Paola Rojas Mendoza

El quinto fallecimiento por covid-19 en el Hospital Base de Osorno se registró la mañana de este jueves y esta vez se trata de un paciente de 71 años, quien había llegado desde Santiago a mediados de junio a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), tras permanecer más de una semana internado por la enfermedad.

La seremi de Salud, Scarlett Molt, precisó que se trata de un hombre de 71 años, cuyo deceso se produjo a las 7.00 de la mañana de este jueves en Osorno.

Esta persona estaba internada en la unidad de pacientes críticos del Hospital Base de la ciudad, quien había llegado trasladado desde la Posta Central de Santiago, por lo que se integra a la lista de fallecidos de la Región Metropolitana y no se suma a la de la Región de Los Lagos que ayer se mantuvo en 22.

Compleja situación

El director del Hospital Base San José, Hans Hesse, señaló que pese a la buena evolución que ha tenido la mayoría de los pacientes que arribaron provenientes de la Región Metropolitana, esta persona tenía una condición bastante delicada.

De hecho el grupo -de ahora 16 personas- está bajo la mirada de las políticas del Ministerio de Salud, pues fueron trasladadas precisamente debido a sus altas opciones de sobrevivir a la enfermedad.

Explicó que el paciente fue derivado el 17 de junio al centro asistencial, teniendo entre sus antecedentes médicos una condición de obesidad, además de una infección bacteriana junto a graves complicaciones pulmonares. Previamente había ingresado el 9 de junio a la Posta Central de Santiago.

"Alcanzó a estar con nosotros dos semanas y siempre se mantuvo en condiciones graves. Esto para nosotros es muy lamentable, porque todas las personas que ingresan al hospital, afortunadamente tenemos las condiciones para poder recibirlos, ninguno se ha quedado sin ventilador mecánico. Además, para una persona que esté lejos de su familia, independiente de que no esté consciente, es muy difícil para la familia, por eso nos duele esto", manifestó.

En este caso, el centro de origen debe hacer las coordinaciones para "rescatar" el cuerpo de esta nueva víctima del Covid-19.

Del traslado del cuerpo de este paciente está encargado el Servicio de Salud Metropolitano Central, a través de sus asistentes sociales, quienes acordarán con la familia el nombre de la funeraria que lo vendrá a buscar para llevarlo hoy por la noche vía terrestre, para realizar sus exequias de acuerdo al protocolo que rige para estos casos.

Balance de casos

En cuanto al recuento de casos, la Seremi de Salud informó que la región tiene 50 nuevos casos, de los cuales 23 son de Puerto Montt, siete de Calbuco, dos de Fresia, seis de Frutillar, tres de Llanquihue, uno de Maullín, dos de Puerto Varas, lo que da 44 para la provincia de Llanquihue; a ellos se suman dos de Curaco de Vélez en Chiloé, además de cuatro de Osorno, lo que en total da un total acumulado de 1.734 a la fecha.

De esta última cifra, 275 se mantienen activos y el mayor porcentaje se concentra en la provincia de Llanquihue; de los casos recuperados, éstos ya son 1.437.

En cuanto a la dotación de 81 camas críticas del sistema público y privado de la región, hay 25 disponibles; en cuanto al total de 82 ventiladores mecánicos, 41 están desocupados.

De los pacientes hospitalizados, hay 77 y de ellos 19 están en unidades de cuidados intensivos, distribuidos en uno en el hospital de Castro, ocho en el Hospital de Puerto Montt, seis en el hospital de Osorno y cuatro en la Clínica Alemana de Osorno. En tratamiento intermedio hay 18 en total: 11 en el Hospital de Puerto Montt, dos en el Hospital de Osorno y tres en la Clínica Alemana de Osorno.

Hay 40 pacientes en cama básica de aislamiento: se distribuyen en uno en el Hospital de Ancud, 34 en el Hospital de Puerto Montt, cuatro en el Hospital de Osorno y uno en la Clínica Alemana de Osorno. Además, de todos estos pacientes, 16 se encuentran en ventilación mecánica invasiva.

17 de junio llegó este paciente, derivado desde la Posta Central de Santiago en una condición grave.

4 casos presentó la provincia este jueves, todos de la comuna de Osorno.

Actualmente nos encontramos transitando por una senda pedregosa en las diferentes áreas de la vida, producto de una emergencia sanitaria que ha trascendido hacia lo social, económico y humano, puesto que ha removido parte importante de lo que éramos en nuestros mundos cotidianos, los cuales se vivían desde las certezas, la individualidad y la inmediatez.

Sin embargo, esta emergencia nos trajo nuevos imaginarios sociales, por lo que, desde las certezas, pasamos a la incertidumbre; desde la individualidad a lo colectivo y de la inmediatez hacia un tiempo de espera, lo que nos permite re-valorarizar todos aquellos aspectos trascendentes y humanos.

Hoy la salud mental adquiere una mayor connotación como campo de acción interdisciplinar, donde los espacios de reflexión desde las distintas áreas y sus aportes en cuanto a lo que cada una puede hacer en materia de atención, están siendo demandados por las diversas necesidades que se van presentando.

Si bien, ha existido un reconocimiento e insistencia por parte de expertos en el área en cuanto a la necesidad de contar con una ley de salud mental y aumentar el presupuesto asignado al área, debido a que un 2,4% resulta ser insuficiente para atender las altas tasas de enfermedades mentales que tiene nuestro país, su discusión toma importante relevancia en virtud del escenario actual impuesto por la pandemia.

Organismos internacionales como la OMS reconocen "un aumento a largo plazo del número y la severidad de los problemas de salud mental". En este sentido, los equipos de salud son vitales, dado que tienen la gran tarea de brindar la atención, no sólo de manera curativa, sino que también preventiva; donde la complementariedad de lo clínico con lo social hacen plausible la capacidad de brindar respuestas más integrales a la población.

De esta manera, la consideración de los determinantes sociales en salud permite una mayor comprensión sobre las patologías mentales, dado que incluye factores que van más allá de lo clínico. Por último, reconocer la importancia en la articulación de los diferentes niveles de atención para dar continuidad a los procesos, los cuales, sumados a liderazgos propositivos y centrados en las personas, permitirá direccionarnos hacia una atención más efectiva y humanizada.

Loreto Pérez,