Correo
Crisis en Bancario de Osorno
Desde inicio del año pasado se encuentra instalada una serie crisis interna en el Club Deportivo Bancario de Osorno, a raíz de una cuestionada votación de reforma a su estatuto que determinaba la eliminación de la norma que rige para garantizar la elección mayoritaria de los representantes propiamente bancarios en la mesa directiva de la institución y la inminente pérdida de identidad social que esto involucraba.
Esta iniciativa impulsada por el actual directorio, presidido por el titular Raúl Maier y secundado por el secretario Luis López, obtuvo una escasa aprobación de apenas 24 socios -ajenos del ámbito bancario- de un quórum mínimo de 110 afiliados, por lo cual el intento resultó impugnado formalmente ante la autoridad competente y Registro Civil, que declararon ambos inadmisible la presentación, por encontrar vulnerada la voluntad de los socios fundadores del club, al exigir una mayoría calificada de socios afiliados para alterar una materia tan seria y de ilimitadas consecuencias para la estabilidad y futuro institucional. Ello incluye -ni más ni menos- el valioso y emblemático estadio patrimonial de 8.5 hectáreas, ubicadas desde 1959 en la parte suroriente de esta ciudad.
Este engañoso e ilegal propósito, junto a reiteradas faltas a la transparencia en balances contables (designación ilegítima del señor Santiago Montenegro), arbitrarias expulsiones de socios y silencios cómplices del Comisión de Ética y Disciplina integrada por los socios José Arancibia, Raquel Asenjo y Wladimir Rosas, ha significado una serie de acusaciones que cuestionan severamente la continuidad de la actual directiva, que sólo ha buscado justificarse -al amparo de la norma sanitaria que limita el funcionamiento de organizaciones deportivas- y prolongar su precaria condición.
Por ello, un importante número de socios ha optado por contrapesar y no ser meros espectadores en la próxima elección del directorio, para proponer postulantes que recuperen los valores de pertenencia institucional y deportiva, junto a una sana integración ciudadana.
Mario Cárdenas, Jaime Sánchez, Héctor Lemarie, Rubén Acuña, Andrés Almuna, Héctor Acuña, Harold Walters y Amalia Díaz
El ridículo de las autoridades
Con la torpe delimitación de lo que es un "bien esencial" y su posterior corrección, el Gobierno terminó por confirmar que el Estado, a la hora de reemplazar las preferencias de los ciudadanos, opera tal como lo haría un elefante en una cristalería. Son tan diversas las necesidades de los chilenos que ni el más perfecto de los burócratas habría sido capaz de cumplir esta misión de forma satisfactoria.
Las fotos de cintas plásticas con la palabra "peligro" rodeando calcetines, juguetes o piluchos, fueron postales que nos deberían recordar el ridículo que pueden hacer las autoridades cuando se empeñan en regular hasta los detalles más mínimos de nuestras vidas.
Juan Lagos
Transición energética
Tras haber asumido el compromiso de la total descarbonización de la matriz energética en 2040, nuestro país se encuentra en pleno proceso de transición energética. Esto significa reemplazar las fuentes de energía contaminantes, tales como las centrales a carbón, por fuentes limpias, como son las energías renovables no convencionales.
El camino requiere una visión estratégica, que permita apreciar las oportunidades disponibles y proyectarlas en el largo plazo.
La accidentada geografía chilena, que siempre ofreció dificultades para llevar la electricidad desde la generadora hacia otras regiones, hoy se convierte en una oportunidad para la transición energética. Es así, porque ya es posible proveer electricidad de manera directa mediante Pequeños Medios de Generación Distribuida (PMGD); es decir, parques solares que, por su reducido tamaño, se instalan cerca de las localidades o industrias, entregando la electricidad que se necesita mediante una fuente inagotable, como lo es el sol. Esto permite aminorar el impacto ambiental que produce la instalación de líneas de transmisión de energía en nuestra complicada geografía.
Hoy se están instalando parques fotovoltaicos en regiones de la zona centro-sur de Chile. Esto contribuye a descentralizar la generación de energía. En suma, lograr una transición energética exitosa significa no sólo reemplazar el carbón por fuentes limpias, sino también considerar que la generación y distribución de la electricidad se realice de manera eficiente, descentralizada y amigable con el medio ambiente.
Víctor Opazo Carvallo