Paola Rojas
Una de las tradiciones más esperadas por los niños es la búsqueda de chocolates el Domingo de Resurrección y pese a las restricciones por la emergencia sanitaria, en Osorno esta costumbre sigue muy latente, ya que las familias no han dejado de comprar nidos, conejos y huevos para celebrar.
Emprendedoras que se dedican a elaborar estos chocolates de manera artesanal así lo demuestran, ya que pese a que no venden en grandes cantidades a colegios o instituciones como en años anteriores, sí cumplen con numerosos pedidos para familias que quieren asegurar un momento alegre para sus hijos en medio de este complicado periodo.
Ahora lo más difícil está en la entrega y por ello esta labor se hace en el domicilio de las fabricantes o aprovechando el trayecto de sus viajes de extrema necesidad, con los permisos requeridos y resguardos sanitarios.
Chocolates y alfajores
Daniela Yáñez se dedica desde hace cuatro años a la elaboración de alfajores personalizados y en esta época agrega a su producción chocolates con motivos de la Pascua de Resurrección, pero esta vez sólo puede entregarlos en su domicilio, en los block Antillanca, y sus productos se pueden ver a través de una página de Facebook llamada "Daniela Alfajores Osorno".
"Tengo dos pequeñitas y no puedo exponerlas, porque tampoco tengo auto, por eso es muy difícil la entrega a domicilio", señaló.
La emprendedora indicó que este año la producción ha bajado en relación a los anteriores, ya que antes entregaba a colegios de la ciudad y también de Valdivia y Puerto Montt, pero con la suspensión de clases esos pedidos ya no se dieron.
No obstante, muchas familias siguen la tradición y por eso Daniela no detuvo su producción de chocolates, hechos con un producto semi amargo para evitar tanta azúcar y manjar sin gluten para los alfajores. Dentro de la gama que ofrece hay canastos a $4.000, los que traen huevos, paletas, conejos y un alfajor, que pueden ser del color que se desee.
Además, hay cajas que contienen tres alfajores a $1.300, los que también se personalizan con nombres o algún dibujo en especial.
Nido en un huevo
La ingeniero comercial Valentina Rivera también se dedica hace tres años a hacer chocolates, donde el peak de producción se concreta precisamente en esta fecha.
"Partí con la idea de mejorar mis ingresos con una pequeña cantidad que vendía a mis conocidos y vecinos, y hoy vendo mucho más. Publico en Facebook y mandé a hacer tarjetas, con lo que he llegando a muchas más personas", explicó la emprendedora.
Relató que este año ha tenido una buena cantidad de pedidos, pero todo ha sido más complicado por las restricciones que dificultan el reparto, por lo que ha debido usar el ingenio. "Es my entretenido trabajar con el chocolate. Ha sido más complicado el envío, por ello estoy entregando casi todo en mi sector", dijo.
Valentina vive en el sector Mirasur, cerca de la ruta U-400 al mar, y es allí donde entrega la mayor cantidad de chocolates. Su pareja, que trabaja en las afueras de la ciudad, aprovecha el trayecto para repartir los huevos en los sectores más alejados.
"Los pedidos que estoy recibiendo esta semana son sólo con retiro a domicilio y uno que otro que me quede cerca podremos entregarlo", aclaró.
La particularidad de su producción es que se trata de huevos de cuatro tamaños distintos, que van desde 15 centímetros hasta 22 centímetros, y que en su interior contienen bolitas de chocolate, malvas y gomitas con precios que van desde $1.500 a $13.000 y se puede contactar al Facebook de ventas "Valentina Rivera".
Nidos
Ingrid Burgos también hace chocolates, cuchuflies, alfajores, trufas y bombones, con los que hace desde bolsitas hasta cajas para regalos. Confesó que la venta ahora es menor que la del año pasado, cuando empezó con este emprendimiento. Vive en el sector Mirasur y ahí fabrica nidos de Pascua, para continuar con la tradición.
"Los papás desean que sus hijos salgan lo menos afectados con todo esto, entonces quieren que por lo menos en estos días disfruten con algo que les gusta mucho", manifestó.
Entre su oferta hay un nido de $5.000, que trae un conejo dibujado y contiene distintas figuras de chocolate artesanal, como conejos, cuchuflies, bombones y también hay un formato similar, pero más pequeño, que cuesta $3.000 y dos de ellos por $5.000.
"Si comparo este año con la producción del año pasado, es mucho menor, se nota bastante, porque muchos no tienen para gastar en estas cosas", concluyó.