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Aprendizaje
En el caso de los agricultores de San Juan de la Costa, la experiencia también ha sido un aprendizaje constante. Así lo ha percibido Ana Piniao, residente del sector Cumilelfu, quien había estado en conversaciones con una consultor (mediante el Indap) que les ofreció esta propuesta.
Piniao y su esposo decidieron aceptar el desafío, ya que les llamó la atención la peculiaridad de instalar viñedos en la zona. El ingeniero agrónomo Rodrigo Moreno los animó diciéndoles que, si podían sembrar frutillas, lo mismo podían hacer con las uvas.
Su esposo y sus hijos han estado dedicados a supervisar la plantación, así como los cuidados que amerita. "Hemos tenido cosas que no han salido del todo bien, pero vamos aprendiendo de a poco. Ha sido muy linda la experiencia, novedosa en todos sus ámbitos, porque hay que conocer y ver bien diariamente lo que hay que hacer. Es una vivencia que estamos disfrutando", consideró.
Debido a la situación sanitaria, inicialmente costó programar las capacitaciones. Por ello, la mayoría del aprendizaje surgió en terreno, cuando llegaron directamente a plantar. Piniao precisó que fueron momentos muy bonitos, que sirvieron para motivarlos a llevar a cabo el arduo trabajo que representa.
"Queremos ver si esto dará resultados. Nos dijeron que eso lo veremos a futuro, pero el gran interés es saber si se producirá la uva acá en el sector. No se ha visto este tipo de proyectos, así que estamos trabajando junto con tres productores más que hay acá", relató la agricultora.
Piniao reservó un cuarto de hectárea para la siembra de Chardonnay. Si bien observó algunos frutos este año, la recomendación era que había que sacarlos para que las plantas empiecen a crecer, dar fuerza a la raíz y afirmarse en la tierra.
"Nos ha dado alegría en ese sentido, porque se sabe que de acá al próximo año dará. Si lo hubiésemos dejado, ya hubiesen tenido sus frutos, pero le habríamos quitado la fuerza. Quiero vender lo que salga, para que queden recursos para mi familia. Un emprendimiento de vino, tal vez a futuro, eso hay que analizarlo paso a paso", afirmó.
Nueva agricultura
Para Patricio Cárdenas, habitante del sector Panguimapu, de San Juan de la Costa, ha sido una forma de reinventarse. Al igual que el resto de los participantes de este proyecto, nunca había visto viñas de uva en la zona, así que quiso destinar su experiencia adquirida en otro tipo de plantaciones para generar ganancias a largo plazo.
Desde que partió a finales del año pasado, constantemente está limpiando el espacio y pendiente del riego, aunque reconoce que no es necesaria una dedicación exclusiva. "Yo creo que después de los dos años veremos buenos resultados, pero es posible que el próximo año ya esté dando más", manifestó.
En el terreno que utiliza antes había sembrado papas y arvejas, por lo que cuando le tocó experimentar con la uva tuvo que ir plasmando el aprendizaje obtenido de las capacitaciones. Cárdenas cuenta que ha sido un proceso de ensayo y error, en el cual lo han acompañado su esposa e hijos.
"Estoy bien contento, porque al primer año ya me dio uvitas. Lo estamos probando y ha habido resultados. Los primeros tres años vendré a juntar aquí mismo, después haré mi emprendimiento solo. Estoy pensando en hacer una marca local más adelante, que vaya con etiqueta y todo", explicó sobre sus planes.
El agricultor piensa frecuentemente en las múltiples posibilidades que le ofrece este proyecto. Espera que sea una oportunidad que no sólo le permita independizarse, sino también potenciar a la región con esta actividad económica.
"Es algo muy positivo para más adelante, estoy entusiasmado con eso. Siempre me resulta lo que voy haciendo, así que será una experiencia exitosa para todos", consideró.