De acuerdo a los lineamientos de la estrategia sanitaria que se han vislumbrado desde que asumió el médico puertomontino Enrique Paris como ministro de Salud, uno de los pilares que se ha estado promoviendo es el de la política de testeo, trazabilidad y aislamiento (TTA), entendida como la mejor manera de evitar el colapso de la red asistencial por la alta demanda hospitalaria que supone una enfermedad como el coronavirus. Esta estrategia supone una alta capacidad de realizar exámenes a la población para detectar si porta o no el virus del covid-19, realizar el seguimiento de esas personas, sobre todo de aquellas portadoras asintomáticas del virus para monitorear sus contactos y estado de salud, y separar de la población a quienes son factor de diseminación, para lo cual figuran las residencias sanitarias que también se han implementado en la Región de Los Lagos.

Aunque la capital regional viene exhibiendo desde hace semanas un alto ritmo de contagios, al punto de que se adoptaron medidas más drásticas esta semana para evitar el establecimiento de una cuarentena, la trazabilidad de los casos en la Región de Los Lagos se presenta dentro de los rangos esperados, con un 91% de seguimiento de los casos para el período entre el 11 y 17 de julio.

Este número, a decir de la Autoridad Sanitaria, se ubica muy por sobre el registro de la Región Metropolitana, que es del 80%, y de Valparaíso, de apenas un 67%; aunque por debajo de Ñuble, La Araucanía, Los Ríos, Aysén y Magallanes, que lograron llegar al 100%.

En el actual momento que está viviendo Puerto Montt, que está al borde de la cuarentena si es que no se reducen los contagios, el trabajo de los 13 trazadores dispuestos por Salud para pesquisar los casos de la ciudad es crucial. De ellos depende un seguimiento que es vital para determinar tempranamente el círculo de contactos de los casos activos, como también que las personas proporcionen la información clara y verídica que se requiere para la efectividad de la estrategia.

El empoderamiento económico y empresarial de las mujeres es una pieza clave para lograr la equidad de género y construir sociedades modernas, prósperas e inclusivas. Según un estudio de emprendimiento y género del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo (2016) un 38,1% de los emprendedores son mujeres. Se observan diferencias acotadas según nivel educacional, concentrándose en las categorías de educación superior: Un 12,6% de ellas cuenta con educación superior técnica y un 14,3% registra educación superior universitaria, mientras que entre ellos la concentración alcanza 9,0% y 17,6% respectivamente. Además, las emprendedoras se han capacitado más que los emprendedores: Entre ellas un 27,3% se ha capacitado, mientras que sólo un 18,6% de ellos lo ha hecho.

Lo anterior entrega fundamentos suficientes como para decir que las mujeres cuentan con las herramientas necesarias para hacer más propicio el éxito en los negocios y por ende a través del emprendimiento, permitiéndole alcanzar cierto nivel de empoderamiento económico, aportando a los ingresos familiares, y a la economía en su conjunto. Sin embargo, esto no garantiza superar la desigualdad de género, aun cuando tiene el potencial para hacerlo.

Se podría decir que los estereotipos de género en torno a las habilidades, la fuerza, el liderazgo y la maternidad de las mujeres han generado percepciones y obstáculos que ralentizan el crecimiento de las empresas lideradas por mujeres con respecto a las de los hombres.

Pero si apoyamos a superar estos obstáculos que limitan este desarrollo, se podría lograr empoderar económicamente a las mujeres y el crecimiento de sus empresas con un claro impacto en las economías locales. Aquí propongo tres aspectos fundamentales: Digitalizarnos y amigarnos con la tecnología de una buena vez!!, lo segundo estar en comunidades que nos aporten valor y donde podamos co construir y tercero pensar fuera de la caja y a seguir rodeándonos de personas distintas que nos aporten nuevas miradas para la vida y los negocios.

En esta misma línea, algunas y algunos, ya se encuentran trabajando con distintos modelos, pero todos con la misma finalidad, lograr que las mujeres obtengan autonomía económica a través de la provisión de habilidades, herramientas, recursos, y puedan así desempeñarse en un entorno favorable para el desarrollo de sus empresas y así construir sociedades modernas, prósperas e inclusivas.

Rosa Villalobos, presidenta ASEET y socia de la Multigremial de Osorno