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Los rebrotes complican a la industria española de turismo

PANDEMIA. Enfrenta cancelaciones de vuelos, recomendaciones de no visitar sus playas y cuarentena para viajeros provenientes del país en Reino Unido.
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Agencias

Las regiones de Cataluña y Aragón acogen ahora dos de los brotes más preocupantes de España, lo que llevó a las autoridades en Barcelona, en una zona agrícola interior en torno a Lleida y en Zaragoza, a endurecer las restricciones levantadas hace apenas un mes, cuando España parecía haber controlado su devastadora oleada de contagios.

Las autoridades españolas miran con preocupación que Gran Bretaña volvió a poner a España en su lista de destinos no seguros, y el sábado anunció que los viajeros llegados a Gran Bretaña desde España deben ahora hacer una cuarentena de 14 días. Noruega también ordenó una cuarentena de 10 días para los regresados de la Península Ibérica. Sumado a esto, TUI, la principal agencia de viajes de Gran Bretaña, canceló todos sus vuelos a España hasta el 9 de agosto, aunque mantuvo las reservas hacia las islas Canarias y Baleares.

Muchos viajeros se vieron sorprendidos por la decisión británica. Incluso el ministro de transporte británico Grant Shapps está actualmente de vacaciones en España. Francia y Bélgica, mientras tanto, recomendaron a sus viajeros que cancelaran sus planes de pasar las vacaciones de verano en Barcelona y sus playas cercanas, donde se han registrado aglomeraciones que impedían el distanciamiento social. La policía tuvo que intervenir para controlar a los bañistas en las playas.

Las autoridades españolas y catalanas intentaron transmitir un mensaje de calma. "España es un país seguro", dijo la ministra española de Exteriores, Arancha González Laya. "España, como cualquier otro país del mundo que haya logrado controlar el covid-19, trabaja para descubrir, rastrear a sus contactos y asegurarse de que los tratamos, los separamos, para que el resto del país pueda seguir con su vida y la economía pueda continuar y los turistas puedan seguir disfrutando de España", enfatizó.

Cataluña ordenó el cierre durante 15 días de los locales de ocio nocturno y desde el viernes por la noche impuso un toque de queda a medianoche para los bares en Barcelona y Lleida, horas después de que el primer ministro de Francia, Jean Castex, instara a los franceses a no visitar Cataluña debido al aumento de los contagios. Francia también intenta frenar un auge de los casos nuevos, pero al parecer ve también riesgo en importar infecciones desde España.

"Somos conscientes de que las medidas son duras", dijo el jefe de salud pública de Cataluña, Josep Maria Argimon. "Pedimos máxima responsabilidad de la ciudadanía, para que las medidas duren lo menos posible (...) si vemos que el crecimiento de casos es exponencial, la manera de cortarlo es limitando la movilidad de manera parcial".

Pero algunos alcaldes se quejaron de que los cierres deberían haberse ordenado días antes: "Las medidas llegan tarde, pero ya han sido tomadas, y los demás alcaldes y yo pensamos que son las correctas", dijo la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, junto con pedir a la policía regional catalana que ayude a la policía municipal a hacer cumplir el toque de queda y los cierres.

España reportó más de 900 contagios diarios el jueves y el viernes, cuando las autoridades advirtieron que el país, donde murieron al menos 28.400 personas antes de controlar la primera oleada, podría afrontar el inicio de un segundo gran brote. Las autoridades de salud advirtieron de una posible segunda oleada tras el verano.

Bares y playas en medio de la crisis

Clubes nocturnos, bares y playas afrontan nuevas restricciones tras convertirse en focos de infección del nuevo coronavirus, por lo que en teoría deben aplicar distanciamiento social y requerir el uso de mascarillas en sus instalaciones, además de reducir el aforo. Aunque dos asociaciones empresariales de bares y clubes nocturnos advirtieron que llevarán al gobierno catalán ante los tribunales para bloquear una decisión que, según dijeron, hace peligrar 35.000 empleos.

Pionyang toma medidas por primer posible contagiado

CORONAVIRUS. Se trataría de un desertor del régimen.
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Corea de Norte declaró 'máxima emergencia' sanitaria y decretó aislamiento en la ciudad de Kaesong, fronteriza con el Sur, tras detectar allí un posible caso de covid-19, el primero hasta la fecha anunciado por el régimen.

El caso sospechoso afecta a un ciudadano norcoreano que había desertado al Sur hace tres años y retornó al Norte tras cruzar de forma ilegal la frontera militarizada que separa ambos países el pasado 19 de julio, según informó la agencia estatal norcoreana KCNA.

Tras conocerse el posible contagio, el líder norcoreano Kim Jong Un presidió una reunión de la cúpula del Partido de los Trabajadores en la que se decidió bloquear completamente Kaesong y poner en aislamiento los diferentes distritos de la provincia fronteriza con el Sur.

Kim también decidió pasar del "estado de emergencia contra la epidemia" en que se encontraba el régimen al "sistema de emergencia máxima", y dio instrucciones sobre las acciones y medidas organizativas que deberán implementarse en los diferentes órganos del partido y en instituciones sanitarias y de seguridad nacional, según la KCNA.

"A pesar de las intensas medidas anti-epidemia aplicadas en todos los ámbitos y del estricto cierre de todas las vías de entrada en los últimos seis meses, ha ocurrido una situación crítica por la cual el agresivo virus podría haberse introducido en el país", dijo Kim durante la reunión.

El afectado fue puesto en estricta cuarentena después de que se le detectaron síntomas, pero las pruebas arrojaron "resultados inciertos". Las autoridades aislaron y le realizaron test a todas las personas que tuvieron contacto con él.

Investigación por cruce ilegal

El régimen de Pionyang decidió realizar una "investigación exhaustiva" de la unidad militar desplegada en la zona fronteriza por la que penetró el desertor, con vistas a tomar las medidas necesarias y "administrar un severo castigo" a los responsables de que la incursión ilegal.

Brasil cumple cinco meses de pandemia aún descontrolada

COVID-19. El país registra 86.000 muertos y más de 2,4 millones de casos.
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El 26 de febrero Brasil registró el primer caso oficial de coronavirus. Cinco meses después, la pandemia parece todavía descontrolada en un país que es el segundo más afectado del mundo, solo por detrás de Estados Unidos, con 86.000 muertos y 2,4 millones de contagios.

En los 152 días transcurridos desde ese primer caso, que fue también el primero en América Latina, y se registró en un hombre que había llegado de Italia, el país vio pasar tres ministros de Salud y ha convivido con el fuerte negacionismo del presidente Jair Bolsonaro, quien incluso se contagió. El líder de la ultraderecha brasileña se recuperó finalmente este sábado, cuando anunció que un último examen dio negativo, después de que el 7 de julio se comprobara que se había contagiado.

La gestión de la pandemia por parte del gobierno ha sido caótica por momentos, lo cual se reflejó en el Ministerio de Salud. La solución de Bolsonaro para ese ministerio fue el general Eduardo Pazuello, con vasta experiencia en logística pero ninguna en salud, que cumplió el precepto castrense de la "obediencia debida" y le hizo coro a las diatribas del gobernante. A diferencia del ministro que ocupaba el cargo a la llegada de la pandemia, el médico Luiz Henrique Mandetta, destituido a mediados de abril por su firme defensa de las cuarentenas aplicadas por estados y municipios.

Economía maltrecha

La disyuntiva entre salud y economía que planteó en muchos países la pandemia ha sido intensa en Brasil, que durante los últimos tres años creció a un 1% anual, insuficiente para recuperar la caída de siete puntos porcentuales sufrida en el período 2015-2016.

La llegada del coronavirus alteró las previsiones de crecimiento para este año, también de un 1%, y las cambió por la certeza de una recesión histórica, que puede llegar a costar el 10 % del Producto Bruto Interno (PIB). Según datos oficiales, el coronavirus acabó con unos ocho millones de puestos de trabajo, lo que sugiere que el número de desempleados puede estar en torno a los 20 millones, en un país de 210 millones de habitantes. A raíz de esto, el gobierno aprobó un subsidio temporal de 110 dólares ($88.000) para desempleados y trabajadores informales.

Durante las últimas semanas, Brasil ha registrado un promedio de 1.000 muertes y cerca de 50.000 nuevos contagiados por día. Según cálculos oficiales, en los 27 estados del país, para fin de año Brasil puede llegar a 150.000 muertos y ocho millones de casos.