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Comercio de Lynch vive la peor crisis luego del estallido social

PYMES. La gran mayoría son pequeños comerciantes que terminaron marzo con pérdidas que han dificultado hasta el pago de arriendos. El panorama de abril, con el cierre obligatorio por la cuarentena, no es nada alentador y algunos incluso evalúan el cierre de los emprendimientos que tanto esfuerzo les ha costado concretar.
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Sandra Barría Ilharreguy

Una crisis mucho mayor a la provocada por el extenso corte de agua de julio pasado y también por el estallido social, están viviendo los comerciantes del tradicional barrio Lynch en la ciudad de Osorno, luego de cerrar marzo con pérdidas tan importantes que algunos incluso están evaluando la continuidad de los negocios que tanto esfuerzo les costó concretar.

El segundo semestre de 2019 culminó con 10 locales cerrados a causa de las dificultades económicas, y los 220 que aún están funcionando, ven un panorama muy poco alentador para abril pues la mayoría ha cerrado por la cuarentena obligatoria, entendiendo que esta medida podría extenderse por más tiempo para controlar la propagación de contagios por covid-19.

Por estos días caminar por el barrio hermoseado, que solía tener miles de clientes durante el día, es simplemente desolador pues sólo están funcionando las farmacias y algunas carnicerías.

Mario Uribe, presidente de la Cámara Comercio del Barrio Lynch, comentó que la emergencia sanitaria que vive el país a causa del coronavirus, con el cierre de la ciudad y cuarentena obligatoria, les genera una gran incertidumbre porque entienden la importancia de cerrar para cuidar a los clientes, trabajadores y a ellos mismos.

"Veníamos mal desde el año pasado, pero pensábamos que en marzo repuntaríamos y ha sido mucho peor. No sé qué va a pasar con los comerciantes que pudieron sobrevivir a la crisis del agua y el estallido social, ya se habían cerrado 10 locales y ahora no sé cuántos más tendrán que cerrar, así que estamos muy preocupados porque no se sabe cuánto durará esta situación", dijo.

Los comerciantes coincidieron en que lo más preocupante es no contar con el dinero para pagar los arriendos, ya que el 90% está en esa condición, mientras sólo el 10% es propietario de los negocios que se ubican entre el cruce Lynch y la plazuela Yungay.

"En estas semanas no han habido despidos, pero a muchos no les está alcanzando ni para el arriendo y lo peor se viene para todo abril, porque no sabemos si la cuarentena se va a extender y también hay que pagar sueldos, gastos comunes y compromisos con los proveedores, algunos vienen arrastrando deudas desde el año pasado", señaló Uribe.

Internet

Si el barrio Lynch es catalogado como uno de los más tradicionales de la ciudad, es porque mantienen antiguas buenas costumbres en ventas como saber los nombres de clientes que los han preferido por generaciones, saludar con gentileza a todo el mundo, disponer del tiempo para conversar, aconsejar y hasta dar facilidades a quien lo requiera.

Sin embargo y dadas las difíciles circunstancias actuales, Mario Uribe señaló que "algunos locales están viendo la posibilidad de vender por internet, haciendo entregas a domicilio, pero no es fácil para la mayoría", explicó.

Claudio Cheuquemán, dueño de Repuestos Cheuquemotors, dijo que su rubro -tiendas de repuestos y talleres automotrices- se han visto profundamente afectados durante marzo, con pérdidas que, en su caso, bordean el 40% en relación al año pasado.

La semana pasada decidió realizar una cuarentema preventiva para no exponer al público que pudiera acudir a su local. "Así que implementé la atención por teléfono a pedido, llevando lo que el cliente necesite hasta su trabajo o domicilio, pero esta semana es imposible, así que las ventas están en cero", precisó.

Jessica Barría, dueña de la ferretería Siglo XXI 2.0, mencionó que también ha evaluado la posibilidad de atender telefónicamente los requerimientos de maestros conocidos, pero no hay demanda durante la cuarentena.

"Tenía dos tiendas, una en Puerto Montt y otra en Osorno. La primera tuve que cerrar y estoy evaluando la continuidad de la segunda porque desde la crisis de octube, venía tambaleando y no puedo endeudarme más", especificó.

Estas palabras reflejan la desesperación de Fabiola De la Oz, dueña de Oz Juguetería, una de las tantas locatarias que en marzo ni siquiera tuvo ganancias que cubran los gastos de arriendo.

"Marzo solía ser un buen mes por la demanda de jardines infantiles y escolares, especialmente de disfraces, pero este año las pérdidas hacen que me cuestione lo que voy a hacer porque abril se ve todavía peor", comentó De la Oz.

Pérdidas

Claudio Cheuquemán añadió que su rubro depende en gran medida de la movilidad de los vehículos y si la mayoría no está en movimiento, simplemente no tienen trabajo.

"Esta semana, como la mayoría, estamos cerrados sin ninguna venta y lo más difícil es pagar arriendo. Nosotros tenemos dos locales, además están los gastos comunes y compromisos con los proveedores", dijo el dueño de repuestos Cheuquemotors.

Las pérdidas de Jessica Barría, dueña de la ferretería Siglo XXI 2.0, alcanzaron el 60% en marzo.

Luego del estallido social, esperaba el verano pues repuntaría sus ventas con los artículos de camping, lo que no sucedió; y pensó que todo mejoraría en marzo, periodo en que muchos estudiantes de liceos técnicos compran artículos de especialidades como overoles, antiparras y candados para sus casilleros, lo que tampoco ocurrió.

"Partió marzo mucho más lento que años anteriores y desde que se dieron los primeros contagios por coronavirus en la zona, la gente se preocupó más de comprar abarrotes. En las últimas dos semanas, sólo buscaban mascarillas y artículos de aseo", subrayó.

Para ella, las medidas anunciadas por el Gobierno para apoyar a las pymes no son una ayuda real, pues no cubren los gastos más urgentes.

"Nosotros no tenemos capital, un colchón que nos permita cumplir holgadamente con los compromisos si no estamos vendiendo. Así que espero que los arrendadores del barrio tengan comprensión con los comerciantes que estamos pasando por una crisis mucho mayor a todo lo vivido en momentos críticos del año pasado", concluyó.

"Nosotros no tenemos capital, un colchón que nos permita cumplir holgadamente con los compromisos si no estamos vendiendo".

Jessica Barría, Dueña ferretería Siglo XXI 2.0

220 locales comerciales aún funcionan en el abrrio Lynch a,unque la mayoría ve de manera incierta lo que ocurra después del cierre por cuarentena obligatoria.

90por ciento xde los locatarios de Lynch son arrendatarios y culminaron marzo con ganancias que apenas alcanzaron para cumplir con este compromiso.

10 locales comerciales se vieron en la necesidad de cerrar de sus puertas luego del corte de agua de julio pasado y el estallido social y los que quedan, trabajan con apoyo mínimo de trabajadores.