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Las memorias de Obama, doble mirada a un EE.UU. dividido

"Una tierra prometida" salió a la venta esta semana en 19 idiomas y es el primero de dos tomos. En él, Obama mezcla optimismo y crítica, se reconoce sensible al rechazo y dice que su país "está al borde de una crisis democrática".
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El optimismo sobre el futuro de Estados Unidos se mezcla con un ejercicio de introspección en el primer tomo de las memorias del expresidente Barack Obama, un líder cuyo histórico ascenso ilusionó a medio mundo, pero también removió las tensiones que elevarían al poder a su antítesis, Donald Trump.

"Una tierra prometida", que salió a la venta esta semana en todo el mundo y en 19 idiomas, incluido el español, deja claro desde su título la fe inquebrantable de Obama en el futuro del país que gobernó entre 2009 y 2017, y que ahora se encuentra, a su juicio, "al borde de una crisis" democrática por su extrema polarización.

"No estoy listo todavía para abandonar la posibilidad de un Estados Unidos (mejor), no solo por el bien de las futuras generaciones de estadounidenses, sino por el de toda la humanidad", escribe Obama en el prefacio del volumen.

Millones de copia

Esa confianza en el destino especial de su país, y en el carácter excepcional de Estados Unidos, vertebra las 768 páginas del libro, que cubre desde su infancia hasta el momento de 2011 en el que conoció al equipo de fuerzas especiales estadounidenses que acabaron con el líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden.

Su publicación ha generado una gran expectación en Estados Unidos, donde la editorial Crown ha impreso 3,4 millones de copias solo para ese país y Canadá, además de otros 2,5 millones para el mercado internacional, incluida España y buena parte de Latinoamérica.

Quienes ya han podido leerlo describen un autorretrato mucho más introspectivo que el habitual en las memorias de expresidentes estadounidenses, motivado en parte por el talento de Obama para la narrativa. "Lo que trato de conseguir en este libro es tanto (reflejar) la historia como (contar) una historia", explicó el exmandatario en una entrevista publicada el lunes por la revista The Atlantic.

Ese intento de crear una herramienta para los historiadores que además acercara al público la experiencia de ser presidente fue lo que retrasó la redacción del libro, que Obama quería completar en un año y concentrar en un solo tomo, pero que finalmente no acabó hasta mediados de 2020, con al menos un volumen más pendiente de escribir.

Introspección "salvaje"

Lo que le distingue no es solo la extensión y el detallismo, sino lo que la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie describió en su crítica del libro como "un interrogatorio salvaje a sí mismo"; una reflexión sobre los verdaderos motivos que impulsan sus decisiones.

Además de confesar que es profundamente sensible "al rechazo o a parecer estúpido", Obama contempla la posibilidad de que su decisión inicial de competir por un cargo político se debiera más a su ego que a su voluntad de servicio público.

También confiesa que acabó presentándose a presidente en 2007 a pesar de que su esposa, Michelle, se opuso rotundamente a la idea y le espetó: "Dios, Barack, ¿cuándo va a ser algo suficiente para ti?".

Su incredulidad cuando le anunciaron que había ganado el premio Nobel de la paz en 2009 se refleja en una pregunta -"¿Por qué?"-.

Obama lamenta en el libro no haber podido hacer más en muchos ámbitos, sobre todo en cuanto al control de armas y la inmigración, pero culpa de ese hecho a la obstrucción de la oposición republicana, que controló ambas cámaras del Congreso durante seis de sus ocho años en el poder.

"La gente habla de que el Gobierno de Obama deportó a mucha gente, pero eso no fue por ninguna política que yo introdujera. Yo heredé a ICE (Servicio de Control de Inmigración y Aduanas) y la Patrulla Fronteriza y muchas leyes (...) y no tuve éxito en cambiarlas, pero no fue porque no lo intentara", dijo Obama en una entrevista con la escritora chilena Isabel Allende para Univisión.

El ascenso de trump La elección de Trump en 2016 fue, en parte, una respuesta reaccionaria al hito que supuso la llegada al poder de Obama, el primer presidente negro, al que el actual mandatario atacó durante años con una teoría de la conspiración que cuestionaba su origen estadounidense.

Su libro solo hace referencia a Trump en el prefacio, cuando admite que su sucesor representa algo "diametralmente" contrario a él, pero argumenta que su populismo ya estaba presente en las elecciones de 2008 que él ganó.

"Los mensajes relacionados con la política de la identidad, con lo antiinmigrante, con las conspiraciones, estaban cobrando fuerza" ya entonces y se cristalizarían en 2010 con el ascenso del movimiento Tea Party, escribe Obama.

Ese movimiento trastocó la vida política de un país que ahora está marcado por "divisiones profundas", inmerso en una pugna existencial entre "dos ideas opuestas de lo que es EE.UU. y lo que debería ser", argumenta el expresidente, pero a la vez dice que "he aprendido a depositar mi fe en mis conciudadanos, especialmente los de la próxima generación, cuya convicción en que todas las personas tienen el mismo valor parece ser innata".

el libro ya tiene millones de reservas en distintos países.

Los microplásticos coronan el Everest

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Fibras de poliéster, acrílico, nylon y polipropileno son solo algunas de las microfibras que se encontraron a más de 8.000 metros de altitud, en el Monte Everest, que ya es oficialmente el punto terrestre más elevado al que ya llegaron los microplásticos.

Las mayor parte de las muestras, recogidas en el Everest y en el valle que hay en la falda de la montaña, son de los mismos materiales que se usan para fabricar la ropa de alto rendimiento y deportes de riesgo como la que suelen utilizar los escaladores, y que sirven también para fabricar tiendas de campaña y cuerdas de escalada.

Los investigadores que recogieron las muestras creen que estas fibras, algunas de ellas halladas casi en la cima del Everest, a 8.440 metros sobre el nivel del mar, podrían ser restos de los artículos que emplean las expediciones en su viaje a la cumbre.

Sin embargo, no descartan que los plásticos hayan sido transportados desde altitudes más bajas por los vientos extremos que regularmente impactan en las laderas más altas.

La investigación, publicada en One Earth, fue dirigida por la Unidad Internacional de Investigación de Basura Marina de la Universidad de Plymouth, en colaboración con centros del Reino Unido, Estados Unidos y Nepal, con el apoyo de la National Geographic Society y de Rolex.

"Los microplásticos se generan en muchos aspectos de nuestra vida cotidiana y acaban en el medioambiente. En los últimos años, hemos encontrado microplásticos en todo el planeta, desde el Ártico hasta nuestros ríos y los mares profundos", recuerda el investigador y explorador de National Geographic y autor principal del estudio, Imogen Napper. Que estas fibras aparezcan también en un lugar de la Tierra tan icónico debería servir para recapacitar y "darnos cuenta de que necesitamos hacer más para proteger nuestro medioambiente", agrega.

Las muestras se recogieron en abril y mayo de 2019, durante la Expedición "Perpetual Planet" de National Geographic y Rolex, y luego se analizaron en la Universidad de Plymouth.

De las 19 muestras recogidas en la región del Monte Everest, 11 estaban en la nieve y ocho en agua de arroyos, algunos de ellos situados junto a las rutas de senderismo cerca del glaciar Khumbu, donde se encuentra el campamento base al sur del Everest, en Nepal, así como en lo alto de la zona, cerca de la cima.

Las cantidades más elevadas (79 fibras microplásticas por litro de nieve) se encontraron en los dos campamentos base, el que está en el lado del Nepal y el otro, situado en el lado opuesto de la montaña, en el Tibet, donde se establecen expediciones a la cumbre por períodos de hasta 40 días. No obstante, también encontraron pruebas en la ruta de escalada hacia la montaña, con 12 fibras microplásticas por litro de nieve registradas en el Balcón. Había cantidades menores en los arroyos que bajaban de la montaña al Parque Nacional Sagarmatha, lo que, según los científicos, puede deberse al flujo continuo de agua creado por los glaciares de la región.

El primer ascenso confirmado a la cumbre del Everest tuvo lugar en 1953 y coincidió con la explosión global del uso de plásticos en la sociedad.

Camino al campamento base se encontraron microplásticos.