Pérdida de empleos en la región
El Observatorio Laboral de la ULagos ha arrojado reveladores cifras sobre el estado de la ocupación en la zona. La ayuda del Estado debe focalizarse con premura hacia los sectores más golpeados por la crisis, partiendo por los trabajadores por cuenta propia.
Ratificando las señales que se han estado dando desde distintas esferas de la actividad económica, el segundo boletín del Observatorio Laboral de la región que lidera el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence) y que ejecuta la Universidad de Los Lagos, ha establecido que más de 108 mil personas perdieron su empleo en la zona en el trimestre junio-agosto de este año, en comparación con igual período del año pasado. De acuerdo a este informe, que busca erigirse como un termómetro de la situación laboral en Los Lagos, entre un año y otro hubo una disminución del 26,2% de puestos laborales, explicado en la abrupta caída de los 413.876 ocupados del año pasado a los 305.528 de 2020.
Los desesperanzadores indicadores de la región también alcanzan al empleo por cuenta propia, que cayó un 40,5% en igual lapso; y a los asalalariados del sector privado, que se redujeron en un 24,7%. En cuanto a la categoría de niveles educacionales, aunque la disminución ha afectado a casi todos, se aprecia que quienes tienen estudios superiores incrementaron levemente su participación laboral, de un 72,8% a un 73,8%. En la vereda del frente están los trabajadores con educación básica incompleta, que en 12 meses retrocedieron 14 puntos porcentuales, y quienes cuentan con educación superior incompleta, con 14,4 puntos porcentuales menos.
Tanto la brusca caída de los trabajadores por cuenta propia como de quienes tienen educación incompleta son señales elocuentes de cuáles son los sectores más golpeados por la crisis sanitaria y, por tanto, dónde debe focalizarse de manera urgente la ayuda social del Estado, en virtud de una pandemia que se resiste a retroceder y que en Europa, por lo demás, está arrojando nuevamente números preocupantes. Este desafío es todavía más apremiante en provincias como Osorno y Llanquihue, con comunas en cuarentena para contener la diseminación del covid-19 y que están sufriendo los embates de una actividad económica paralizada.
El Gobierno debe atender prontamente estas señales reveladoras que dan los informes laborales.