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Visiones encontradas

La comuna de Osorno empezó a vivir una nueva cuarentena desde el 3 de octubre, una situación que no le resultaba extraña a sus habitantes debido a que entre el 30 de marzo y el 30 de abril habían enfrentado esta medida. Con el avance de la pandemia, los residentes de distintos sectores han tenido que lidiar con los impedimentos para trabajar, así como las repercusiones que conlleva.

"Hay sentimientos encontrados. Es bueno por un lado para que la gente se cuide. Lamentablemente el intendente Harry Jürgensen y la seremi de Salud no han formado una mesa de trabajo con las autoridades locales y nosotros como dirigentes. Conocemos los problemas que tienen nuestros vecinos, están pasando por momentos críticos, ya que hay muchos que prácticamente laboran para llevar el sustento a su casa a diario", contó Eliana Catrilef, presidenta de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos.

La exigencia de que los empleados que circulen por comunas en cuarentena a partir del 9 de noviembre tienen que portar contrato de trabajo, es una de las medidas que ha sido cuestionada. "Yo encuentro que es hilar demasiado fino, porque están perjudicando a los independientes", enfatizó la dirigenta.

Otras complejidades con las que se han topado son reclamos sobre mujeres que no pueden entrar al supermercado con sus hijos y los obstáculos que tienen los negocios pequeños para funcionar.

En la búsqueda de hacer más llevadera la situación, han propuesto opciones diferentes a la cuarentena, como el retorno de los cordones sanitarios que eviten el ingreso de gente procedente de otras zonas sin una justificación válida.

Olga Manque, dirigenta de Rahue Alto Norte, cree que la medida ha sido buena. No obstante, recalca que existe una gran cantidad de independientes afectados en este escenario. "A uno le preocupa como dirigente porque ellos son los jefes del hogar y los que proveen el alimento en la casa. Si no salen a trabajar ¿cómo lo hacen?", manifiesta.

En este proceso ha contribuido en gestionar ayuda municipal, en al menos 6 ocasiones, a familias que quedaron sin ingreso producto de la contingencia sanitaria. De igual modo, tratando de promover las medidas de autocuidado como el uso de mascarillas y acudir a locales de barrio para evitar aglomeraciones.

"Tiempo atrás pedí que se hiciera como un catastro de la gente que trabaja independiente para ayudarlos eficazmente. Gracias a Dios con los adultos mayores uno puede controlar acá, averiguar si están con problemas o llamar a la Municipalidad, al consultorio, por el tema de salud, pero con el resto ¿cómo lo haces?. Anteriormente hacíamos colectas por las casas y apoyábamos a nuestros vecinos, pero ahora no podemos exponernos", relató.

Sobre la decisión de mantener la cuarentena, Catrilef mencionó que "ya se debería levantar porque no se ha visto nada positivo en este tiempo. Si dijéramos que han bajado los contagios y estamos en cero, podría ser, pero al contrario, seguimos sumando. Tampoco avisaron una semana antes para que la gente se hubiese preparado con los alimentos, llegaron y dijeron dos días antes".

En tanto, Manque cree que " es una encrucijada. Si no estuviera esta pandemia, y lo hablo a modo personal porque tengo un familiar contagiado, entonces lo único que uno quiere es que no le pase a nadie. Me da pena porque sí creo hay que abrir, que haya más criterio para los comerciantes y gente que trabaja independiente. Ahora, está en la persona cómo actúa y cómo se trabaja porque yo puedo abrir mi negocio, pero es la gente la que elige comprar o no".

Días difíciles

En Purranque están cerca de cumplir un mes de aislamiento, lo que ha obligado a muchos dirigentes a evaluar alternativas para que la gente no salga de sus casas y se traslade sólo con propósitos muy puntuales.

María Gladys Mansilla, presidenta del Consejo Comunal de Adultos Mayores de Purranque, explicó que los primeros días fueron muy complicados, ya que están acostumbrados a llevar a cabo distintas actividades al aire libre con el fin de distraerse.

"Nos llamábamos y nos poníamos a llorar porque teníamos grupos de folclor, gimnasio y somos muy activos. Ya asumimos y hacemos las cosas en nuestro hogar. Ahora empezamos a hacer pan, galletas, kuchen; hay otras chiquillas que se pusieron a hacer manualidades. Estábamos acostumbradas a salir a caminar. Yo creo que nos afectó a todas", contó.

Reemplazaron las reuniones por conversaciones de WhatsApp, las cuales también sirven como método de apoyo para aquellos que pudieran sentirse desanimados por el largo tiempo de encierro.

Desde su perspectiva, es fundamental mucha más conciencia. Si bien ha observado disminución del desplazamiento en el sector centro de la comuna, en las áreas aledañas percibe diariamente jóvenes sin mascarillas y que irrespetan el distanciamiento social.

"Creo que es necesaria la cuarentena, pero de repente uno quiere salir. Tenemos que asumir que estamos en pandemia. Han disminuido los casos, así que yo creo que deberíamos terminar con esto. Nosotros estamos confinados porque le tenemos respeto a la pandemia, muchas veces nos echan la culpa de todo y somos obedientes", afirmó.

Dificultades de traslado

En Río Negro la mayor complejidad que han registrado los vecinos es el poco tiempo que duran los permisos. Al depender mucho de los viajes hacia Osorno, las 3 horas resultan insuficientes tomando en cuenta el tiempo de traslado, las largas filas que a veces se topan y los trámites que deban hacer.

Iris González, presidenta de la Junta de Vecinos de la población Alejandrino González, dijo que la cuarentena "ha sido efectiva porque no hay tanto contagio, entonces encuentro que ya no es necesaria. Esto depende mucho de nosotros, de la gente que se cuida, de usar mascarilla y la gente ha sido bien responsable con el autocuidado".

La comuna tuvo un alza inusitada de casos a finales de septiembre, vinculada con la celebración de un culto evangélico en la localidad de El Bolsón. No obstante, el escenario ha ido cambiando desde entonces, por lo que González ha transmitido la molestia de los residentes de su zona de persistir con las restricciones existentes.

"Ya asumimos y hacemos las cosas en nuestro hogar. Ahora empezamos a hacer pan, galletas, kuchen; hay otras chiquillas que se pusieron a hacer manualidades".

María Gladys Mansilla, Dirigente