Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Cartelera y Tv
  • Espectáculos

Miguel Mateos:

MÚSICA. El compositor argentino ha aprovechado la cuarentena para avanzar en una ópera rock, a la espera de volver a los escenarios.
E-mail Compartir

Flor Arbulú

El pasado lunes, Buenos Aires cumplió 80 días de lo que llaman "aislamiento social, preventivo y obligatorio", también conocido como cuarentena. La capital argentina se ha convertido así en la ciudad que lleva más días en confinamiento a nivel mundial.

Es precisamente en ese rincón del mundo que se encuentra Miguel Mateos (1954), conocido como uno de los músicos más emblemáticos de la revitalización del rock argentino en los años 80. "Estoy acostumbrado un poco al confinamiento", dice vía WhatsApp al ser consultado sobre cómo ha vivido este periodo. Y explica: "Como músico, compositor, autor, el estudio de grabación ya de por sí es una cosa confinada. Y a veces me he pasado tres, cuatro días sin volver a la realidad".

Sin embargo, admite que "jamás pensé vivir algo así, es algo inaudito para todos obviamente". Durante este tiempo ha aprovechado de compartir con su familia, como así también de componer.

Una gran empresa

"En estos 80 días he avanzado en forma alucinante", asegura sobre el trabajo que está haciendo, que se trata de "una ópera que me propuse hacer hace dos años, así que me ha venido bien esta cuarentena y, por suerte, estoy entretenido en esa empresa".

- ¿Podrías ahondar un poco más en este tema de la ópera?

- Es una suerte de comedia musical, de ópera rock, como lo quieras llamar. Estoy componiendo para banda, orquesta, coro, tres cantantes -dos masculinos y un femenino-. Es una empresa descomunal y me doy cuenta que en tiempos de pandemia pensar en una producción semejante (es raro), pero el sueño siempre ha estado, vuelvo a recuperar mi impronta y mi formación clásica.

Miguel Mateos cuenta que su madre siempre lo llevaba al Teatro Colón para asistir a la temporada lírica cuando era niño, a pesar de su reticencia, porque prefería quedarse jugando fútbol.

Pero algo de ello se le quedó en la memoria y fue así que en 1973 entró al Conservatorio Municipal Manuel de Falla, donde se especializó en guitarra, piano, canto y composición. Seis años después, junto a su hermano Alejandro, forma el grupo ZAS, con el que debutaría oficialmente en 1981 al presentarse en estadio de Vélez Sarsfield como grupo soporte de Queen.

Sobre el trabajo de ópera que está realizando no dice mucho, salvo que "es una cosa muy mutable, porque también hay una banda de rock". Desde esta perspectiva asegura que "me doy el gusto de visitar cosas de mi formación de los 70, de los Genesis, los Yes, Emerson, Lake & Palmer hasta cosas que tienen que ver más con una postura más clásica, más barroca también".

Los primeros 40

Antes que el covid-19 atacara con fuerza al mundo, Miguel Mateos tenía lista una gira llamada "Retrospectiva 81-84" y que incluía un paso Chile. La idea nació tras "haber recuperado los masters de mis primeros discos a través del Instituto Nacional de la Música".

Se refiere a los de su etapa Miguel Mateos/ZAS, más conocido como ZAS, y que incluye el título homónimo de 1982, así como los discos "Huevos" (1983) y "Tengo que parar" (1984).

A ello se sumó "la gente en las redes pidiendo que vuelva a tocar determinadas canciones de principios de los 80", sostiene sobre en el nacimiento del espectáculo que incluía fechas en toda Argentina. "Pero bueno, quedará para el 2021. No sé, porque el 2021 también tenía pensado festejar mis 40 años, entonces se me junta todo. Vamos a ver qué pasa".

- ¿Cómo te sientes al cumplir 40 años de carrera?

- Tengo que decir que satisfecho. Estoy muy bien desde el punto de vista de salud, en cuanto a la energía, a las ganas de seguir haciendo cosas. Meterme en una empresa tan tremenda como hacer una ópera para casi 80 personas...

"Miro para atrás y pienso que hay muchos que no pueden contar la historia como la estoy contando yo, de mi generación, soy una suerte de sobreviviente en ese sentido", dice entre risas el apodado "jefe del rock en español" por su capacidad de mezclar música bailable con letras contestarias.

"Sigo haciendo giras cada dos años en forma continental, tengo una banda de casi 20 años, suena bárbaro, y me sigo divirtiendo. Quiero seguir girando, quiero seguir tocando, así que nada, muy bien", afirma.

- Las energías están para seguir muchos años más.

- Si Dios quiere, sí.

La gran preocupación

Para el sector artístico, la pandemia ha pegado fuerte. Así como le pasó al propio Miguel Mateos al cancelar su gira, ha pasado en todo el mundo ante la prohibición de hacer eventos masivos para evitar la propagación del coronavirus.

"A nuestra profesión, esto nos ha matado, nos ha pegado muy, muy duro", dice el intérprete y compositor de "Obsesión". Por ello, una vez que termine el confinamiento obligatorio -que en algunas zonas de Buenos Aires se extenderá hasta el 28 de junio, por lo menos- se pondrá "en acción".

"El punto es ese justamente cuándo volveremos a juntarnos para ensayar, girar... preocuparme por ellos, entre músicos -tiene seis-, asistentes, técnicos. Eso es lo primero que voy a hacer", comenta.

Aunque antes de ello será "abrazar a mucha gente. En principio, a mi hijo, que hace tiempo que no lo veo; a mi vieja, que tampoco la veo. Nos vemos por Zoom, pero no es lo mismo", sostiene.

El músico, que en 2019 lanzó el álbum "Undotrecua" -el último de su carrera siguiendo el estilo tradicional de disco-, también se da el tiempo para reflexionar sobre lo que está pasando y lo que se viene. "Yo digo que vamos a salir efectivamente dándole valor, no precio, a determinadas cosas que por ahí pasan más desapercibidas; o porque crees que las tienes y pasan como si fueran minoritarias, no les prestas atención", manifiesta.

"Hoy me parece que le estamos prestando más atención a esos pequeños placeres enormes de la vida, que son importantísimos, y que por el vértigo de vivir en este delirante forma entre Google, Facebook, Tinder, qué sé yo, y toda la porquería, pasamos de largo", analiza el músico.


"Recupero mi impronta y mi formación clásica"

"Sigo haciendo giras cada dos años en forma continental, tengo una banda de casi 20 años, suena bárbaro, y me sigo divirtiendo. Quiero seguir girando, quiero seguir tocando, así que nada, muy bien". "(En la ópera) me doy el gusto de visitar cosas de mi formación de los 70, de los Genesis, los Yes, Emerson, Lake & Palmer hasta cosas que tienen que ver más con una postura más clásica, más barroca también".