Seis de las siete comunas de la provincia de Osorno están sometidas al confinamiento forzado para tratar de reducir la escalada de contagios de covid-19 que sigue exhibiendo números inquietantes para la capacidad de respuesta de la red asistencial regional.

A nivel regional, Cochamó ha logrado librarse de este encierro, el que está golpeando duramente a un territorio que históricamente ha encontrado en la época estival una fértil oportunidad para explotar su rico potencial turístico.

Junto con este perjuicio económico que el Gobierno debería atender con prontitud para los más afectados, las dos semanas de confinamiento que ya cumplen Osorno, Puerto Montt, Puerto Varas y otras comunas de la región, está dejando otra huella de inequidad que requiere ser observada con atención por las autoridades. La reducción de los permisos temporales para salir del domicilio a realizar diversos trámites (de las tres horas de la cuarentena anterior a las dos actuales) está provocando severas dificultades a quienes viven en sectores urbanos alejados del centro de las ciudades confinadas y en las zonas rurales, por el prolongado período de tiempo que deben permanecer en la locomoción colectiva para llegar a sus lugares de destino.

En un país tan centralista como Chile, casi con toda certeza la disminución de las horas de permiso debe haber sido adoptada en consideración de una ciudad como Santiago, donde la oferta de transporte público y la localización de servicios repartidos en la ciudad permite efectivamente utilizar de forma eficiente las dos horas actuales. Pero en un territorio como el de Los Lagos, aquello es francamente una fantasía. Hay zonas de la provincia de Osorno donde sus habitantes salen de madrugada a caballo o a pie para llegar al bus que los traeará a Osorno, travesía que ciertamente dura muchísimo más de dos horas. Es un reclamo que han manifestado en reiteradas ocasiones los dirigentes rurales y vecinos de diversos sectores.

Se trata de una medida que necesariamente debe ser reforzada, pues tampoco es factible dejarla en manos de la flexibilidad de quienes ejercen las tareas de fiscalización.

Nuestro gremio siempre ha velado por la unidad del rubro y por el bienestar de sus socios. Luego de un extenso juicio comenzado el año 2020, a raíz de que la Fiscalía Nacional Económica iniciara un requerimiento en contra de la empresa Nestlé, la Federación Nacional de Productores de Leche (Fedeleche) y la multinacional llegaron recientemente a un acuerdo de conciliación, permitiendo múltiples mejoras a la transparencia y a las condiciones relacionadas con la determinación de precios para los productores, junto a un apoyo económico dirigido a la promoción del consumo lácteo, acuerdo que fue aprobado por el Tribunal de la Libre Competencia.

La asociatividad en el sector lechero, esa que tanto hemos apoyado, defendido y promovido como la respuesta para el futuro del sector, no puede crecer ni proyectarse hacia la integración vertical y la exportación, si el mercado lácteo nacional no opera de forma transparente, permitiendo igualdad de condiciones a los productores y entidades asociativas, que busquen insertarse en los diversos eslabones de la cadena láctea.

El trabajo del TDLC, la FNE, Fedeleche y sus abogados ha permitido alcanzar potentes resultados concretos en esta senda, y por lo tanto, los motivos que han impulsado al gremio a generar este tipo de requerimientos legales siempre han sido para alcanzar acuerdos que mejoren el mercado lácteo, promoviendo un clima de entendimiento sectorial, bajo el respeto de las normativas legales vigentes.

Desde Aproleche nos sumamos al llamado de la Federación hacia las otras empresas del sector que aún mantienen demandas pendientes en el TDLC, a conversar, con el fin de avanzar en acercamientos, debido a que los acuerdos son el único camino posible para mejorar el mercado lácteo y apoyar a los productores del país.

Estamos en tiempos de reactivación económica, donde la agricultura no puede parar, tiempos de grandes acuerdos para avanzar, para proyectar el sector, para seguir adelante; y en este espíritu reiteramos el llamado al resto de la industria a sentarse y buscar puntos de encuentro, permitiendo cerrar estos capítulos y poder sumarlos al trabajo de posicionar nuestra leche en el mundo, promoviendo sus cualidades y consumo a nivel nacional e internacional.

Marcos Winkler, presidente de Aproleche Osorno