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Tres chilenas abren el camino para dar visibilidad al trabajo femenino en Viña

SHOW. Especialistas reconocen que la del lunes fue una jornada histórica para las mujeres.
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Equipo Festival

Previo a la interpretación de "Muérdete la lengua" en la segunda jornada de Viña 2020, Francisca Valenzuela recordó que la escribió porque "cuando empecé a hacer música siempre me decía que me quedara callada, que no usara mi voz, que fuera una mujer compuesta, sin opinión, que era muy histérica, muy opinada y yo (gesto de rechazo), porque una voz la tenemos y hay que usarla".

Voces que el lunes en la noche se escucharon con fuerza en la Quinta Vergara, que por primera vez en sus 61 ediciones acogió un espectáculo liderado sólo por mujeres y, además, chilenas: Mon Laferte, Javiera Contador y Valenzuela.

La propuesta de la organización festivalera fue todo un éxito a nivel televisivo, con un promedio de 32,8, y en el que la viñamarina se llevó el peak de sintonía al marcar 50,1 puntos, según cifradas definitivas dadas a conocer ayer. Fue tal el fenómeno que provocó la jornada que hasta uno de los íconos de la música hispana, como es Alejandro Sanz, decidió comentarla a través de su cuenta de twitter, alabando a cada una de las artistas.

Girl Power

"Fue una decisión muy inteligente de los productores y organizadores pensar en una noche no solamente chilena (como ha habido en otras ocasiones), sino pensar en esta oportunidad en una noche chilena femenina. Me parece un acierto genial", comenta la periodista y crítica de espectáculos, Ana Josefa Silva.

Desde su perspectiva, la apuesta está en sintonía con "el feminismo 3.0", como ella lo define, y que tiene que ver con todo el movimiento que busca darle visibilidad a las mujeres en diferentes entornos laborales como la música o los negocios.

Similar opinión tiene su colega, el editor de Cultura y Espectáculos de Radio Bío Bío, René Naranjo, quien dice que "me parece muy importante que las mujeres estén representadas en un escenario tan importante como el de la Quinta Vergara. Me parece que son voces que tienen que ser escuchadas y que han sido injustamente postergadas durante demasiado tiempo".

Recuerda que la última vez que una mujer chilena abrió una noche festivalera fue en 2001 con Myriam Hernández: "O sea, hace 20 años atrás y eso no tiene justificación ni explicación, salvo en un prejuicio hacia la capacidad artística y de convocatoria de las artistas femeninas. Esos prejuicios, anoche quedaron totalmente derribados", acota.

"Yo todavía estoy emocionada. Ayer lloré varias veces, algunas de emoción, otras de alegría, otras de risa. Pero fue bonito, hubo una energía femenina allí que fue distinta", reconoce la periodista Alejandra Valle, quien se encuentra haciendo "El matinal de los que sobran", del medio digital "El Desconcierto", en varios lugares del Puerto.

Admite que le parece "sospechoso" que uno de los aspectos de lo que se esté hablando sea el de los asientos vacíos que había en la Quinta, y que incluso fueron mostrados en la transmisión televisiva con insistencia. "Pero más allá de eso, me quedo con lo positivo, con la galería entera cantando y coreando emocionada", asegura.

Desde su perspectiva "este hito representa el nuevo Chile, este Chile que abrió los ojos, que despertó, que tuvo un despertar de conciencia. Creo que eso demuestra también que las mujeres no necesitamos cuotas, necesitamos paridad. Entonces, es bonito que nos den un espacio".

La sororidad

Lo que destaca Ana Josefa Silva es que la organización no tuvo que esforzarse para encontrar artistas de calidad para el escenario. "Lo que hubo fue de primer nivel. Mon Laferte ya había estado en Viña, pero venía cargadísima de premios importantes como el Grammy y evidentemente mostró su madurez artística, siendo tan joven, con el show que hizo".

"En el caso de Mon Laferte hay mucha verdad escénica, artística y de vida. Ella se expone ahí con todos sus sentimientos a flor de piel. Se muestra tal cual es como ella mismo dijo, hizo sentir eso que era totalmente auténtica y eso súper importante. Esa sensación de autenticidad, de vida y de arte y además capacidad de convocatoria. O sea el público que llegó fue básicamente a verla a ella y la sintonía respondió ampliamente", sostiene por su parte Naranjo.

Silva, en tanto, destaca la invitación que hizo la viñamarina a un grupo de más de 40 compositoras y cantautoras al escenario, las que "son artistas de mucho valor, pero que tienen poca visibilidad. Y ese un tema dentro del feminismo que a mí me interesa: la visibilidad de mujeres que tienen talento".

Similar opinión tiene Natalia Vásquez, voz de Mora Lucay, quien resalta que la importancia de que mujeres ocupen el escenario de Viña del Mar tiene que ver primero con que "es una plataforma demasiado visible en toda Latinoamérica". Pero hay más: "Visibilizar el trabajo femenino, el que una mujer sea la que gatille esa invitación, es instalar el concepto de sororidad", sobre todo porque se trata de "un trato horizontal donde todas las mujeres, no importando si son más o menos famosas, están ahí y están cantando a una voz una composición de una artista que no necesariamente es famosa".

"Yo creo que lo que sucedió ayer (lunes), de alguna manera, hizo rescatar varios elementos que han estado históricamente dejados de lado en el mainstring o en la comunicación de masas. Creo que fue muy importante poner en valor el folclor, la raíz, y como protagonistas las mujeres que, de alguna manera, hemos sido históricamente dejadas de lado y objetualizadas a lo largo del tiempo".

"Todavía falta Festival, pero creo que va a ser uno delos momentos inolvidables del Festival lo que ella hace que suben cantautoras y también Francisca Valenzuela, que es la tercera mujer de la noche", sostiene Ana Josefa Silva, quien asegura que la cantante "también es una top one".

"Estamos hablando de gente joven que son de mucho nivel, de mucha categoría. Entonces, no fue solamente cosa de voluntarismo, de decir 'ya esta noche vamos a poner mujeres chilenas y vamos a ver a quién ponemos'. No, está punteando para ser una de las mejores noches", afirma la crítica de espectáculos.

Seguir el camino

Pero, ¿será esto suficiente para que se abran las puertas a otras mujeres? "Yo creo que hay una deuda de Viña con la música chilena", analiza Patricio González, director de las Escuelas de Rock y Música Popular. Su apreciación se basa en que "hay un movimiento musical chileno con diversidad de estilos muy vasto y profundo, y que los medios de comunicación chilenos masivos no han hecho eco".

En este sentido, explica que la lucha que se dio por el 20% de música chilena en las radios, así como la necesidad de contar con teloneros nacionales "es parte de instalar espacios para el desarrollo musical de Chile". Y por lo mismo, "creo que lo que hizo Mon Laferte fue realmente abrir la puerta de un escenario que debería estar abierto hace mucho rato a todas las tendencias de la música chilena, porque la música chilena, yo creo, es de exportación mundial. Eso es lo que demostró y es lo que dicen, además, todos los grandes músicos que han venido a Chile y han visto la calidad de la música chilena", finaliza.

"Todavía falta Festival, pero creo que va a ser uno de los momentos inolvidables del Festival lo que ella (Mon) hace, que suben cantautoras y también Francisca Valenzuela".

Ana Josefa Silva, Crítica de espectáculos

"Creo que fue muy importante poner en valor el folclor, la raíz, y como protagonistas las mujeres que, de alguna manera, hemos sido históricamente dejadas de lado".

Natalia Vásquez, Voz de Mora Lucay

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El mercurio de valparaíso | Miércoles 26 de febrero de 2020 | 03