Mucho se ha insistido en la conducción de vehículos motorizados con absoluto apego a la normativa vigente, es decir, respetando los límites de velocidad y a la vez ejerciendo un manejo atento a las condiciones del tránsito y a la defensiva.

Sin embargo, es fácil ver en comunas de la región automóviles desplazándose a velocidades que claramente exceden los límites permitidos en áreas urbanas, y que tienen como máximo los 50 kilómetros por hora; o bien choferes -lo que es cada vez más frecuente- que guían sus vehículos haciendo uso de sus teléfonos celulares.

Se trata de un problema que se ha abordado desde todos los frentes, con campañas en diversos medios, pero en el que poco se avanza, toda vez que a diario puede observarse a conductores que transgreden la norma y cometen imprudencias que perfectamente podrían terminar en un accidente.

Frente a este escenario se hace necesario volver a este tema las veces que sea necesario, con la finalidad de generar una real toma de conciencia por parte de quienes asumen la conducción de un vehículo motorizado.

Cuando el país enfrenta el mayor desafío sanitario en su historia reciente, todos los esfuerzos logísticos, económicos y humanos de la Salud debieran estar puestos en la batalla que se está librando para controlar el avance del coronavirus y a la vez proteger a la población.

Por ello, exponerse uno y a la vez a otros a un accidente de tránsito, por mera irresponsabilidad, es un acto absolutamente egoísta e irresponsable y una conducta que debe ser erradicada de la sociedad, para el bienestar de todos.

En momentos tan trascendentales como los que enfrenta el país, la responsabilidad y el cuidado personal y colectivo son fundamentales.

Estimado señor ¿qué se puede decir que tenga algo de sentido en medio de este sin sentido?. Pertenezco a la generación que vivió la "upé", así que todo lo que hoy estamos viviendo, como muchos chilenos, ya lo vivimos.

Pero ¿es lo mismo? En ese entonces vivíamos el desgobierno, escacez, caos, corrupción, tomas, cierre de fábricas, incendios, quemaban personas vivas en sus casas, un desempleo galopante y un IPC sólo comparable a cifras de los actuales países de izquierda; el Parlamento parecía un nido de víboras, se lanzaban tinteros, groserías y puñetazos como nada, el gobierno de Allende había dejado entrar a cientos de extranjeros y grupos armados eran protegidos por algunos partidos políticos avalando la violencia incluida la de La Araucanía y el llamado conflicto mapuche, entre otros tantos excesos. Y en eso estábamos cuando "aparecieron ustedes"…

¿Hoy? Desgobierno, autoridades fuera de control, paros, incendios, queman a personas vivas, desempleo galopante, un parlamento de payasos, con actores, cantantes añejos y jóvenes rebeldes. Todos preocupados de la siguiente elección. Por supuesto también tenemos exceso de extranjeros y existen grupos armados protegidos por algunos partidos políticos que avalan la violencia incluida la de La Araucanía… Y aparecen a ustedes.

¿Ustedes?, ¿quiénes son? Ciudadanos, padres de familia, empresarios, pagadores de impuestos que sólo piden su derecho a trabajar en paz, gracias a ustedes vamos a la estación de servicio, consultorio, supermercado o a la frutería y adquirimos lo que necesitamos. "Cadena de abastecimiento": dependemos de su trabajo.

¿Trabajo?. Aquí entre nos ¿usted alguna vez ha quemado herramientas, casas y o personas? ¿Ha bloqueado la carretera con árboles y neumáticos? ¿Le ha disparado a algún ciudadano? ¿Anda encapuchado y armado hasta los dientes? ¿Ha aterrorizado a inocentes?.

Es extraño, mientras los pirómanos hacen su agosto, los terroristas disfrazados de pueblo originario no son encarcelados ni por borrachos, sin embargo, aparecen ustedes y hasta el Poder Judicial los demanda y se querellan las autoridades!...¿Se da cuenta? ¿Qué puedo decirle?

Bueno, tal vez sólo una palabra: ¡gracias!

Vivian Arend