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El Kremlin dice que no busca ir a la guerra con Ucrania

TENSIÓN. El portavoz presidencial aseguró que "nadie avanzará a una guerra" y descartó ser parte del conflicto, aunque Ucrania lo tilda de "Estado agresor".
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Agencias

El Kremlin aseguró que "nadie" pretende ir a la guerra con Ucrania, después de que ese país denunciara un aumento de la presencia militar rusa en la frontera y un incremento de la tensión en el Donbás, donde desde 2014 se enfrentan el Ejército ucraniano y los separatistas prorrusos.

"Por supuesto, nadie avanzará hacia una guerra, y nadie acepta en absoluto la posibilidad de una guerra así", dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov a la cadena de televisión estatal Rossía 1.

El portavoz del presidente ruso, Vladímir Putin, agregó que "tampoco nadie acepta la posibilidad de una guerra civil en Ucrania".

Peskov añadió, no obstante, que Rusia "no ignorará el destino de los rusoparlantes que viven en el sureste del país", en referencia al Donbás, donde Moscú ha entregado más de 600.000 pasaportes desde 2019. Rusia afirma que "nunca" ha sido parte del conflicto en el Donbás, de ahí que habla de "guerra civil", un argumento que Peskov reiteró.

Intenso conflicto

Ucrania tiene una mirada completamente diferente y considera al país vecino como un "Estado agresor" por la anexión de la península de Crimea en 2014 y su apoyo a los rebeldes prorrusos en el Donbás.

El portavoz del Kremlin sostuvo que la escalada actual en el este de Ucrania, donde se han registrado a diario múltiples violaciones del alto el fuego reforzado en julio de 2020, se debe a las acciones de las Fuerzas Armadas de Ucrania.

"Ocurren provocaciones. Hay fuego en respuesta a estas provocaciones" por parte de los separatistas apoyados por Rusia, sostuvo Peskov.

Además, no descartó que Kiev pretenda "resolver sus problemas internos por la fuerza" y esta situación es peligrosa para Rusia, que tiene que "garantizar su seguridad".

"Al lado (de Rusia) hay un país en el que está a punto de reanudarse una guerra civil. Al lado hay un país en el que no descartamos que el liderazgo vuelva a evaluar la posibilidad de resolver sus problemas internos por la fuerza. ¿Esto es peligroso para nosotros? Por supuesto. ¿Debemos tomar medidas para garantizar nuestra seguridad? Debemos. Y eso lo estamos haciendo", recalcó.

Ucrania está preparada

Desde la otra vereda, el ministro ucraniano de Exteriores, Dmitri Kuleba, sostuvo que Ucrania no quiere una guerra con Rusia, pero está preparada para defenderse en caso de un ataque.

"Quisiera dejar claro que Ucrania no quiere una guerra. Nosotros no estamos preparando ninguna escalada, ninguna ofensiva, ninguna operación militar limitada sobre el terreno. Contamos y apostamos todo a una solución diplomática del conflicto" en el este del país, afirmó.

Además, denunció que actualmente existe "la mayor movilización militar y propagandística de Rusia a lo largo de la frontera ucraniana desde 2014-2015", la fase más activa militarmente sobre el terreno en el conflicto armado con los rebeldes prorrusos.

Un total de 26 soldados ucranianos han fallecido a manos de los separatistas respaldados por Rusia en el Donbás en lo que va de año, pese a un alto el fuego en vigor en el este de Ucrania, mientras que la visita a la zona el jueves pasado del presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, tensionó aún más la crisis.

El sábado Kiev pidió reunión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) para que Rusia explicara el incremento de su presencia militar en la frontera con Ucrania, pero Moscú declinó participar, según fuentes diplomáticas.

Turquía pide respeto de alto al fuego en el Donbás

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, pidió que se respete el alto el fuego en Donbás, ante la reciente escalada de tensión por el aumento de tropas rusas. Tras reunirse en Estambul con su homólogo ucraniano, Vladímir Zelenski, el mandatario turco exigió cese de las tensiones y reiteró su apoyo a Kiev en el conflicto. Ambos acordaron mayor cooperación en materia de defensa, aunque sin la intención de "ir en contra de terceros países", matizó Erdogan, en aparente alusión a Rusia.

Johnson no irá al funeral del príncipe Felipe para dejar cupo a la realeza

MONARQUÍA. Por la pandemia el aforo está limitado a 30 asistentes.
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El primer ministro británico, Boris Johnson, no asistirá el próximo sábado al funeral del príncipe Felipe, cuyo aforo estará limitado por las restricciones contra la pandemia, para permitir que estén presentes más miembros de la familia real.

Un portavoz de Downing Street, despacho oficial del jefe de Gobierno, comunicó que Johnson actuará "de acuerdo con los mejores intereses de la Casa Real", por lo que "para dar cabida a tantos miembros de la familia como sea posible, no asistirá" a la ceremonia.

Las limitaciones por la pandemia en Inglaterra restringen a 30 el número de personas que pueden estar presentes en funerales, por lo que el cortejo fúnebre que tendrá lugar en la capilla de San Jorge del castillo de Windsor el día sábado 17, será de escala reducida.

Antes de la ceremonia no habrá velatorio ni se llevarán a cabo procesiones públicas, en línea con los deseos que había expresado el esposo de la reina Isabel II, fallecido el viernes con 99 años.

El Palacio de Buckingham adelantó que el príncipe Enrique estará entre los familiares presentes en la ceremonia, pero no su esposa, la duquesa de Sussex, Meghan, que debido a su embarazo recibió el consejo médico de no viajar desde Estados Unidos.

Ayer el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, ofició una misa en memoria del príncipe Felipe en la catedral de Canterbury.

En tanto, hasta el próximo domingo, un día después del funeral, Reino Unido permanecerá en un periodo de luto oficial, en el que las banderas ondearán a media hasta, los presentadores de las principales cadenas británicas vestirán de negro y el Parlamento se abstendrá de aprobar leyes.

El Gobierno tampoco planea hacer anuncios relevantes de nuevas medidas, mientras que los ministros suspendieron todas sus entrevistas con medios de comunicación, así como las ruedas de prensa regulares para informar sobre las medidas contra la pandemia de coronavirus.

Myanmar: tensión crece con ataques de civiles armados

CONFLICTO. La Unión Europea acusó intereses geopolíticos en la crisis.
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La tensión aumenta en Myanmar con enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y civiles armados, que comenzaron a repeler los ataques de militares y policías contra manifestantes opositores al golpe de Estado.

Ayer un grupo de desconocidos lanzó un artefacto explosivo de fabricación casera contra una sucursal del banco Myawaddy en Mandalay, propiedad del Ejército y hubo al menos un herido, informó el medio local The Irrawaddy.

El incidente ocurrió un día después de la emboscada de un grupo de civiles contra un convoy militar en la ciudad de Tamu, en la región de Sagaing y fronteriza con India. Un grupo de residentes disparó con rifles de caza y al menos tres militares y un civil perdieron la vida, según Irrawaddy.

Pero, el grupo rebelde Ejército Nacional Kuki elevó a 18 los militares fallecidos durante el ataque.

En paralelo, comenzó a surgir más información sobre la magnitud de la represión ejercida el viernes contra un grupo de manifestantes en la ciudad de Bago.

Ese día las fuerzas de seguridad utilizaron artefactos explosivos y dispararon con armas de gran calibre contra los manifestantes.

En un principio se informó que al menos 20 personas murieron, pero la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP) elevó a 82 las víctimas fatales y enfatizó que el número podría aumentar significativamente.

Rivalidad geopolítica

Por su parte, el alto representante de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, aseguró que la rivalidad geopolítica entre potencias como China y Rusia dificulta una respuesta de Naciones Unidas.

Recordó que Myanmar tiene fronteras con China e India y que su ubicación lo convierte en un "punto estratégico" para la denominada Nueva Ruta de la Seda (One Belt, One Road), proyecto de infraestructuras impulsado por Pekín. Además, aseguró que Rusia es "el segundo proveedor de armas del país, tras China".

"Por tanto, no es una sorpresa que Rusia y China estén bloqueando los intentos del Consejo de Seguridad de la ONU, por ejemplo, de imponer un embargo de armas", dijo Borrell. China calificó el golpe de Estado como 'una gran reorganización del gobierno', mientras que Rusia insiste en que es un asunto puramente interno", acusó.