Las asesoras del hogar están entre las más afectadas por la crisis causada por el covid-19
EMPLEO. Cerca de 4.700 mujeres dependen de sus trabajos en casas particulares en la provincia, que durante la crisis han quedado cesantes, están suspendidas y no cuentan con ayuda del Estado.
Despidos injustificados, baja de salarios e incertidumbre de la continuidad laboral son algunas de las consecuencias que viven las asesoras del hogar, quienes enfrentan un complejo escenario, ya que la pandemia dejó en evidencia la precariedad y desamparo del trabajo doméstico remunerado en el país.
En la provincia hay 4.700 mujeres que trabajan como asesoras del hogar, quienes producto de la emergencia del coronavirus han visto alteradas sus fuentes laborales, las que suspendieron o prescindieron de sus servicios. Ello afectó gravemente sus ingresos de los cuales depende el sustento familiar, ya que la gran mayoría son jefas de hogar.
La incertidumbre de las asesoras del hogar partió en marzo, cuando las autoridades de Salud y el Gobierno comenzaron a decretar cuarentenas, toques de queda, cordones sanitarios, distanciamiento social, entre otras medidas de control y prevención del coronavirus.
Los efectos en este rubro también fueron parte del análisis regional realizado por las seremías de Hacienda y Economía, que reflejó que a nivel regional 16.824 personas se desempeñan como asesoras del hogar, de las cuales 10.934 son informales (sin contrato). Y de las 4.700 a nivel provincial, 3.000 son informales.
Sin claridad
Elizabeth Uribe vive en el sector rural de Pelleco y durante 8 años ha trabajado cuidando a una adulta mayor en Osorno, lo que le permite complementar la pensión básica de viudez.
"Acá en el sector 12 mujeres trabajamos en Osorno como asesoras del hogar, de las cuales 10 estamos cesantes desde que partió la pandemia. En mi caso estoy con la pega suspendida, porque a todas nos afectó no tener transporte público para ir trabajar, sumado a las medidas de aislamiento donde igual nos ven como una opción de contagio y a nosotros también eso no preocupa, por nuestras familias", explicó Uribe.
Agregó que todas son jefas de hogar con hijos o padres de edad avanzada que sostener, por lo que no contar con un sueldo y no saber si podrán retomar sus labores en el futuro las deja en una posición crítica económicamente, sin que existan en el futuro muchas soluciones.
Marcia Bustamante tiene tres hijos a los que mantiene con sus tres trabajos en Osorno, a donde viajaba diariamente desde Río Negro, hasta que sus respectivos jefes le informaron que no volviera.
"El cordón sanitario y la cuarenta agudizaron un tema que yo veía venir. El problema es que cuando te dicen no vengas significa que no tendré ingresos y eso me pone muy nerviosa, porque ya usé mis ahorros para la casa propia y este tema de la pandemia no tiene para cuando terminar. Yo también estoy muy preocupada por la salud de mis hijos, pero necesito trabajar y con todas las medidas de restricción eso resulta imposible. He llorado mucho de susto e impotencia", expresó.
Realidad histórica
Catalina Solís, presidenta de la Asociación Nacional de Empleadas de Casa Particular (Anecap), entidad presente en la provincia desde 1962, explicó que alrededor de 4.700 asesoras del hogar en la provincia (no todas asociadas) están afectadas en distintos grados por la pandemia.
"Es una escenario complejo para la gran mayoría, ya que o quedaron derechamente cesantes o están suspendidas en sus labores. La principal características es que muchas son jefas de hogar, entonces quedan en una situación de indefensión. Algunos de sus jefes han sido despedidos y, obvio, presiden de nosotras. El teletrabajo y la suspensión de clases fueron factores negativos, pensando además que muchas asesoras no tienen quien cuide a sus propios hijos para trabajar", argumentó la dirigenta.
Agregó que existen distintos tipos de jefes, como aquellos que han optado por mantener a las personas trabajando con el sueldo íntegro e incluso para aquellas que viven fuera del cordón sanitario en la zona urbana de Osorno han gestionado todo lo necesario para que puedan venir a sus trabajos.
"En la otra vereda están aquellos que han desvinculado sin consideración alguna incluso a asesoras que llevaban más de 10 años cuidando su hogar, de sus hijos, postergando su propia familia y ni un gracias recibieron. Ahora tampoco estamos dentro de los beneficios ofrecidos por el Estado, es decir, ni al bono covid. Llama la atención, molesta y da impotencia, porque siempre estamos olvidadas pensado que las autoridades que toman decisiones como ministros, seguro tienen una o más asesoras del hogar", argumentó Solís.
A nivel país, la Anecap está luchando para que el gremio sea incluido en el Fondo de Cesantía Solidario (FCS) que les permitiría contar con dinero a quienes son suspendidas o despedidas por la pandemia.
La situación se hace fundamental a partir del 6 de abril, cuando entró en vigencia la Ley de Protección al Empleo, legislación que faculta el acceso a prestaciones del Seguro de Desempleo.
Gobierno
El seremi de Economía, Francisco Muñoz, reconoce que las asesoras del hogar están siendo muy afectadas por la pérdida de sus fuentes de trabajo, por lo que se están considerando distintas líneas de acción de apoyo y no descarta desarrollar alguna línea específica a nivel regional.
"Valoramos muchos el trabajo que por años han realizado mujeres desarrollando esta actividad económica que es fundamental en su aporte a cientos de familias chilenas. El trabajo que desarrolla en Osorno la presidenta de la Anecap, Catalina Solís, es extraordinario y espero que podamos reunirnos para generar acciones en conjunto para apoyar al gremio", indicó el seremi.
"Llama la atención, molesta y da impotencia, porque siempre estamos olvidadas pensado que las autoridades que toman decisiones como ministros, seguro tienen una o más asesoras del hogar".
Catalina Solís, Presidenta de la Anecap