ya pasó por la calle donde está la vivienda; o quienes no saludan ni dicen gracias y sólo sacan de mala manera el tacho para que sea retirado; vehículos mal estacionados que impiden que el camión circule por la calle o pasaje y cuyos dueños no los mueven, a pesar de que se les solicita; agresiones verbales con frases como "cumple con tu trabajo que para eso te pagan", "tu pega es llevarte la basura, hazlo rapidito", entre otras situaciones.