Correo
Discapacidad, deuda del 2020
En el balance de este 2020, los desafíos de inclusión laboral son un hito a relevar. Esto, porque a pesar de los importantes progresos legislativos, los cambios culturales al interior de las empresas quisiéramos que avanzaran con más rapidez.
Como país debemos asumir que estamos al debe con las personas con discapacidad. La Ley 21.015 de Inclusión laboral proyectaba 25 mil empleos y sólo se han alcanzado poco más de 9 mil.
Por esto, el próximo 31 de diciembre debemos estar atentos a un nuevo hito por la inclusión laboral. Ese día todas las empresas con más de 100 trabajadores deberán tener contratadas un 1% de personas con discapacidad, tal como lo establece la ley. Sabemos que no es una tarea fácil, porque en nuestra experiencia, las empresas no siempre cuentan con las herramientas y conocimientos para generar este proceso.
En concreto, las dinámicas empresariales deben incorporar la dimensión discapacidad en sus labores cotidianas. Por esto, recomendamos que busquen asesoría y sean acompañados, para que la solución no sea pagar una multa por incumplimiento de ley, sino que se generen puestos de trabajo como un derecho y realizado desde un enfoque de competencias y necesidades de las compañías ¿Las 3 claves para hacerlo? Un catastro para determinar si entre los trabajadores de la empresa hay personas con discapacidad; Contratación, con mediación de expertos, para incluir personas con discapacidad en cargos reales; Donación vinculada a la ley, porque es la medida alternativa que exige a las empresas que no han podido contratar al 1% de personas con discapacidad, una opción mientras se inicia un proceso de inclusión laboral efectivo y a la medida.
En 2021 debemos hacernos cargo del tema. Los empresarios y las instituciones públicas deben saber que la inclusión laboral es posible, es efectiva y exitosa toda vez que se realiza con la asesoría de quienes trabajamos en el tema considerando que el trabajo es un derecho y no caridad.
Andrea Zondek, presidenta de la Fundación Tacal
Nueva cepa de covid-19
Pese a que a la comunidad científica no se asombra por la llegada de esta nueva cepa del Sars-Cov-2 a Chile, sí sorprende que las autoridades no hayan tomado las medidas pertinentes como el cierre de las fronteras en protección a la comunidad. Una oportunidad perdida
Hemos tenido noticias esperanzadoras con la vacuna, pero aún nos queda mucho camino por recorrer. No solo nuestro país debe tener un alto porcentaje de vacunación, sino que también en todas las regiones y naciones del mundo, con el fin de lograr la polución positiva y la inmunidad de rebaño. Recordemos que la vacuna no incluye esta nueva cepa y, al igual que la influenza, esta vacuna deberá actualizarse todos los años.
Mientras eso no pase, se debe fortalecer la vigilancia de laboratorio, tener claridad de las cepas del virus en cada ciudadano, lo que puede realizarse con ayuda de instituciones académicas de forma rigurosa.
No olvidemos que una estrategia robusta de trazabilidad es clave para seguir avanzando en esta pandemia.
María Jesús Hald, epidemióloga y académica Instituto Salud Pública UNAB
Especulación con el agua
En diciembre de 2020 se lanzaron al mercado contratos por más de USD 1.000 millones en el Chicago Mercantile Exchange, vinculados al precio del agua en California.
Quienes propusieron este lanzamiento argumentan que la medida trata de clarificar la incertidumbre existente en el precio del agua para los granjeros y municipalidades en California, ante el escenario de escasez de agua, lo que colaboraría con la elaboración de sus presupuestos.
Sus detractores han ejercido fuertes críticas sobre la idea de establecer el agua como un commodity transable en manos de especuladores en el Nasdaq Veles California Water Index (NQH2O), pues es un derecho humano básico.
Frente a esta iniciativa, resulta razonable preguntarse si los contratos futuros del agua resuelven el problema de la escasez hídrica; así como también si es el cambio climático es el factor determinante en la escasez de agua y cuánto podrá influir el precio futuro del agua en Estados Unidos, sobre el resto de las economías.
También se instala el debate si esta decisión permitirá gestionar eficientemente la escasez de este recurso o estamos frente a una futura trama de especulaciones que expondrá a una parte importante de la población a una situación de mayor empobrecimiento y dependencia frente a una minoría especuladora.
Hoy, las liquidaciones de derivados del agua se desarrollan en términos netos (sin entrega física), pero siempre existe la incertidumbre de que en el futuro hayan nuevas cláusulas de liquidación.
Leonardo Torres, académico Facultad de Economía y Negocios, U. de Chile