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El Osorno para no olvidar: A don Eleuterio lo tuvieron entre tira y afloja...

Tras tomar la decisión de erigir un monumento al héroe osornino de la Guerra del Pacífico, vino la discusión de dónde ubicarlo en la ciudad. La disputa de autoridades, vecinos y representantes de entidades civiles estaba entre la plaza de Armas y la plazuela Yungay. Al final ganó la primera opción y el 18 de septiembre de 1927 se puso la primera piedra. Y se hizo tan sólido, que aún permanece estoico e imponente en el principal paseo público osornino, pese a ser blanco de vándalos que lo han rayado e intentado dañar.
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Fue en abril de 1906 cuando comenzó a gestarse la iniciativa para erigir un monumento a Eleuterio Ramírez Molina, siendo su primer impulsor el ciudadano Víctor Rosas Carrasco.

Hacia 1915 esa idea que buscaba perpetuar la imagen del héroe osornino de la Guerra del Pacífico fue logrando aunar más adherentes. Es así como en Osorno se formó el Comité Pro-Monumento a Eleuterio Ramírez Molina, presidido por Arturo Montecino e integrado por representantes de la sociedad civil.

A su vez, otras ciudades también se involucrarían, conformándose a Santiago un Comité Central que coordinaría todas las actividades a desarrollar.

Para obtener el financiamiento para el monumento: "En Santiago, Osorno y otras ciudades se efectuaron conciertos, rifas, colectas, etcétera. En la capital hubo, entre otras, dos grandes veladas en el Teatro Municipal, una organizada y dirigida por la distinguida dama señora Delia Matte de Izquierdo, que reunió como actores y concurrentes a lo más selecto de Santiago; y otra organizada por el Ejército, que tuvo un éxito artístico y económico no inferior a la primera". (1)

Mientras tanto, el entonces alcalde de la comuna de Osorno, Federico Hott Schencke, y los regidores (hoy concejales) estaban abocados a la ardua labor en definir la ubicación donde se instalaría el monumento al héroe osornino.

Esto, debido a que existían dos posiciones al respecto: la primera, en la plaza de Armas; mientras que una segunda era instalarla en la plazuela Yungay.

Después de varias votaciones, que siempre terminaban en empate, el alcalde decidió postergar esa discusión, en vista de que los ánimos de los regidores estaban bastante alterados.

Y esta discusión no solamente estaba sacando chispas a nivel de las autoridades comunales, sino también en la ciudadanía. Es así como se habían formado dos bandos defendiendo las mencionadas posturas.

Así lo recuerda Carmela Soriano Bórquez: "De lo que escuchaba a mis padres, porque en esos años los hijos no participábamos en la conversación de los adultos, siempre y cuando que ellos autorizaran, era que se estaba juntando dinero en varias ciudades para hacer un monumento a Eleuterio Ramírez… y no se colocaban nunca de acuerdo donde lo iban a ubicar, en la plaza de Armas o en la Plazuela Yungay y al parecer duró bastante tiempo el problema, porque yo estaba por casarme y todavía seguían con lo mismo… hubo bastantes discusiones y como dicen, llegó a salir roncha…" (2)

La ubicación del monumento a Eleuterio Ramírez Molina fue la conversación obligada en hogares, calles, restaurantes y lugares de trabajo, donde no faltaron las de alguna acalorada discusión.

Incluso, quienes eran partidarios de llevar el monumento a la Plazuela Yungay fueron apoyados decididamente por los religiosos de la congregación Franciscana, que tildaron de herejes a quienes sostenían una posición contraria.

En 1925, el gobernador Luciano Rosselot envió una carta a la Corporación Edilicia para recordarle que sería conveniente definir el lugar del polémico monumento.

Es así como la Corporación Edilicia volvió a retomar esta ya espinuda situación, donde nuevamente se produce un empate en la votación de los regidores.

Salió humo blanco...

Finalmente, en sesión extraordinaria realizada a fines de diciembre de 1925 y en votación secreta, se logró desempatar, ganando por un voto la opción de ubicar el monumento de Eleuterio Ramírez en la plaza de Armas.

Y un 18 de septiembre de 1927 se colocó la primera piedra del monumento al héroe osornino, siendo uno de los actos más importantes en la celebración de las Fiestas Patrias de ese año.

A ese significativo acto patriótico, las autoridades locales invitaron a las diversas organizaciones de la sociedad civil, como establecimientos educacionales, Cuerpo de Bomberos de Osorno, la Cruz Roja, Boys Scouts y entidades de beneficencia, demostrando así una señal de buena vecindad y dando por superado aquellas desavenencias que crisparon los ánimos a los osorninos.

"Y no se colocaban nunca de acuerdo donde lo iban a ubicar, en la plaza de Armas o en la Plazuela Yungay y al parecer duró bastante tiempo el problema, porque yo estaba por casarme y todavía seguían con lo mismo…".

Carmen Soriano Bórquez Osornina que recordaba la discusión para ubicar el monumento el héroe osornino