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Historia de la Iglesia Nuestra Señora de la Candelaria de Carelmapu

El actual templo de esta localidad fue construido en honor a nuestra Señora de la Candelaria y es la quinta iglesia desarrollada por una comunidad que celebra cada 2 de febrero, desde hace más de 400 años, la más importante tradición religiosa desde el punto de vista del número de sus peregrinos y la historia que hay detrás.
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Pablo Fábrega

Cuando Osorno (fundada en 1557) fuera abandonada en 1602 y sus sobrevivientes viajaran por el antiguo Camino Real hasta Chiloé, los españoles y los indígenas 'reyunos' (que apoyaban al Rey) decidieron fundar dos fuertes: San Antonio de Carelmapu y San Miguel de Calbuco, al que pocos años después se sumaría el de San Francisco Xavier de Maullín. En Carelmapu habría quedado la imagen de Nuestra Señora del Rosario como el mayor tesoro que trajeron los emigrados desde el convento de Santo Domingo de Osorno. Esa imagen fue parte de la cofradía de Chacao cuando Ancud aún no existía.

A partir de esa tríada de fuertes de maderas y empalizadas, se estableció la llamada Frontera de Arriba (Urbina, 2009), una guerra tan cruenta como la Guerra de Arauco. En ese contexto, durante gran parte del siglo XVII, el Gobernador de Chiloé estableció su lugar de residencia habitual en Carelmapu lo que le permitía dirigir las acciones militares buscando reparar la afrenta de tener que haber abandonado Osorno.

El primer templo se habría construido poco después de 1604 y fue destruido por un gran temporal en 1634, destrucción que fue descrita por Alonso de Ovalle: "los que iban hacia la iglesia, que es buena y capaz, toda de tablas y maderas, la hallaron arrastrada por tierra". Esa primera iglesia fue resultado del establecimiento de las Misiones Circulares creadas por los Jesuitas para evangelizar ese vasto archipiélago.

El segundo templo que habían reconstruido fue saqueado en 1643 tras la invasión y conquista holandesa del Fuerte de Carelmapu por parte del corsario Hendrick Brouwer (1581-1643). De acuerdo a la crónica de Diego de Rosales (1674) "…hicieron los ingleses [holandeses] cuerpo de guardia en la iglesia, haciendo pedazos como herejes las imágenes y las cruces y después abrazaron [quemaron] la iglesia de la Compañía de Jesús, que era muy hermosa, toda de tablazón y así mismo la ranchería de Carelmapu…"

En 1784 la Gobernación de Chiloé (que comprendía desde el Río Bueno hasta Tierra del Fuego) es traspasada a la administración directa de Lima después de la fundación del complejo de fuertes de San Carlos de Ancud (1768).

Con la reapertura del primer camino español en 1789, "el Fuerte de Carelmapu, de azarosa existencia, era el final del Camino Real, pero a la vez tenía relación con la defensa del canal de Chacao contra el enemigo extranjero, razón por la cual se ha tratado la fortificación de aquel sistema" (Gabriel Guarda OSB (1990)

Tras la expulsión de los Jesuitas del Imperio Español en 1767, fueron los Franciscanos quienes los reemplazaron. Fray Pedro González de Agüeros provenía del convento de Santa Rosa de Ocopa en Perú y él realizó una completa descripción de su visita a estas tierras cuando aún no se creaba el Obispado de Ancud. En su libro: "Descripción de la provincia y Archipiélago de Chiloé en el Reyno de Chile y Obispado de la Concepción" publicado en 1791, señalaba sobre Carelmapu que su bahía ya no era la de antes por un 'movimiento ascendente del terreno y lógicamente solo podemos deducir un embancamiento de aquella ensenada". En 1771 Fray Miguel de Arnau reconstruye por tercera vez el Templo de Carelmapu (Barducci, 2015)

Las lejanas noticias acerca del inicio del proceso de independencia de Chile (1810) significó un gran retroceso para la Gobernación de Chiloé ya que la inmensa mayoría de la población local se mostró leal a la Corona y también porque se inició un período de guerras donde Carelmapu también formó parte.

Tras la derrota en la batalla de El Toro (Polizones, 1820) y hasta 1826, Chiloé se transformó en el último bastión de la Corona Española en América. La última vez que el Fuerte de Maullín y el de Carelmapu cumplieron con su función militar fue para la 2ª Expedición Libertadora de Chiloé dirigida personalmente por Ramón Freire quien era Director Supremo en 1824.

Ellos zarparon de Talcahuano el primero de marzo de 1824 rumbo a Valdivia, eran más de 2.000 hombres pero "antes de zarpar de Valdivia, Freire había enviado al mayor Manuel Labbé con los jinetes osorninos para atacar esa zona, pero llegaron después de su conquista. Riquelme desembarcó del Galvarino con 250 hombres, se apoderó del fortín del Maullín y del pueblo de Carelmapu. El navío casi encalló por acercarse a la costa y debió abandonar sus dos anclas para volver a mar abierto" (López, 2007: 219)

En 1823 comienzan a escribirse los libros de la Vice Parroquia de Carelmapu. El libro de Historia Parroquial de 1929-1967 indica que "…desde ese año hasta el 19 de enero de 1839 se le da el título de Viceparroquia de Carelmapu", la que comprendía todo el vasto territorio del oeste de la actual Provincia de Llanquihue. Su primer sacerdote fue Fray Bartolomé Vallejos (franciscano) desde 1825 hasta 1833, luego no aparece sacerdote hasta que llegan Fray Luciano Romo (1836-1837) y Fray Pascual Moena (1837-1839).

En 1839 el libro mencionado registra un suceso muy importante: "Enero 19: fue nombrada parroquia por el Visitador Eclesiástico de Chiloé presbítero José María Lorca. El asiento parroquial era la Villa de Carelmapu. La virgen de la Candelaria como titular…" Sin embargo, el párroco Manuel Lazo, en 1863 decide cambiar su domicilio a Maullín que ya allá se contaba con una capilla y además había aumentado mucho su población, aunque aún para 1876 el nombre oficial era 'Nuestra Señora de la Candelaria' siendo cambiada a 'Nuestra Señora del Rosario' solo hasta el 31 de diciembre de 1888.

El 16 de febrero de 1901 el periódico 'El Sol' de Calbuco se indica que se había construido un cuarto templo que iba a durar poco tiempo: "Hace algunos años fue demolido el antiguo templo que estaba al pie del cerro, dando frente a una espaciosa calle, construcción de feo aspecto pero que tenía siquiera la respetable apariencia de los pesados edificios de su género del siglo XVIII. La iglesia actual, con pretensiones de construcción moderna por la elevación de sus muros, no aventaja en hermosura a la antigua, tiene una sola torre que puede representar la suma de la fealdad de las dos que tenía la anterior…Este templo no está terminado aún, si se observa en su interior, su prematura destrucción es debido a que se levantó sobre frágiles trozos de madera, olvidándose que el suelo no era una mesa de roca sino una blanda cama de moderno aluvión."

Entre 1893 y 1920 el presbítero Juan Lorenzo Elgueta sería el Párroco de Maullín. Gracias a su liderazgo y al trabajo de la comunidad se pudo construir la actual iglesia de Maullín y el quinto templo de Carelmapu, con una historia propia que compartiremos en la siguiente parte.