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Chiloé: Bajan a cinco pacientes del crucero por sospecha de coronavirus

LOS LAGOS. Los turistas permanecen en Puerto Montt a la espera a los resultados de los exámenes. La embarcación salió ayer con rumbo a aguas oceánicas para maniobras de autonomía.
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Carolina Larenas

En Puerto Montt permanecen aislados y en observación por sospecha de contagio de coronavirus cinco pasajeros del crucero Silver Explorer, navío que arribó al puerto de Castro, en Chiloé, tras confirmarse en Aysén un caso posible para el Covid-19.

Desde el Gobernación Marítima de la capital chilota salieron los pacientes vía aérea: tres hombres y dos mujeres, todos mayores de 50 años, tras presentar sintomatología asociada a la enfermedad, además de estar en contacto directo con un caso confirmado.

El traslado de los turistas, realizado vía aérea por Carabineros y la armada, se gestó en medio de la manifestación de un grupo de transportistas de carga que bloqueó la salida de las ambulancias desde el puerto, con el fin de impedir la llegada del virus a Chiloé, como afirmaron los voceros de los camioneros.

Tras efectuarse el desembarco de los pacientes, el Silver Explorer de bandera de Bahamas, que viajaba con 237 personas y que permanece en cuarentena, se trasladó a alta mar para realizar algunas maniobras de autonomía, por lo que se anunció que las autoridades continúan monitoreando la situación a bordo de la nave.

Scarlett Molt, seremi de Salud, indicó que "respecto al traslado de pacientes, estos son pacientes sintomáticos que se encontraban en el crucero y que por cumplimiento del protocolo tienen la obligación de ser rescatados. Se vinieron a Puerto Montt. Son casos sospechosos, sintomáticos que tienen como variable de riesgo estar en contacto directo con un caso confirmado".

Personas de países de Europa y Asia son la que debieron dejar la embarcación de turismo por presentar algunos síntomas asociados con el Covid-19.

"Lo que estamos haciendo es el cumplimiento del protocolo de pacientes en barcos o en puertos. Fue el equipo de salud que tomó muestras, el traslado se hizo bajo controles de bioseguridad y también el traslado de los pacientes", aseguró la funcionaria pública.

Junto con ello, la seremi cuestionó los problemas ocurridos en Castro, afirmando que "los criterios de riesgo están asociados a las características de salud de los pacientes, por supuesto que no tenemos que olvidarnos que tienen que ir a un hospital de la red y el Hospital de Castro tiene la capacidad para recibirlos".

Transporte

Asimismo, expuso que "estamos evaluando lo que sucedió con respecto al transporte y eso lo está viendo la intendencia con la Gobernación, pero claramente el llamado es que la red funciona de forma coordinada, cuando tenemos casos de gravedad en Chiloé no creó que a nadie le gustaría que corten la carretera y no puedan ser trasladados".

También argumentó que "aquí estamos hablando de casos de salud, no de otras características, estamos hablando de personas que son pacientes a la hora de ser sintomáticos y, por lo tanto, el criterio que se usa es médico y está establecido en los protocolos que rigen y que son recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aquí no hay acciones que se estén improvisando".

Mencionó que "hubo un criterio de necesidad de atención urgente, por lo tanto, nosotros no podíamos entrar a tener una discusión social, sino que tratar de darle una atención urgente a los pacientes, esto no quiere decir que Castro no vaya a recibir pacientes si alguna vez tenemos un caso".

El intendente Harry Jürgensen reiteró que "la obligación que tenemos como Estado es atenderlos (a los pacientes) y cualquier manifestación contraria nos complica muchísimo. En la Región no se bajó ningún pasajero que no haya sido debidamente aislado. Los pasajeros fueron traslados individualmente y de forma colectiva, encapsulados, porque estamos poniendo todo el cuidado correspondiente".

De forma paralela, los municipios de Dalcahue, Quinchao, Castro y Quellón habían adelantado la suspensión de clases, lo que posteriormente fue ratificado a nivel nacional por el Presidente Sebastián Piñera.

Alejandra Grebe Noguera

El aula, punto de partida para mejorar la educación pública

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De un total de 76.972 alumnos de establecimientos municipales que rindieron la PSU, solo 26.934 resultaron seleccionados en las universidades del Cruch y privadas adscritas al Sistema Único de Admisión. Según los resultados que presentó el Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (Cruch), el 53% de los estudiantes egresaron de establecimientos particulares subvencionados, 23 % de municipales, 21 % de particulares pagados y 3% de Servicios Locales de Educación Pública.

Estas cifras del proceso de admisión 2020 parecen dar cuenta de una tendencia que observamos hace un tiempo; son un reflejo de las brechas de aprendizaje y de la segregación de la educación en nuestro país.

Hoy estamos construyendo un sistema educacional que tiene como principal foco mejorar la calidad de la educación en todas sus modalidades, que requiere de capacidades técnicas y profesionales, pero, sobre todo, requiere de un cambio de paradigma y mentalidad.

Los Servicios Locales de Educación Pública tienen como principal objetivo asegurar que todos los y las estudiantes, independiente de su origen social, cultural o territorial, puedan desarrollar habilidades y capacidades de aprendizajes integrales. Esta es la Nueva Educación Pública.

La gran pregunta es ¿cómo podemos lograrlo? Debemos partir por garantizar las condiciones mínimas para que nuestros estudiantes puedan aprender. Mejorar los espacios educativos es parte del camino que hemos iniciado, pero también necesitamos garantizar que exista continuidad de estudios.

El año pasado el sistema escolar perdió en promedio un mes de clases, la educación pública casi dos meses, es decir, se perdieron cerca de 240 horas de clases. Los niños de 1° básico aprenden entre dos y tres letras a la semana, proceso clave para el aprendizaje de la lectura. Quien no aprende a leer bien, después no se puede abrir a los demás aprendizajes.

El ausentismo crónico se define por la situación de alumnos que faltan 10% o más del año escolar, lo que equivale a 20 días de clases. Uno de los problemas más graves de la inasistencia crónica son las brechas de aprendizaje entre los estudiantes que sí asisten y los que no, quedando estos últimos con menores conocimientos, que posteriormente son complejos de recuperar.

Si queremos avanzar en la mejora y en la innovación de nuestra educación, una condición que debemos empezar a garantizar es que nuestros estudiantes puedan asistir a clases.

El aprendizaje formal que requiere de la participación de otros se produce en el aula y es ahí donde hoy está puesto nuestro foco para lograr un mejoramiento real de la educación y una disminución de las brechas de aprendizaje.

La invitación hoy es a unir voluntades de todos los actores que tenemos algún rol en la Educación Pública para que nuestros alumnos puedan encontrar un lugar de oportunidades reales en los establecimientos educacionales.