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La pasión de ser profesor
En tiempos de Pandemia y de educación en línea, la enseñanza se ha vuelto un gran tema; la figura del profesor ha salido a relucir, para bien o para mal. Quedémonos en el para bien. Hemos visto que las clases pueden traducirse en el envío de material pedagógico, instruirse mediante buenos videos, lecturas, aprender de observaciones y creación basada en la imaginación, entre otros, pero la diferencia se hace cuando aparece el profesor con su ciencia y su arte.
Hay plataformas virtuales en las que se pueden programar buenos ejercicios para actos autorreflexivos y procesos de adquisición de conocimientos en presencia solo de sí mismo. Necesario, pero no suficiente. El profesor es mucho más que un mediador y un puente cognitivo, es la causa eficiente del aprendizaje de los estudiantes; es fascinante ver cuando un profesor en su relato deja traspasar el asombro, el misterio, las interrogantes y las novedades de su saber, pero más fascinante es cuando el alumno ya no le da atención al lápiz, y con la boca semi abierta, deja el cuaderno y fija la mirada en ese profesor que le ha descubierto alguna verdad; y lo logra porque conoce a sus estudiantes, sus historias y su contexto, y es ahí donde él se para a "hacer su clase".
Esto es lo apasionante de ser profesor: poder arrancar de cuajo a un estudiante de su "zona de confort congnitiva", desajustarlo intelectualmente, zarandearlo en sus seguridades existenciales, fatigarlos, pero de puro razonar, extenderles el horizonte más allá de su opinión propia, en fin, darles alas propias para aportar al mundo. Están llegando nuevos tiempos en educación, nuevas formas y metodologías, pero la figura del profesor será insustituible si se comprende que educar es más que compartir conocimientos, es compartir humanidad.
María Solange Favereau
Contrato de arrendamiento
La contingencia por covid-19 ha provocado un complejo escenario económico vinculado al cumplimiento de las obligaciones emanadas en los contratos de arriendo de inmuebles. Hoy es posible que un arrendatario se encuentre en una circunstancia que condicione sus ingresos y su capacidad de cumplir la cadena de pagos mensuales.
En nuestro Código Civil surge la figura del caso fortuito o fuerza mayor como un imprevisto que exime al deudor de la responsabilidad del incumplimiento. Sin embargo, tiene ciertas exigencias, ya que el hecho debe calificarse como un imprevisto que las partes no previeron al momento de contratar.
Para acreditar la pandemia por covid-19 como un imprevisto, habría que determinar cuán probable era la concurrencia de esta, tomando en consideración que cada cierto tiempo surgen pandemias, pero no de la escala mundial como la actual.
Ante esta incertidumbre, la recomendación es negociar bases de acuerdo entre el arrendador y arrendatario que permitan, por ejemplo, rebajar el pago de algunos meses de manera transitoria, velando por los intereses de ambas partes. Hay que tomar en consideración que un proceso judicial en el escenario actual genera más incertidumbre que certezas debido a que los tribunales están trabajando a media máquina, agregando que la compleja situación económica no garantiza que en el corto plazo se pueda arrendar el inmueble a un nuevo arrendatario.
Alicia Castillo, directora Escuela de Derecho de Universidad de Las Américas
Reforma previsional
La prioridades cambiaron y por bastante tiempo los esfuerzos estarán en controlar la pandemia del covid-19 y en cómo superar la crisis económica, pero no hay que olvidar la reforma previsional o al menos una de manera parcial.
El eje central de la reforma previsional es el aumento de cotización obligatoria -a cargo del empleador-, pero sería un fuerte golpe al empleo en las condiciones actuales, haciendo más difícil su recuperación.
Pero otros temas relevantes pueden ser discutidos e implementados, muchos propuestos en la actual propuesta previsional, como crear los incentivos para retrasar la pensión generando liquidez, generar bonos por años cotizados con un mayor aporte para las mujeres, entregar una pensión mínima igual al sueldo mínimo para quienes coticen al menos 30 años.
Adicional a lo anterior, también se pueden discutir otros puntos técnicos, como igualar la edad de pensión de hombres y mujeres, igualar las expectativas de vida para el cálculo de pensión, mejorar beneficios tributarios de clase media, etcétera.
Hoy se puede hacer una reforma previsional parcial, donde los cambios profundos queden para el próximo periodo presidencial.
Eduardo Jerez Sanhueza