Los ciudadanos están en constante exposición a una avalancha de información respecto a la propagación del coronavirus. A primera hora, los noticieros y matinales parecieran ser la plaza pública donde los hechos son exacerbados para sumar sintonía, que en ocasiones más que informar suelen agobiar a las personas generando miedo y en algunos casos ansiedad frente al virus.

Y las redes sociales hacen lo suyo. En este espacio donde todos construimos los contenidos, desde que comenzó la crisis sanitaria las publicaciones acerca del covid-19 son trending topic en los social media, inundando de información tan rápidamente que con frecuencia no distinguimos qué merece atención. Todo ello sumado al aislamiento, se transforma en un caldo de cultivo que atenta contra la salud mental de las personas.

En esta construcción de la realidad a través de redes sociales debemos tomar conciencia y ser responsables en los contenidos que generamos y compartimos, todos podemos contribuir a frenar la circulación de noticias falsas y/o de connotación negativa, en momentos en que existe un alto riesgo a la desinformación, y en una situación en que muchas personas no logran discernir entre los pensamientos racionales y los más radicales.

Así, este contexto de incertidumbre y temor se convierte en terreno fértil para especulaciones y noticias falsas, donde los hechos verdaderos u oficiales, deben luchar por espacios informativos, minimizando su impacto.

Existen claves para el buen uso de redes sociales, tales como seguir fuentes de noticias confiables y oficiales. También es importante, controlar el tiempo y el horario que invertimos en la revisión de los dispositivos móviles, evitando la dependencia informativa.

El llamado es a utilizar la tecnología en positivo. Algunas aplicaciones permiten comunicarnos con nuestros familiares y amigos, inclusive algunas consideran juegos mientras se conversa.

Adicionalmente, hay una amplia oferta de cursos online gratuitos que se han adaptado a las condiciones de confinamiento de las personas, todas ellas herramientas que nos invitan a invertir nuestro tiempo y sacar un mejor provecho a la tecnología centrándonos en actividades y contenidos que nos hacen bien.

Rodrigo Ibáñez, vicerrector Inacap sede Osorno

Parsimonia en la inversión recomienda Carlos Cruz, director ejecutivo del Consejo de Políticas de Infraestructura. Para este exministro de Obras Públicas, la triple crisis que sufre el país -estallido social, sequía y pandemia- exige nuevas decisiones en el gasto y en los proyectos.

Su recomendación es atendible, pues "el manejo de las finanzas públicas va a tener una presión muy fuerte a raíz del gasto social", afirma. En declaraciones a El Mercurio de Valparaíso, prioriza aquellas obras destinadas a resolver la sequía, considerando el consumo humano y la agricultura. "No es presentable que un país que pretende ser sede de la OCDE siga repartiendo agua en camiones aljibe", dice y agrega que "los embalses son fundamentales". Confía, además, en que ante la crisis hídrica "las animosidades privadas debiesen haberse depuesto" y no duda en anunciar subsidios para las personas que habitan en las zonas agrícolas, punto fundamental para apoyar un abastecimiento seguro para el consumo humano.

Para combatir el desempleo, Cruz postula "un esfuerzo desde la infraestructura", con gasto en el mejoramiento de las ciudades y en la calidad de vida de sus habitantes, considerando vivienda, vialidad y áreas verdes.

Es partidario también de asegurar que el país esté plenamente cubierto de infraestructura digital para llegar a todos los hogares, punto crucial, especialmente cuando a la fuerza estamos entrando en la era de la educación a distancia, con resultados dispares debido a falta de conectividad, de capacitación de profesores y alumnos y con programas diseñados para enseñanza presencial.

El ataque a la triple crisis exige recursos y el exministro ha propuesto un fondo de reconstrucción o cooperación económica en que participe el Estado, las AFP y el sistema bancario. La novedad está en la presencia de las AFP, que así estarían asumiendo con sus grandes recursos un rol solidario en la dura lucha por la recuperación, materia que llegará al debate previsional. Pero más allá del debate, donde no caben dudas es en las presiones del gasto social sobre las que advierte Carlos Cruz y que no se pueden pasar por alto.