Fernando Moreno Valencia
Ha partido a su encuentro con el Padre el destacado filósofo y cientista político chileno Fernando Moreno Valencia. Católico de profundas convicciones, su obra -prolífica y traducida a varios idiomas- se desarrolló principalmente en el ámbito de las ciencias sociales, la filosofía política y la doctrina social de la Iglesia. Miembro laico de la Orden de la Madre de Dios y académico de la Pontificia Universidad Católica de Chile, su vida estuvo marcada por la fe y por el rigor de su pensamiento intelectual.
Adversario acérrimo del marxismo y del liberalismo (doctrinas hermanadas por su esencial materialismo), tuvo como guía y maestro a Tomás de Aquino. Fue alumno de Jacques Maritain, cercano a Juan Pablo II y amigo personal del Papa Benedicto XVI, pero nunca hizo alarde de ello: todo un ejemplo de austeridad y sobriedad en medio de un mundo seducido a menudo por la fama superficial, el dinero y la apariencia.
Pensador notable, dotado de una inteligencia superior, fue, ante todo, un hombre bueno y generoso que supo cultivar el amor por la belleza, haciendo visible, para quienes tuvimos el privilegio de ser discípulos suyos, esa profunda e inmutable relación que hay entre ética y estética.
El trabajo de su vida, su testimonio, caracterizado por la incansable búsqueda de la verdad, permanecerá como permanece todo lo que es bueno, y será en las páginas de sus libros donde podremos de ahora en adelante encontrar esa luz, tan necesaria y a la vez escasa en los tiempos que corren, signados por el dolor y la incertidumbre.
Xavier Echiburú
Prócer de la aviación chilena
Entre los grandes hombres que ha prodigado Chile, como tierra fecunda de próceres, destaca el comodoro Arturo Merino Benítez.
Este insigne aviador que nació el 17 de mayo de 1888 en la ciudad de Chillán, es el principal impulsor y artífice de las políticas públicas aeronáuticas en nuestro país. Un hombre visionario para su época, quien cimentó los caminos del aire para Chile, conectando e integrando el territorio nacional de norte a sur, consciente que para sortear nuestra compleja geografía y afianzar la soberanía era fundamental el desarrollo aeronáutico.
Principal impulsor de la aviación chilena militar, civil y comercial. Un auténtico héroe nacional que hizo su contribución al Estado en tiempos de paz. Un grande de nuestra historia nacional.
Creador de la Fuerza Aérea de Chile; de la Línea Aérea Nacional, más conocida como LanChile; de la Dirección General de Aeronáutica; del Club Aéreo de Chile y del Gabinete de Fotogrametría, entre muchas otras obras que permitieron al país situarse a la vanguardia mundial, desde el punto de vista de la aviación.
En reconocimiento a su tenaz esfuerzo y múltiples contribuciones al desarrollo de la aeronáutica nacional, el principal aeropuerto del país lleva merecidamente su nombre.
A 132 años de su nacimiento, es justo recordar a este prócer de la Patria, un hombre cuya trayectoria y obra resultan a veces desconocidas para los chilenos, pero que sin embargo, gracias a su visión estratégica y nacionalista, nos permiten a diario gozar del transporte aéreo como la forma más segura y rápida que tenemos para conectarnos con Chile y el mundo.
Alejandro Witker, doctor en Historia Universidad del Bío Bío, Chillán
Responsabilidad de la familia
El día Internacional de la Familia se presenta como una oportunidad para invitar a la reflexión en torno a la necesidad de avanzar en el reconocimiento de las funciones que ella ejerce. Fomentando la toma de conciencia sobre las cuestiones más relevantes para poder afrontar el llamado a quedarse en casa, en el contexto actual de pandemia: desde las carencias económicas, las problemáticas de conciliación con el trabajo -especialmente en las familias monoparentales- o la falta de redes de apoyo como en el caso de los inmigrantes.
Existen muchas configuraciones familiares, y a todas ellas se les debe el mismo respeto y, en consecuencia, deberían otorgárseles los mismos derechos. Son mucho más importantes los lazos afectivos que los legales o de sangre. Es relevante reivindicar la necesidad de reconocimiento de todas aquellas cuyo elemento principal es la unión por afecto.
Nadie pone en duda la importancia de la familia como unidad básica de la sociedad. Es el núcleo donde se aprenden las normas, valores y costumbres para desempeñarse como miembros plenos de la sociedad. Debido a esto, son muchas las responsabilidades que recaen sobre las mismas, y por lo mismo, es necesario proporcionarles el mayor apoyo posible.
Laura Lara, doctora en Sicología