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Carlos Mendoza Muñoz, presidente del Consejo Consultivo de Salud del Adulto Mayor de la provincia de Osorno, ha sido un dirigente activo en esta causa y constantemente está movilizándose para conseguir recursos o ayuda destinada a aquellos que no tienen redes de apoyo.

Durante la pandemia mantiene una constante comunicación con los Centros de Salud Familiar (Cesfam) en la gestión de medicamentos a domicilio, así como en la de ayuda para la limpieza de ductos evacuadores de gases de sus combustión lenta y estufas en los domicilios de personas de la tercera edad.

Sin embargo, en otros aspectos, su vida se frenó con las complicaciones derivadas de la situación sanitaria por coronavirus. Atrás quedaron las salidas frecuentes e ir a las viviendas a reunirse, preguntar personalmente si hacía falta algo o entregar un insumo.

Lo mismo sucedió con las visitas, debido a que limitaron los contactos con su familia y a su hijo lo ve esporádicamente como una medida de resguardo. Para Mendoza, lo más difícil es que no ha podido convivir a tiempo completo junto a su nieta, quien nació el año pasado y cumplirá su primer año.

"Mediante redes sociales nos comunicamos. Me llaman, siempre estamos en contacto día a día por WhatsApp, por videollamada, ella sabe que soy su 'Tata'. Mi hijo es administrador en un complejo deportivo, entonces no sale, estamos protegiéndonos porque yo soy adulto mayor y ella es chiquitita. Esto es algo nuevo en el mundo, si no nos cuidamos…¿quién lo va a hacer?", explicó.

Anteriormente era común que se juntara con la familia a almorzar los días domingo, los cumpleaños, en las navidades y las Fiestas Patrias. Debió posponer estos encuentros con la premisa de que siempre es esencial la salud y no hay que arriesgarse.

"Nos cambió la vida un 100%, es como un bofetón que nos dio, estábamos muy acelerados, invencibles. Fue una gran lección y esperemos que sirva, que seamos más empáticos, sobre todo con las personas mayores", dijo.

El dirigente anhela que la mayor enseñanza sea el respeto y que, la actitud que promueven los adultos mayores, sea un ejemplo mañana. Por ello, está agradecido de haberse podido vacunar, ya que a su juicio es una esperanza de vida.

"La percepción nuestra es que esperamos que esto resulte y en poco tiempo nos podamos volver a abrazar. Es lo que queremos, reencontrarnos, estar un poco más juntos de nuevo. En Osorno falta esa cosa que se llama responsabilidad, si nos estamos exponiendo y andamos de puro gusto en la calle, no vamos a salir de esto", argumentó.

"Nos cambió la vida un 100%, es como un bofetón que nos dio, estábamos muy acelerados, invencibles. Fue una gran lección".

Carlos Mendoza, Adulto mayor