La crisis sanitaria obligó al sistema escolar a poner en marcha el mecanismo de teleducación, que ha permitido que en los establecimientos hayan continuado las clases a distancia. A partir de marzo del presente año, la manera en que se enseña ha cambiado radicalmente. Los profesores han incorporado herramientas nuevas en sus clases, posiblemente por primera vez, y los estudiantes experimentan nuevos métodos de aprendizaje desde sus casas.

Si bien la educación se ha realizado a distancia, por Internet, con apoyo de la televisión, han quedado muchos alumnos atrás. De ahí que la autoridad indique que la pandemia está aumentando las desigualdades educativas.

El ministro de Educación, Raúl Figueroa Salas, ha llamado a alcanzar un consenso básico para volver a abrir los colegios cuando las condiciones sanitarias lo permitan. Sin embargo, se ha generado un debate con el Colegio de Profesores y con alcaldes que indican que aún no se dan las seguridades para reabrir las escuelas. Entretanto, el Ministerio se encuentra afinando un documento que fijará las orientaciones para el año escolar 2020, donde también se tomará en cuenta el impacto que ha tenido la prolongada suspensión de clases presenciales en los estudiantes más vulnerables, que se probablemente se traducirán en un incremento aún mayor en las brechas de aprendizaje que ya existían, en la deserción y en el desarrollo socioemocional de niños y jóvenes, por lo que resulta prioritario volver a las actividades presenciales cuando las condiciones sanitarias lo permitan.

Desde luego que este no será un período escolar normal, por la pandemia que afecta al mundo. A medida que pasaron los meses, las universidades y los colegios se han ido adaptando a la modalidad de educación a distancia, pero se observan problemas en el acceso a internet que se deben considerar.

Hay que entender que se ha tratado de una situación de emergencia ante la cual no estábamos preparados. Sin embargo, la teleducación no es comparable con las clases presenciales, por lo que al menos todos los estamentos deberían mostrar una disposición a conversar , para estar preparados cuando estén dadas las condiciones para reabrir los establecimientos.

Chile se había convertido en un líder regional, debido a su estabilidad política, económica y sobre todo por el funcionamiento de sus instituciones que garantizaban un ambiente seguro para hacer negocios y hacer crecer nuestra economía y con ello generar desarrollo.

Posee aún, un sistema político republicano, democrático y representativo, con un gobierno de carácter presidencial. Y El Estado está dividido en tres poderes, esencialmente independientes: el Ejecutivo, Legislativo y Judicial (Los tres Poderes).

A la cabeza del Poder Ejecutivo se encuentra el Presidente, el cual es elegido por sufragio popular y directo por todos los ciudadanos chilenos mayores de 18 años, por períodos de 4 años, sin derecho a reelección. El Poder Legislativo reside en el Congreso Nacional, y su sede está en el puerto de Valparaíso y Tiene atribuciones fiscalizadoras y colegisladoras, y es bicameral. El Poder Judicial es un órgano independiente y autónomo que tiene la responsabilidad de la administración de justicia (aunque no lo crean). El tribunal superior de este poder, es la Corte Suprema. El sistema procesal penal chileno ha sido reformulado profundamente en los últimos años y como resultado Chile cuenta hoy con una justicia moderna y ágil (léase garantista) en la resolución de los procesos.

Suena bonito, pero no es tan así, la columna vertebral de este país está siendo socavada en tiempos de pandemia por sectores radicalizados, que se imponen en base a la fuerza de sus ideologías y sin transar en ninguna de sus posiciones. Así Chile no avanza, la violencia desatada por grupos minoritarios que han provocado un enorme daño a las pequeñas y medianas empresas, generando desempleo, y todas las consecuencias que eso conlleva. Todo ello ha dañado profundamente a nuestra sociedad, la cual tiene sólo un destino para salir adelante, el de la paz, la reconciliación, justicia y la democracia.

Se necesitan señales para comenzar la recuperación, autoridades que se pongan en el lugar de los ciudadanos, parlamentarios que sintonicen y no toleren las injusticias, justificando la violencia la cual se alimenta del silencio y el miedo de compatriotas y algunos sectores políticos. Los gremios, emprendedores y trabajadores somos enormemente más que los que ejercen la violencia… la cordura y el diálogo deben imperar con fuerza. El país lo requiere para volver a ser el mejor lugar para vivir.

Carlos Bustos, presidente Multigremial de Osorno