Cualquier proceso eleccionario en democracia se legitima mientras más ciudadanos acudan a las urnas a marcar su preferencia. La jornada plebiscitaria que vivió el país el domingo pasado, con una masiva afluencia de electores a los locales de votación, en medio de una pandemia, arrojó la mayor participación de votos absolutos desde el retorno a la democracia, según los datos que entregó el Servicio Electoral (Servel). Antecedentes que sin duda no han dejado margen de duda para el proceso constituyente que ha de iniciarse, en lo inmediato, con la elección de los constituyentes que se realizará el 11 de abril del próximo año, y donde la inclusión de independientes se ha tomado ya el debate político.

Aun así, a nivel regional, hay determinados números que deben motivar una serena reflexión, como por ejemplo, la baja afluencia de electores que se vivió en las comunas más apartadas de la provincia de Palena, a diferencia de lo que ocurrió con su símil de Llanquihue, donde a pesar de cuarentenas decretadas en varias de sus comunas, se registró una destacada participación ciudadana. Consultados los alcaldes de aquellas comunas con baja afluencia de gente el domingo, coinciden en sostener que la conectividad y el temor al contagio conspiraron en contra de una concurrencia mayor a las urnas, además de ciudadanos inscritos en el registro local, pero que residen en Argentina.

Este es una realidad a tener en cuenta en la región, frente a la seguidilla de elecciones que se avecinan en los próximos dos años: alcaldes, concejales, gobernador regional, constituyentes, parlamentarios, presidencial y plebiscito de salida. Aunque la población de Palena pudiera ser una fracción menor en la Región de Los Lagos, sus habitantes tienen el mismo derecho a participar de manera activa en cada uno de los comicios, por más aislados que puedan estar.

Es una responsabilidad directa del Ministerio de Transportes y de los municipios respectivos que exige empezar desde ya a considerarse en las planificaciones y diseños presupuestarios.

Hace ya algunos años, los estudiosos de la conducta humana descubrieron algo verdaderamente extraordinario -y que no todo el mundo parece conocer-, a saber, que cuando se da un abrazo, se "produce de manera automática un efecto terapéutico sobre el cuerpo de las personas". El abrazo representa una de las principales muestras de afecto y de cariño que puede dar un ser humano a otro. Y puede venir de un amigo, de un familiar, de la pareja e, incluso, por parte de un extraño. El acto de abrazar tiene múltiples beneficios, tanto a nivel emocional, como así también fisiológico. No por nada, existe el Día Mundial del Abrazo que se celebra todos los 21 de enero.

Hoy está científicamente probado que abrazar a una persona nos hace sentir seguros, entrega tranquilidad y sosiego, al mismo tiempo que calma la ansiedad que pudiera estar afectándonos, con un efecto adicional: nuestro cuerpo comienza a producir de manera automática oxitocina, dopamina y serotonina, un grupo de hormonas relacionadas con el bienestar, el amor y la felicidad. El efecto es fácil de comprender: al ser abrazado, uno siente apoyo y protección, lo que mejora el estado de ánimo y favorece nuestra felicidad.

Gracias a los estudios de la Dra. Tiffany Field por intermedio de la Resonancia Magnética Nuclear -técnica no invasiva que permite obtener imágenes "in vivo" del cerebro mientras está activo-, se ha observado que cuando un individuo abraza a otra persona, el cerebro libera occitocina, una hormona que disminuye los niveles de cortisol y adrenalina -u hormonas del estrés-, al mismo tiempo que incrementa el nivel de confianza y seguridad de las personas.

El acto de abrazar y acariciar es crucial en nuestras vidas, por cuanto, a través del contacto físico, nos sentimos reconocidos, valorados y queridos. Es así, por ejemplo, que un estudio de la Universidad de Duke, EE.UU., que investigó el efecto del contacto físico en bebés, determinó que la ausencia crónica de este acto puede contribuir a la muerte de millones de neuronas en el bebé, así como también a una deficiencia en la producción de hormonas del crecimiento e incluso, a la muerte del menor.

Por otra parte, la OMS asegura que más de las tres cuartas partes de los bebés que nacen de forma prematura, se reponen totalmente, si reciben el contacto piel con piel de su madre. Y hoy, en tiempos de pandemia y de grandes trastornos emocionales, el abrazo de un ser querido siempre será bienvenido y... sanador.

Dr. Franco Lotito, profesor del MBA de la UACh