Turismo y covid-19
Para nadie es un misterio que el turismo ha sido uno de los sectores económicos más afectados con la pandemia del covid-19 alrededor del mundo. La disminución de los vuelos, la prohibición de recalar para cruceros, la cuarentena y el cierre de fronteras en diversos países, ha generado probablemente la peor crisis en la historia de la industria.
Mientras la Federación de Empresas de Turismo de Chile (Fedetur), señaló a mediados de abril que las pérdidas son por U$3.900 millones, el Banco Central de Chile entregó su Informe de Percepciones de Negocios de mayo, entrevistando a 251 especialistas del mundo empresarial, quienes determinaron que los sectores más afectados son los relacionados con la actividad de servicios, como hotelería, restaurantes y turismo, sumado al comercio de bienes no esenciales.
Ya han pasado más de dos meses, sin mencionar el arrastre que el tema de la pandemia ha generado desde diciembre de 2019 en todo el mundo, y el gobierno y sus autoridades, a través de la Subsecretaría de Turismo y del Servicio Nacional de Turismo, poco y nada han generado para ayudar a sortear la profunda crisis del sector. Solamente este 6 de mayo, la Subsecretaría de Turismo ha informado un calendario de videoreuniones con los actores del turismo en las regiones para ver qué se puede hacer o qué medidas tomar.
La falta de claridad sobre lo que el turismo significa realmente para Chile y la aún escasa formalización de las empresas turísticas, donde la mayoría de ellas son Mipymes familiares que ni siquiera tienen acceso a una resolución sanitaria para operar, atentan contra el sector.
Hasta hoy, todo el soporte de la institucionalidad turística ha continuado operando como si no hubiese pandemia: la promoción turística y las campañas publicitarias son acciones que se desarrollan todo el año y no representan una verdadera ayuda ni mucho menos un plan de contingencia para enfrentar la crisis, como las autoridades nacionales lo han intentado demostrar vía Twitter.
Para aportar en la solución, creemos que se necesita actuar en tres ámbitos: en lo inmediato gestionar la situación; luego, medidas que estimulen o que mantengan a flote los servicios turísticos; y por último, medidas que puedan proyectar lo que será un nuevo perfil del turista y sus intereses.
Dentro de las primeras podemos señalar la posibilidad de que el Estado pueda utilizar la infraestructura turística para atender a trabajadores en general, ampliando el concepto de la salud a los menores, a personas con movilidad reducida, transportistas, personas ligadas a actividades esenciales, etc. Dentro del segundo grupo, podemos mencionar medidas financieras que entreguen liquidez a las empresas del sector sin exclusiones. Dentro del tercer grupo, la tecnología y el nuevo perfil del turista serán clave y por lo mismo los incentivos a invertir en este ámbito serán fundamentales si queremos adaptarnos a las nuevas exigencias que tendrán los viajeros.
Dada las circunstancias sanitarias, todo lo referido a los nuevos requerimientos de los viajeros, apunta a que la industria, así como ha desarrollado los Sellos de Calidad y de Sustentabilidad, tendrá que asegurar la entrega de condiciones sanitarias y de higiene que de ahora en adelante serán clave para atraer nuevamente a los turistas.
Carlos Aedo Finlez
Cordones y requisitos
Ojalá que en la implementación de nuevos cordones sanitarios en Osorno también se considere estandarizar los criterios de los documentos que piden a las personas que desean cruzar. Ello también ayudará a agilizar más el flujo, ya que todos sabremos con antelación qué se requiere.
Miguel Bernales
Sistema previsional
Perú ya no tiene un sistema previsional propiamente tal, sino más bien un sistema de ahorro para la vejez con liquidez en distintos escenarios, que permite el retiro del 95,5% del total de ahorros previsionales a edad de pensión, como también el retiro de fondos previsionales para hacer frente a la crisis económica producto del coronavirus.
Inicialmente, se permitió a los cotizantes peruanos el retiro de 2.000 soles -$500.000- y ahora último hasta un 25% del total de ahorros previsionales con un tope de 12.900 soles ($3.200.000).
Lamentablemente, el retiro de fondos peruanos ha disparado la compra de televisores y de otros artículos innecesarios, y no en bienes de primera necesidad que sería lo lógico.
El sistema previsional peruano nunca alcanzó una madurez para la entrega de buenas pensiones, por lo que las medidas de liquidez del Gobierno buscan evitar problemas futuros de responsabilidad con sus pensionados.
Eduardo Jerez Sanhueza